Carta pública al Presidente Evo Morales
Presidente:
Le escribo esta carta de manera pública porque no creo que si se la envío sólo a usted, acuse siquiera recibo de la misma. Y lo hago para reclamarle porque creo que usted está abusando de su Poder de Presidente y ese es un acto de cobardía y no un acto de un Presidente que no debiera estar para mentir deliberadamente sobre una persona, en este caso un periodista como yo, quien sólo hizo su trabajo y, además, lo hizo bien.
Miente y mintió usted, señor Presidente cuando se refirió a mi al decir que yo he sido sentenciado por narcotráfico y, miente porque sabe que yo nunca fui sentenciado por narcotráfico, aunque fui injustamente acusado, asumí defensa y fui excluido del proceso (eso significa que ni siquiera entré al juicio).
Me presenté y fui al proceso y no salí del país, porque en ese entonces, se podía entrar a un proceso sabiendo que los derechos nos serían respetados en los estrados judiciales y que podríamos defendernos del poder abusivo (en ese caso, el de los “Sánchez” movimientistas) porque había un poder Judicial que, hacía su trabajo de manera independiente al Poder Político, aunque los Fiscales obedecieran al Poder de turno.
Y eso de la independencia judicial lo sabe usted que se vanagloria de haber sido enjuiciado y que ganó sus procesos, pero no dice en qué circunstancias fue enjuiciado; me parece que fue acusado políticamente –como en el caso de su injusto e ilegal desafuero – pero no enjuiciado legalmente, pero no importa, porque para el caso es lo mismo.
Eso se dio, Presidente porque “antes” se podía ejercer defensa en los estrados judiciales, en el parlamento y hasta manifestar sin problemas en las calles. No voy a decir que los “Sánchez” y algunos otros no tenían las mismas tentaciones totalitarias que usted porque sería faltar a la verdad, pero, había una mayor independencia de acción de la mayoría de Jueces y Administradores de Justicia y se actuaba conforme a ley, cosa que no ocurre en su Gobierno, por eso es que hay (habemos) tantas personas fuera del país, con o sin proceso. Esa última figura es mi caso.
Presidente, abusar del Poder para decir lo que el Poderoso quiere no es ningun mérito. Es, en todo caso, un demérito, es un acto de cobardía porque cuando el Poder se ensaña con un ciudadano, contra un periodista en este caso (el periodista soy yo, por si acaso, el mismo al que usted invitó a su posesión en enero del 2006), lo hace abusando del Poder que cree tener o que tiene. Ese es el caso al que me refiero. Por eso me puse a buen recaudo, señor Presidente, porque aunque no hay causa abierta contra mi persona, cosa que tampoco corresponde porque mi trabajo se constató en todas sus partes, quedando pendiente nada más “su” explicación sobre la señora Zapata a la que me referiré más adelante, nada garantiza que no se les ocurra alguna cosa por ahí.
Yo no me fui por “hacer show” ni buscar protagonismo, Presidente, me fui porque en nuestro país uno siente que está a expensas de su humor o del humor de sus colaboradores; eso no da garantía a nadie, señor Presidente. Y yo no estoy para juegos ni para buscar protagonismo de ningun tipo. Siempre he sostenido que en el periodismo lo importante es la noticia y no el periodista que la hace conocer aunque, por supuesto, alguna vez es inevitable que ambos compartan espacios.
Yo no tengo causa pendiente, señor Presidente y no tengo porqué tenerla; si en Bolivia la ley se cumple y el estado de derecho también, jamás se me podrá procesar por mi trabajo, que está ahí, como testimonio de periodismo de investigación. La opinión pública, nacional e internacional lo saben y lo conocen. No me hago cargo de quienes lo hayan mal utilizado, si acaso lo hicieron lo que yo hice. Cada quien habla de lo que hizo y le puedo garantizar que, en mi caso, se lo hizo bien.
Hablando de mi trabajo, señor Presidente, le recuerdo que yo denuncié 3 cosas: su relación con la Sra. Zapata, la existencia de un hijo (hecho que usted reconoció, no sólo eso, firmó el registro de nacido y su paternidad) y, la probabilidad del tráfico de influencias ejercido por usted a favor de su ex novia Gabriela Zapata Montaño.
