Como sea, Putin gana: acepta un acuerdo de paz que favorece a Rusia o sigue la lucha – The New York Times

Por: Paul Sonne
Funcionarios ucranianos y europeos se lanzaron a un frenesí durante el fin de semana para alterar el nuevo plan de paz de 28 puntos del presidente Donald Trump que pondría fin a la guerra en Ucrania, elaborado con aportaciones de Rusia y fuertemente inclinado hacia el Kremlin.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, se mantuvo al margen.
Para el dirigente ruso, un plan de paz que favorezca al Kremlin y consagre la perpetua subordinación y vulnerabilidad de Ucrania sería una victoria. También lo sería un proceso fallido que llevara a Trump a retirar el apoyo restante a Ucrania y a enemistarse aún más con los aliados europeos.
Funcionarios estadounidenses y ucranianos informaron de avances en las conversaciones encaminadas a modificar la propuesta y dijeron que habían introducido algunos cambios no especificados. A última hora del lunes, los funcionarios habían regresado a casa.
No está claro si Putin aceptará esos cambios. El viernes, en una videoconferencia con funcionarios de seguridad, el dirigente ruso dijo que el plan de 28 puntos podría ser la base de un acuerdo de paz, a la espera de un “debate sustancial y significativo”, o que Rusia podía seguir presionando para que se aceptaran sus demandas en Ucrania por la fuerza.
Más ciudades ucranianas caerán en manos de los soldados rusos, “quizá no tan rápidamente como nos gustaría, pero inevitablemente”, advirtió Putin. Dijo que ese camino “también nos conviene”, porque Moscú está bien con perseguir sus intereses “mediante la confrontación armada”.
Su mensaje: su sistema autoritario puede durar más que los recursos y la voluntad de sus adversarios.
“Occidente ha entrado en una competencia de dolor con Vladimir Putin. ¿Quién puede soportar más sufrimiento?”, dijo Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia Eurasia. “En esta competición, Putin puede ser duro como una roca y su sistema puede ser duro como una roca”.
Los ucranianos son igual de duros, señaló Gabuev, pero “carecen de recursos suficientes”, pues sufren escasez de personal militar, armamento y dinero, así como falta de un apoyo occidental unificado.
La capacidad de Putin para seguir librando la guerra no es ilimitada. Su economía se enfrenta a problemas, sobre todo tras un descenso significativo de los ingresos procedentes del petróleo, agravado por las recientes sanciones del gobierno de Trump. Moscú está subiendo los impuestos para sufragar el esfuerzo bélico y ha recortado el presupuesto militar del próximo año. Las fuerzas rusas tienen la ventaja, pero el avance ha sido lento y ha tenido grandes costos materiales y de vidas.
Aun así, Putin cree que el tiempo está de su parte, en comparación con Ucrania. Y mientras parece satisfecho de dejar que el proceso de paz triunfe o fracase, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, está sometido a una inmensa presión en múltiples frentes, pues Trump lo apremia para que acepte un plan de acuerdo antes del jueves.
La situación en el campo de batalla se ha ido deteriorando para Ucrania. Zelenski se ha visto debilitado en el ámbito nacional por un escándalo de corrupción cada vez mayor. Y Ucrania se está quedando sin liquidez para sostener sus defensas y su economía, al tiempo que sus aliados europeos vacilan sobre destinar miles de millones de dólares del dinero ruso congelado para financiar a Kiev.
Trump también ha empezado de nuevo a lanzar diatribas contra Ucrania y acusó a Zelenski este pasado fin de semana de expresar “CERO GRATITUD POR NUESTROS ESFUERZOS”.
Esos esfuerzos produjeron un plan de 28 puntos que subrayaba la falta de voluntad de Putin para ceder en la guerra, y que Ucrania y sus aliados europeos están presionando ahora para que se modifique.
Yuri Ushakov, asesor de política exterior del Kremlin, dijo el lunes que muchas “pero no todas” las posiciones del plan eran aceptables para Rusia, pero que requerían un debate detallado. Dijo que las contrapropuestas europeas que han estado circulando no eran constructivas.
La mayoría de las disposiciones de la propuesta de 28 puntos reflejaban las exigencias que Putin ha tenido durante mucho tiempo, incluida la prohibición, consagrada legalmente, de que Ucrania ingrese en la OTAN. Aun así, no está claro si Putin aceptaría el plan, ni siquiera en su forma original. Algunos puntos menores representan una disminución respecto a anteriores propuestas del Kremlin, como un tope de 600.000 efectivos militares para Ucrania, frente a los 100.000 que Moscú propuso en las conversaciones de 2022.
En sus declaraciones del viernes, Putin dio el sesgo de que él ya ha hecho concesiones. Dijo que cuando se reunió con Trump en agosto en Alaska, los estadounidenses les habían pedido a los rusos que mostraran flexibilidad y que él estaba “dispuesto” a hacerlo.
Con ello, Putin se refería probablemente a la cuestión del territorio. Los negociadores rusos abandonaron su exigencia inicial de que Ucrania entregara la totalidad de las cuatro regiones que Moscú se “anexionó” en 2022, aunque Rusia no controla grandes porciones de ese territorio, que incluye dos capitales regionales.
En Alaska, Putin se mostró dispuesto a dejar de luchar si, además de aceptar sus otras exigencias, Ucrania le entregaba solo la parte de la región de Donetsk que aún mantenía en su poder. El plan de 28 puntos exige que Ucrania se retire de ese territorio, que se convertiría en una “zona desmilitarizada” reconocida como territorio ruso.
Dado que Putin ha presentado su guerra a nivel nacional como una operación de rescate de la población rusoparlante de Donetsk y la vecina Lugansk, sería difícil vender una victoria en casa que no se tradujera en la captura del resto de Donetsk. Rusia ya controla Lugansk.
Stefan Meister, analista de Rusia en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, dijo que quedaba por ver si Putin estaría dispuesto a transigir. Según Meister, Putin podría tener como objetivo separar a Trump de los ucranianos y los europeos, lo que le dejaría a Rusia un camino más fácil para someter a Ucrania por la fuerza.
“El cálculo de Putin es que espera que Trump se frustre con Zelenski y dé marcha atrás con cualquier tipo de apoyo, y si no hay intercambio de inteligencia ni misiles de largo alcance, los europeos no pueden sustituirlo”, dijo Meister.
En última instancia, dijo Meister, Putin “quiere quebrar a Ucrania”.
Paul Sonne es un corresponsal internacional que se enfoca en Rusia y las diversas repercusiones de la política interior y exterior del presidente Vladimir Putin, con especial atención a la guerra contra Ucrania.
Fuente: The New York Times
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