Me enamoré en Miami

El amor llegó a mi vida sin esperármelo. Fue mientras hablaba con mi amigo Alejandro en un café cuando, de repente, llegó a nuestra mesa una negrita dulce y bajita, pero bien fuerte y caliente. Era la colada cubana.
Para quienes no la conocen, la presento en sociedad. La colada cubana es una tacita de café muy engañosa, pues parece un expreso doble, aunque en verdad es quíntuple. Porque si una taza normal de café se hace con una cucharada de café por una taza de agua, la colada cubana es café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, café, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, azúcar, … ¡ah! y un shotcito de agua.
Yo no sabía lo que era el café, hasta que probé la colada cubana. Porque al beberte una, el cuerpo no solo te comienza a bailar guaguancó, sino que puedes pilotear un Boeing, limpiar los clósets de la casa, montar tres emprendimientos, aprender mandarín y si le echas colada al tanque de una moto, prende. No sé qué esperan para sacar una bebida energética sabor a colada cubana, pues es básicamente una tacita de café que está a un grano de convertirse en reactor nuclear.
Ya entiendo por qué los atletas cubanos ganan medallas en todas las olimpiadas. De hecho, hago un llamado a la Comisión Olímpica Internacional para que incluya a la colada en la lista de sustancias prohibidas de la prueba antidopaje.
Pues si un día las distintas tazas de café hiciesen una reunión, me las imagino a todas ahí, chismeando. Estarían el americano, el late, el capuchino, el moca y el expreso hablando, cuando de repente les llega la colada cubana haciéndoles bullying: “Niño, ¿a esto es lo que ustedes llaman pary? ¡Qué va, están muy aguados!”.
Intrigado, hasta busqué en internet por qué a este café lo bautizaron con el nombre de colada. La respuesta es que originalmente lo colaban dentro de una media, aunque yo creo que en verdad le dicen colada es porque te cuela los intestinos y manda todo para la cola.
Ahora comprendo por qué dicen que la medicina cubana era una de las mejores del mundo. A punta de colada cualquier personal médico atiende toda la noche entera sin hambre o sueño. Y de llegarles un paciente debatiéndose entre la vida y la muerte, no le aplicaban nada de RCP. Inyección de colada y listo.
Es por eso que espero no existan ventas de colada en ningún cementerio, pues de derramarse un chorrito sobre el camposanto, despertarían todos los cuerpos comenzando el verdadero apocalipsis zombi. Hagan la prueba. Denles colada a unos viejitos que hacen taichí y verán cómo eso termina en sesión de zumba.
¿Será por eso que en Miami vi tanta publicidad de blanqueamientos dentales? Es que esos odontólogos están en la ciudad con los dientes más amenazados del planeta. Me imagino que la condición para que te den el título de odontólogo en Miami es que logres blanquearle la sonrisa a un bebedor de colada.
¿Será por eso que todo el mundo anda tan acelerado en Miami? ¿Será la colada la causante de que los cubanos hablen tan duro y bailen cualquier música que escuchan por la calle? ¿Será que Marco Polo, Cristóbal Colón y Simón Bolívar conquistaron tantos territorios porque tenían a un asistente cubano que les hacía colada?
No lo sé… Lo único que sé es que, lamentablemente, los amores no duran para siempre y mi viaje a Miami ya terminó. Ahora estoy de vuelta en Colombia, la tierra del café (aunque todos me sepan a agua saborizada).
Quién sabe cuándo me volveré a reencontrar con mi colada cubana. ¿Será por videollamada? ¿Será cuando vuelva a Miami? Ni idea. Lo único cierto es que, a pesar de la distancia, siempre llevaré a mi colada aquí conmigo… Pero no en el corazón, sino en la mancha marrón que dejó en uno de mis dientes.
- Me enamoré en Miami - 18 noviembre, 2025
- El día en que recibamos la gran noticia - 6 noviembre, 2025
- Disfraces pasivo-agresivos de Halloween - 22 octubre, 2025
Guayoyo en Letras es un espacio abierto para el encuentro de ideas diversas. No necesariamente coincidimos ni somos responsables de los comentarios u opiniones que son publicados.