La existencia del niño sirvió para probar el vínculo entre ustedes, señor Presidente, a veces la gente tiene “olvidos muy convenientes”. O no recuerda el “me pareció cara conocida”?. Pues, previendo eso, publiqué un documento del Estado boliviano cuyo objetivo era que usted no pueda negar la relación.
Usted reconoció haber tenido un hijo y, anunció su muerte. Yo planteé luego de varios elementos que no cerraban (pese a que la documentación probaba la existencia legal de un niño), la posibilidad de que el niño no hubiera nacido y parece que usted está hoy en la misma lógica. Es decir, parece que nunca vio al niño, no lo vió fallecido y, lo que es peor, ni siquiera sabe dónde está enterrado, de manera que hay lógicas y razonables dudas.
La señora Zapata ahora asegura que el niño murió, como para ajustar su declaración con la suya de 5 de febrero, y que entre ustedes acordaron no registrar la muerte en Registro Civil y lo menos que puede hacer una persona sensata y que hace periodismo es preguntarle a usted, señor Presidente: es eso evidente? ¿Usted instruyó o acordó que la muerte de su hijo no sea registrada en Registro Civil? ¿Puede hacerme el favor de decirme en cuál de las prerrogativas presidenciales se establece que un Presidente puede obviar sus obligaciones legales y civiles, obligaciones de cualquier ciudadano?. El Presidente no es un boliviano especial, sólo es el primer ciudadano del país mientras dure su mandato.
Y hablando de obligaciones legales, ¿se da cuenta usted que, si el niño no nació, usted, al firmar el registro de Nacimiento y el Reconocimiento de paternidad usted cometió un delito al Registrar a quien no nació?
Dígame, señor Presidente, quién lo asesora a usted? Porque, evidentemente, nos hace notar que está mal asesorado (pienso que deliberadamente mal asesorado) y, si no lo asesora nadie, lo menos que podemos hacer los ciudadanos es esperar que no se le ocurra volver a hacer una cosa como esa, referida a las responsabilidades de Estado.
¿Sabe a qué va esto? A lo dicho por usted en la entrevista concedida a Gigavisión referente a “que nunca escuchó sobre la empresa china CAMC, que firmó contratos con el Estado” ([Némesis-Internacional:46946] Presidente dio por superado el problema del caso Zapata)
¡ Presidente ! Su administración de Gobierno contrató con CAMC más de 500 millones de dólares y usted dice que nunca oyó hablar de la misma? ¿Quién administra el país, señor Presidente? ¿Cómo es que el Presidente no sabe a quién se destina el dinero del TGN?. Y ya que estamos, le cuento que de los recursos ejecutados por CAMCE, solo un proyecto se ejecutó con crédito chino, llave en mano y crédito proveedor. Los otros 6 proyectos se ejecutaron con CREDITOS DEL BANCO CENTRAL Y APROBADOS POR LA ASAMBLEA PLURINACIONAL, EN LAS DIFERENTES LEYES FINANCIALES DE 2009-2010/ 2010-2011/ 2011-2012/ 2012-2013/ 2013-2014 y 2015. Ese es dinero de los bolivianos, que su administración ha comprometido…
Presidente, hágase y háganos a nosotros un favor: entérese de lo que pasa en el Estado, está bien hacer discursos, ir a bailes, quebrar tinajas inauguratorias, pero, sepa también qué es lo que hace el Gobierno y exíjales a sus Ministros que le avisen lo que están haciendo con la plata del Estado.
Señor Presidente, sigo porque no todos los días se me ocurre escribirle en serio; usted no ha dicho quién le brindó a la Sra. Zapata tanto Poder en su Gobierno, pues a estas alturas ya todo el país sabe que ella hizo negocios y se movió por las instituciones públicas y Empresas Privadas como si fuera una operadora política y gestora de negocios muy importante. Entiendo que la Fiscalía General del Estado basa gran parte de su acusación en ello, lo que, vuelve a darme la razón en cuanto a mis investigaciones y denuncia.
