Apagonía

El sistema intercomunicado ibérico, ha fallado. Según la prensa española, al apagón eléctrico se ha sumado el informativo. 

Jamás había ocurrido, se dice, por lo que ni las guerras del siglo XX lograron golpear a una industria quizá otrora incipiente, cuestionada hoy la muy encarecida importación de tecnología de paneles solares que pretende sustituirla masivamente.  Dos años atrás, el presidente del gobierno descartaba cualquier posibilidad de una crisis eléctrica que llega ahora repentinamente; apenas, días atrás, al respecto, REPSOL advirtió una posible falla en la refinería de Cartagena (fuente libre de toda sospecha: https://www.youtube.com/watch?v=xU4i_KSEKMQ). 

Las autoridades europeas dan un plazo de tres meses para que haya una explicación oficial de lo acaecido, al parecer, descartado los ciberataques por la Red Eléctrica de España. Se ha dicho de un caos en las localidades más populosas, pero – al mismo tiempo – es fácil de comprobar la respuesta predominantemente cívica de la población, pues, posiblemente, en otras latitudes, hubiera dado oportunidad a saqueos y otras expresiones de anarquía.

La obscurana en cuestión ha sorprendido, pero no alarmado, por lo menos, a los migrantes venezolanos entrenados por largos años en la materia. Sobre todo, cuando en la península hay Estado, existen las previsiones y los recursos indispensables relacionados con la defensa civil. 

Además, aunque se ha reducido y mucho, luego de tantas e impunes maniobras, hay un costo político pendiente al sobrevivir las instituciones mínimas e indispensables para dirimir causas, razones y perspectivas de la industria. No hay iguana alguna, pretextando la apagonía. 

Fotografía: Xavier Cervera, estación del metro de la avista Diagonal de Barcelona (La Vanguardia, 29/04/25).

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