La Humildad

Corría el año 1979, era un niño, en ese tiempo jugaba béisbol con equipo llamado los Delfines, un sábado después del rutinario juego del fin de semana en el estadio de la Ciudadela, nos dispusimos a ir a la fuente de soda del Tolón, me gustaba mucho ir a ese sitio. Tenía un parque de diversión, modesto, pequeño, pero sobre todo me gustaba las motos y los carros de karting; sin duda me gustaba más el antiguo Tolón, he ido muy pocas veces en su nueva estructura; ese día mientras degustamos las ricas hamburguesas, vi por casualidad a dos personajes, bueno, me llamo la atención uno solo, el señor Jóvito Villalba, dirán porque me llamaría la atención ese personaje siendo tan niño, siempre estuve pendiente de la política; mi padre cuando íbamos en el carro, me decía que leyera los titulares del Nacional o alguna noticia en específico, la comentaba, era una manera de incentivar mi lectura. 

Jóvito es un personaje político de la generación del 28, un gran orador, es parte de la historia contemporánea del país, él estaba con su esposa la sra Ismenia de Villalba, quien luego fuese candidata a la presidencia de la república por el partido URD. Retomando la historia, al ver a JV, le dije a mi padre, papá allá el sr JV, ¿le puedo pedir un autógrafo? mi candidez como niño, y como jugador de béisbol, le dije que iba a buscar una pelota en el carro

Mi papá tenía un equipo de béisbol para grandes, aunque también fue mi manager en la pelota menor en alguna oportunidad, saqué de su caja una pelota nueva, con su olor característico, y me acerque a la pareja, solicite permiso, muy respetuosamente le pedí por favor a JV su autógrafo el sr JV me saludo, se me quedo observando y viendo la pelota, en ese momento interrumpe la señora Ismenia, de una manera molesta, no recuerdo bien sus palabras, pero se molestó porque JV no podía firmar una pelota, él no era pelotero, casualmente el mesonero estaba entregando la orden, la señora inquirió muy molesta al sr mesonero, ya que ella había ordenado una ensalada de fruta en copa, y le habían traído la orden en otra fuente, así que reprendió al sr y solicitó su copa, JV solo la observaba, a todas estas JV, en ese momento me iba a retirar pero JV me llamo, tomó la pelota y le colocó su firma y la fecha 1979 , me dijo unas palabras, las cuales ya no recuerdo, puede ser por el mal momento, pero sí  recuerdo su sonrisa afable al despedirme. 

Pasaron los años y llega el año 1988, Ismenia es la primera mujer que se postula como candidata a la presidencia de la república en Venezuela, en esa época estaba yo viviendo en la población de Aragua de Barcelona, estado Anzoátegui, Ismenia llegó al pueblo en campaña, venía por la calle Libertad saludando a la gente, muy poca aceptación por cierto; alguien me dijo que venía la candidata, corrí a mi casa y busqué aquella pelota, estaba en la mesa de los trofeos, donde estaban gran cantidad por los triunfos de los equipos de mi padre, incluso con unas pelotas firmadas por David Concepción cuando estaba con Cincinnati y una muy importante que conseguimos con el equipo de béisbol amateur de EEUU, los cuales después fueron luminarias en las grandes ligas, recuerdo la firma de José Canseco entre otros, ya próxima a la esquina de mi casa, me le aproxime a la candidata Ismenia la saludé y ella a mí, pero se agolpo un poquito de gente, los curiosos de siempre, aproveche y le dije: ¿conoce esta firma? la mujer sorprendida me dice: claro es la firma de mi esposo JV, le dije: sí, yo soy aquel niño en el Tolón de Caracas, Ismenia no sabía qué hacer, se desencajó su rostro, muy nerviosa se puso, le dije lo mal que trato a la persona que la atendía, y como me sentí en esa época, fue un momento rápido, pero tuve capacidad de síntesis y le dije exactamente todo, la candidata salió huida, ni se despidió, casi corriendo agarró camino.

Mi intención simplemente recordarle su comportamiento, ella pretendía llevar las riendas del país, quería ver su reacción, esa frase: «el mundo da muchas vueltas» y «el mundo es un pañuelo» se cumple a cabalidad. 

Así que a tener humildad.