Sensibilidad de frontera
El pasado 18 de julio, el soldado estadounidense Travis King atravesó la llamada Línea de Demarcación Militar, como integrante de un grupo turístico de visita a la Zona de Seguridad Conjunta, cual corazón de las fronteras de Corea del Norte y la del Sur. La agencia estatal de noticias (KCNA), no sólo confirmó la detención del soldado en territorio norcoreano, sino que divulgó la solicitud de asilo que supuestamente formuló, asegurándose como víctima de la desigualdad social en su país, trato inhumano y discriminación racial en el seno del ejército, e, incluso, su tío Myron Gates así lo señaló a ABC News de acuerdo a la versión de Inma Bonet (El País, Madrid: 17/08/2023).
El soldado en cuestión confrontó problemas disciplinarios que incluyó cárcel, señalado como agresor por la policía de Seúl, y, luego, ya en libertad, aunque le ordenaron abordar un vuelo a su patria de origen para proseguir con el proceso correspondiente, decidió la incursión turística, según Choe Sang-Hun (https://www.nytimes.com/2023/08/15/world/asia/north-korea-travis-king.html). El hecho acaece días antes de la cumbre entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur para tratar el problema que sigue generando Kim Jong-un, y los ejercicios militares conocidos como Ulchi Freedom Shield, bajo protesta de Pyongyang.
Evidente, esperaron los norcoreanos un mejor momento para anunciar y explicar la aprehensión, sin indicación alguna de otras circunstancias, como el estado de salud del aprehendido, dándole continuidad a las investigaciones. Washington reaccionó, prometiendo toda diligencia posible para que King regrese; empero, sabe muy bien del empleo del caso para intensificar la propaganda norcoreana, y así ocurrió en anteriores casos de deserción, distinto a la negociación y canje de civiles extranjeros sorprendidos ilegalmente en el reino comunista.
Se ha dicho de la rareza de estos cruces de frontera que sirvieron para promover las bondades del régimen norcoreano y denostar del sistema estadounidense, tras la detención de los sujetos, mientras que otros ha sufrido cárcel y trabajos forzados, siendo objeto de negociaciones después de cotizarse el evento en la opinión pública. Kim Tong-Hyung ha apuntado a eventos, como el protagonizado por Bruce Byron Lowrance, en 2018, liberado al mes de ingresar ilegalmente a través de China, referido por Kim Tong-Hyung (https://time.com/6296545/travis-king-north-korea/).
Sucede en toda frontera de una extraordinaria sensibilidad política, cualquier incidente puede acarrear nefastas, insospechadas y terribles consecuencias. Tratándose el problema de una distinta naturaleza, pero de gravedades no menos importantes para las partes en conflicto, sabemos de la delicada situación a lo largo de la frontera colombo-venezolana, aunque – increíblemente – el conflicto original ahora se ha postergado, o anestesiado, gracias a la presencia activa de grupos irregulares, guerrilleros y delincuentes que arbitran las áreas.
Tras el gobierno de Duque, hoy, parecieran resueltos los problemas entre ambas naciones sudamericanas, gracias a la ilusión que ha generado el de Petro, consabidas las simpatías profesadas desde Caracas. Al mismo tiempo, los países asiáticos en cuestión, el del norte y el del sur que alguna vez fueron una sola Corea, sostienen y administran las tensiones trastocadas en una rutina conocida, y ojalá no deparen alguna ingrata sorpresa.
Es difícil la situación social al interior de una superpotencia, como Estados Unidos, reprimida hasta el exceso la que seguramente ocultan las dictaduras comunistas. Un ejemplo es Corea del Norte de realidades que magistralmente ha tratado un autor como Guy Delisle, cuyas historietas o novela gráfica ampliamente recomendamos: “Pyongyang”, Astiberri, 2005.
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