Una guerra distante

La distancia es relativa en tiempos de globalización, la Guerra en Ucrania, tras la brutal e
inaceptable invasión de Rusia, nos revela dos bandos claramente antagónicos y donde carecen de
validez disfraces de imparcialidad e indiferencia. Hace apenas unas horas, el Canciller de Alemania,
Olaf Scholz, afirmó a la televisión pública que “13 millones de alemanes no podrán llegar a fin de
mes” dado que la inflación generada por el conflicto bélico afectará los ingresos de la población y
que tal circunstancia puede ser “socialmente explosiva”. Tanto Alemania como el resto de Europa
están apoyando a fondo a Ucrania, tanto en proveer equipo militar como a través de sanciones
económicas al agresor. Es claro que la economía global se resentirá y Venezuela no está aislada ni
podemos pretender que lo está.

Los venezolanos, herederos culturales de occidente, que admiramos sus instituciones y estamos
adscritos a la identidad iberoamericana, deberíamos haber elegido, desde hace rato, el bando de
la democracia occidental. Deberíamos estar respaldando diplomáticamente a Ucrania, deberíamos
estar proporcionado nuestro gas y petróleo al mercado Europeo, deberíamos reducir a nivel de
encargados de negocios las relaciones con países bajo regímenes autocráticos o totalitarios, como
Rusia y China, para reducir en algo su perniciosa influencia global. Deberíamos incluso celebrar
convenios de colaboración militar con la OTAN para elevar nuestras capacidades defensivas y
pasar de tener un tropel de hambrientos matraqueros a un ejército profesional capaz de enfrentar
cualquier agresión externa.

Esos son muchos “deberíamos” y vergonzosamente tenemos el gobierno que tenemos. Nuestra
política exterior debería diseñarse en Caracas, pero no, los supuestos socialistas antiimperialistas
permiten que se diseñe en Moscú. Nuestras prioridades económicas las deciden en China y las
instituciones políticas siguen el dudosamente ejemplar modelo cubano, con cubanos incluidos.
Nuestro gobierno está tan decidido a ser solo un apéndice de intereses extra continentales que
obliga a los periodistas de los medios públicos – y algunos privados – a referirse despectivamente
a “Occidente” cuando nuestro país, quiera o no, se encuentra en el hemisferio occidental.

En una entrevista, el presidente Ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó que Ucrania es el escudo
de Europa frente a Rusia. Me parece muy obvio que pronto Europa se convertirá en el escudo de
América Latina frente a la geopolítica autoritaria liderada por Rusia y China. Es momento que
todos los venezolanos reflexionemos, muchos más los que tienen el poder para incidir en las
decisiones, si en alguna oportunidad hemos tenido desencuentros con nuestros socios
occidentales, ¿creen que nos irá mejor con China y Rusia conquistando el mundo a sangre y fuego?

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Guayoyo en Letras