El regreso de la sordera en Tocuyito

Si algo han caracterizado a las últimas administraciones municipales en el municipio Libertador (Carabobo) ha sido la sordera, la incapacidad manifiesta de oír a las voces independientes y de la oposición política. Argenis Loreto, Carmen Alvarez y Juan Perozo, pese a sus marcadas diferencias entre ellos, coincidían en tratar al ciudadano como a un mero habitante, sin más derecho que el de aplaudirles hasta sus errores (obviamente, la mayoría de los casos).

Tras una muy corta luna de miel, la administración de Oscar Orsini mostró una esperanzadora pero incipiente iniciativa de escuchar los anhelos de la ciudadanía, se arreglaron varios pozos de agua, se invirtió en el mantenimiento de algunos tramos de vialidad y mejoró la iluminación pública en algunos sectores. No obstante, era obvio que al oficialismo, acostumbrado a décadas de hablarse a sí mismo, le sería muy difícil interactuar con los demás. Los concejales de AD iniciaron contactos con los más altos funcionarios municipales y sus sensibles oídos no soportaron el reclamo persistente de la voz popular exigiendo agua, obras públicas, mejora del transporte y cese de la voracidad fiscal. Ya no contestan el teléfono, la presunción que tenemos es que las arcas públicas están vacías y los padrinos en la gobernación y el gobierno nacional miran en otra dirección. El santo se les volteó y vienen los tiempos de las vacas flacas.

La lógica es que, antes de cerrar los oídos a las críticas, el gobierno municipal debe ampliar los mecanismos de consulta ciudadana, hacer transparente la gestión, rendir cuentas al vecino y que la oposición política pueda hacer críticas constructivas con información pública a la mano. Pues no, el curso de acción, el que los funcionarios de la Alcaldía de Libertador están mostrando, es creer que gobiernan solo para sus correligionarios del PSUV. No se reúnen con el vecino sino con las UBCH, afirman ser el gobierno de los obreros pero los trabajadores de la Alcaldía ni cuentan con HCM ni firman contrato colectivo y el empresario al que pueden atender con algo de respeto es al contratista.

El llamado es a la reflexión, en AD no tememos reunirnos públicamente con nadie, ¿por qué Oscar Orsini debe temer hacerlo?. Nosotros solo deseamos hablar del acceso al agua potable que deben tener los vecinos de El Oasis y de Fundación CAP, sector 7 ámbito C, que llevan 4 meses sin el vital líquido, queremos hablar de la crónica falta de gas, queremos hablar de soluciones consensuadas a la voracidad fiscal, queremos hablar de acceso público al presupuesto, a los créditos adicionales aprobados por el Concejo Municipal, queremos hablar de transparencia administrativa y, obviamente, queremos hablar de la composición, de acuerdo a la legislación vigente, del Consejo Local de Planificación Pública. Eso sí sería gobernar, caso contrario, estimado alcalde, véase en el espejo de sus predecesores y el “cariño” que reciben en la calle después de pasar sin pena ni gloria por el cargo de máxima autoridad local.

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Guayoyo en Letras