Presidente: Yo planteé la posibilidad de un tráfico de influencias de su parte en favor de la Sra. Gabriela Geraldine Zapata Montaño. Frente a ese planteamiento, no tenemos más que alegóricas respuestas (cara conocida y alguna otra), pero no hay nada que despeje la duda.
A propósito, recuerda haber visitado CITIC GROUP en China en Agosto del 2011? (Si gusta le hago llegar links de periódicos que registraron la noticia) Pregunto: ¿sabía usted que su ex novia trabajó en CITIC Group justo cuando comenzaron las tratativas de negocios entre Comibol y esa empresa (esto ha sido reconocido por el Ministro Navarro), negocios que buscaron ser cerrados justo en ocasión de su viaje a China y visita a esa empresa y que tras de muchas idas y vueltas hasta el año 2013, finalmente no se cerraron pero, la intermediación se hizo. ¿Quiere que pensemos que es una casualidad?
Presidente, el señor Juan Ramón Quintana (le aviso que es su Ministro de la Presidencia, por si lo olvidó) negó cualquier relación con Zapata y, a decir verdad, no hay nada que pruebe lo contrario, salvo, por supuesto, la presencia de la señora en dependencias de su ministerio. De ahí que todos volvemos a mirarlo a usted y, aunque muchos no se lo digan, fuera bueno que sepamos quién le posibilitó a la señora llegar hasta donde llegó en las esferas del Poder. Es que no nos vamos a tragar el cuento de que se entró sola, a lo mejor respaldada por sus encantos y su militancia de poleras rojas porque sería mucha ingenuidad y el país hace rato que dejó de chuparse el dedo, es decir, ya somos grandecitos para eso.
Presidente, entiéndalo, su problema no soy yo ni es el periodismo. El problema de su Gobierno es que no es transparente ni es claro y que la sucesión de denuncias es permanente y, me temo que no va a terminar, no busque enemigos en los medios; usted está criminalizando el periodismo, como antes judicializó la política y politizó la justicia; reitero, no busque enemigos en el periodismo porque no los va a encontrar, aunque podemos ser muy curiosos e insoportablemente críticos no hacemos política y no tenemos intención de hacerla. Los políticos que sí hacen política están en su derecho.
Presidente, para ir cerrando, usted da a entender que yo me declaro perseguido político y debiera considerar que en democracia no puede haber perseguidos políticos y ni siquiera debiera aceptar esa posibilidad. No me desafíe a volver, que volveré cuando vea que tengo seguridad para hacerlo, nunca antes. Tomarme como el punto de sus molestias es una más de las constataciones de su inquina personal contra mi; usted me deja con la impresión de que me achaca su llanto del 21F (usted dijo que lloró cuando se enteró que perdió) y eso es darme demasiado mérito. Yo sólo hice mi trabajo, lo hice bien y la gente votó NO, por otras razones, porque quería (y lo logró) evitar que usted se adueñe del Poder y del Estado, le puso un límite. ¿Sabe que pasa? El resultado del 21F fue una rebelión de personas enojadas que sienten que se les falla, que se los usa. Eso pasa cuando se deja de respetar al ciudadano, señor Presidente.
Finalmente, al tiempo de despedirme, espero que entienda este acto democrático de dirigirme al Presidente como un derecho de expresarle mi molestia por la manera en la que falta a la verdad cuando se refiere a mi y, con el objetivo de plantearle las preguntas que creo imprescindibles para cerrar este asunto tan desagradable para el país.
Cierro con una reflexión de un sicólogo español de nombre Miguel Vadillo, profesor de la de la Universidad de Deusto en Bilbao, España, que creo que le vendría muy bien a usted en sus reflexiones, cuando sus adláteres se retiren y quede usted solo.
Vadillo, citado por el periodista argentino Jorge Lanata sostiene que: “no nos molestamos en pensar lo que hacemos, pero sí nos molestamos en pensar cómo vamos a justificarlo, ante los demás y ante nosotros mismos, lo que hicimos. Así -agrega Vadillo-, gran parte de nuestra vida se convierte en una actuación para nosotros mismos”.
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