¡Malvado socialismo!
Aquí tenemos un gobierno malvado, cruel e inhumano. Y una oposición mediocre, cobarde y colaboracionista, que baila al son que le tocan los traidores, ya que esta tonada es compuesta en, y desde La Habana. Dos modelos anquilosados, y más que desgastados, fracasados, diría yo. Tratando de ser antagónicos entre sí, lo cual es imposible porque ambos son lo mismo. Y no me refiero a la enfermedad del lomo, sino a que los dos son: “Socialistas”.
Aunque unos son “socialistas light” los cuales tienen políticas menos ortodoxas y se desplazan en una economía más liberal, al fin y al cabo son socialistas también, y son estos “ligeros” los que han abonado el terreno y le han preparado el camino para estos: “socialistas duros y fanáticos”, que arrasaron con todo y no dudan en hacerlo con quién se les interponga, así tengan que acabar con el país entero y con cada uno de sus habitantes. ¿Y todo por qué? ¿Será por la renta petrolera? Su mirada fija; siempre en ella, y todos sus pensamientos puestos en lograr ese fin, convirtiéndose esta en una verdadera “maldición” para el pueblo venezolano, quien creyendo tener una gótica de petróleo; les es arrebatado hasta el pan de la boca.
Necesitamos políticos que sean honrados con el país y con ellos mismos, y que dejen de cohabitar con la tiranía, me decía mi gran amigo en el exilio Darío Corrales, quién da idea a este tema del socialismo, se refería además que necesitamos que sean honestos y se den cuenta que la meta no es ganar 1 o 2 gobernaciones y alcaldías; así sean diez o todas; para tener su cuentagotas de petróleo, la meta debe ser el bienestar de los ciudadanos, y eso empieza con “vivir en la verdad.” No es el chavismo dueño de Venezuela, ni tampoco lo es la oposición, los dueños del país son los venezolanos; los ciudadanos que con una u otra tendencia, o con ninguna; gozan o sufren en este país. No los políticos que gobiernan o hacen oposición, para que estos vengan a negociar a espaldas del pueblo, para mantenerse en el poder, subsistir o medio subsistir, o simplemente seguir haciendo negocios sucios.
Todo esto; evidentemente, en total detrimento de los verdaderos intereses de la nación, ergo; el bienestar del pueblo. Tenemos que entender, ciudadanos, que político que mienta, que no sea claro y coherente, no sirve. Por lo tanto, desecharle. Deberíamos poner nuestras barbas en remojo y ver dentro de nosotros mismos antes de criticar a los demás. Debería constituirse un comité de ciudadanos indignados donde se exija; que los dirigentes de la oposición, todos sin excepción, su entorno inmediato y sus allegados más cercanos, sean puestos bajo la lupa por organismos internacionales, así de la misma manera como lo están haciendo con funcionarios y ex funcionarios rojos. Esa fétida olla tiene que destaparse, a ver cuán profundo es el agujero del conejo. ¡Caiga quien caiga! Como dice mi hermano Ángel Monagas.
Los que queden de pie después de esta razzia, seguro serán los que están limpios, supongo que los haya, después de todo no debe haber ofensa en esto, me parece un procedimiento de lo más natural y ayudaría mucho a establecer un clima de confianza, que tanta falta hace entre la militancia opositora y su decadente dirigencia. A la final, el que nada la debe; nada la teme. No podemos seguir cayendo en un sistema perverso donde las ovejas de lado y lado son llevadas al matadero electoral por las negociaciones y prebendas de una caterva de pillo. Y lo más triste y patético, ¿De qué sirve ganar si te roban la victoria? ¿Acaso no es culpa de aquellos políticos que deberían defender la voluntad del soberano y no sus propios intereses?
El sistema socialista debe ser reemplazado, y cambiar hacia un estado capitalista, con una economía de libre mercado, con respeto a la propiedad privada y apoyo a la empresa privada, libre pensamiento y libre prensa. Privatizar todas las empresas del estado, incluyendo la petrolera; que es la piedra angular de toda esta hecatombe. Los gobiernos no deben olvidar nunca tener las políticas sociales necesarias, como la tienen todos esos “perversos” estados capitalistas que este gobierno se empeña en difamar. Los gobiernos, sean de la tendencia que sean, siempre deben recordar y tener las miras puestas en ayudar a los más débiles de la sociedad, y tratar de aliviar con dignidad a aquellos que no se pueden defender.
No manteniendo a vagos y sinvergüenzas sino sacando de la pobreza al necesitado y a quien quiera salir de ella, y no solo con dinero, sino con la oportunidad de ganarse ese dinero honestamente, inculcando valores y principios en los núcleos familiares, afectando a la sociedad misma, que es lo que buscamos, con ética y moralidad. Simplemente: educación, pero eso representa dinero.
También, siempre habrá personas que no poseen las mismas armas para enfrentarse en la vida y a las adversidades que se les presenten, personas enfermas, discapacitadas, ancianos, los cuales deben ser atendidos con el mayor respeto y esmero por el Estado. Lo que quiero que quede claro es que el capitalismo no es el modelo perverso e inhumano que se empeñan en satanizar, podrá tener defectos como todo lo hecho por el hombre y como el hombre mismo, pero a diferencia del socialismo el cual se estanca y es incapaz de progresar, sometiendo el hombre al sistema, este en cambio evoluciona y se adapta a las necesidades del individuo, dentro de los parámetros normales, que impacta en la sociedad y obviamente al país, a medida que estas las exijan.
Podemos ver cuán hipócrita y falso es este “socialismo.” Hay que recordar que ningún gobierno puede darle nada a nadie sin antes habérselo quitado a otro. Nos haríamos cómplices de robo, que fue precisamente lo que hizo, casi el país entero, al apoyar al difunto líder cuando impuso su voluntad al promover su loca orgia de expropiaciones y expoliaciones.
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