Inducciones futuras al Salón de la Fama del Béisbol
Al ritmo que viene esta fe ciega en las llamadas “analíticas” del béisbol de Grandes Ligas -en donde hasta pudiera demostrarse que un jugador malísimo fue el mejor siendo el peor de las Grandes Ligas- no me extrañaría que en un futuro nos encontrásemos con una hipotética inducción al Salón de la Fama de Cooperstown así:
“En nombre de la Asociación de Escritores de Béisbol de América, anunciamos la exaltación al templo máximo del béisbol del pelotero Benny Machuca, por seguir siendo al día de hoy el jugador que más jonrones bateó bajo las siguientes condiciones exclusivas: que fueran agarrados en las gradas por un fanático que luego lanzara la pelota de vuelta al terreno en señal de protesta, mientras el jonrón era bateado en conteo de tres bolas, un strike, un out, perdiendo por una carrera, en estadios de equipos de la Liga Nacional de la costa este de los Estados Unidos, a la vez que su equipo jugaba como visitante, con una afición de 23.500 personas, siendo el juego un martes en la noche, con una temperatura de 27 grados centígrados, vientos de 11 millas por hora soplando de noreste a suroeste, siendo primavera, bajo una humedad de 73%, mientras había corredores en primera y tercera y le fue lanzada una recta de 93 millas por hora, bajita y adentro, por un relevista medio zurdo.
“Todo lo anterior, mientras bateaba a la mano izquierda, pegando el jonrón en el segundo 0:04 del cronómetro de pitcheo, mientras vestía la camisa de su equipo con el primer botón desabotonado, luciendo una cadena de oro en el cuello con un dije del número de su uniforme, mientras mascaba tabaco alojándolo en su cachete derecho, calzando zapatos de corte bajo, marca Nike, color blanco, talla 43 y medio, luciendo tatuajes en sus antebrazos, mientras llevaba rayas negras debajo de sus ojos a la vez que usaba guantines de colores distintos entre sí y sujetaba un bate cuya mitad inferior era blanca y la otra negra (siendo el mismo con resina de pino orgánico sembrado en el noroeste de Canadá).
“Todo lo cual sucedía mientras Benny Machuca lucía un corte de cabello con ‘dreadlocks’, puntas decoloradas y los laterales de su cabeza rapadas y que, al batear dichos jonrones, se persignaba, se daba dos golpes en el corazón y luego lanzaba el bate haciendo que éste diera tres vueltas en el aire para luego llegar al home y saludarse con sus compañeros chocando los cinco, seguido de un abrazo y después una nalgada para así finalizar dicho ritual tomando dos buches de Gatorade de frutas tropicales mientras lanzaba tres besitos a la cámara de televisión que estaba dispuesta en el dogout.
“Por esta razón, el Salón de la Fama del Béisbol de Grandes Ligas le da la bienvenida al gran Benny Machuca por fijar esta increíble marca de 5 jonrones dados bajo estas exclusivas condiciones que hoy lo acreditan como miembro de un selecto club dentro del ya elitesco club de la historia de este deporte. Ahora les damos un receso de cinco minutos para que tomen agua y vayan al baño porque aún falta presentar a otros dos jugadores que también fueron electos este año al Salón de la Fama de Cooperstown”.
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