MERCOSUR ¿BUENA IDEA?

Por María Teresa Toro 

 

Mercosur 1El Mercado Común del Sur (Mercosur) ha recibido un nuevo integrante, nosotros. Venezuela dio un paso adelante en dirección a la integración, la cual no podemos negar que constituye el presente y futuro político del Estado Nacional.

 

Si nos quedamos en este análisis, podríamos concluir apresuradamente que nuestra decisión fue la correcta, la vanguardista, la estratégicamente correcta; si integración es progreso pues debemos estar en el camino adecuado. Ojalá fuera así de sencilla la relación entre premisa y conclusión. La realidad del caso es que tenemos que evaluar el contexto así como la relación costo-beneficio que supondría para Venezuela una integración con Argentina, Brasil y Uruguay en función a nuestra realidad política y económica.

 

Antes de entrar en este análisis, existen ciertas premisas que debemos conocer acerca de Mercosur, de manera de entender a qué tipo de compromiso estaríamos asumiendo. Lo primero que debemos tener claro es que, a diferencia de otros acuerdos de integración, como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), de las cual decidimos salirnos, el de Mercosur es estrictamente comercial y no supone la creación y aplicación de un derecho común en la región, por lo cual el principio de soberanía de cada país se impone. Se trata entonces de un acuerdo que propone en términos generales la libre circulación de bienes entre los países miembros excepto en azúcar y en materia automotriz. En este caso estos se manejan a través de acuerdos bilaterales.

 

Con más de 20 años de existencia, Mercosur ha pasado por distintas etapas, desde sus años dorados hasta los más fuertes estancamientos y situaciones que han desencadenado que algunos países hayan perdido su competitividad frente a otros: como es de esperar, los pequeños frente a los grandes. Es un hecho cierto que después de estos altibajos, existe hoy en día una pérdida relativa en términos económicos en Mercosur por muchos factores, entre ellos por el surgimiento de otros acuerdos que han dado una mayor importancia de comercio extra-zona para sus miembros.

 

Tenemos un Mercosur cuya situación hoy en día  no es la ideal, que se caracteriza por incumplimiento de acuerdos, persistencia de asimetría entre sus miembros, déficit institucional, desacuerdos políticos, baja concreción de agenda exterior y debate sobre su futuro, todo ello en medio de una resistencia a la crisis económica global. Esto lo señalan abogados y expertos en el tema como el Dr. Julio César Pineda, Dr. Keneth Ramírez y Dr. Eduardo Porcarelli en la Conferencia Internacional Venezuela hacia el Mercosur. ¿Es este entonces el momento propicio para nuestro ingreso?

 

Por otra parte, ¿Cómo era la situación de Venezuela previa a la entrada al Mercosur? En el año 2011 importamos de los países miembros la totalidad en cifras de lo que exportamos a todo el mundo. Vemos un claro déficit, una dependencia importante a las importaciones, una realidad en la que tenemos poco para ofrecer y exportar. ¿Y ojo, a quiénes exportamos? Principalmente a China, Colombia, Estados Unidos y Brasil. Tenemos que tomar en cuenta cómo afectaría esta integración en nuestras relaciones con Colombia, nuestro principal comprador de la región.

 

Hablando de aliados, recordemos la pertenencia de Venezuela al ALBA. ¿Cómo podríamos compaginar nuestra participación en dos marcos de integración cuyos sustentos políticos se oponen casi diametralmente?

 

Mercosur 2Por último, y no menos importante, cabe analizar también el posicionamiento que tiene Venezuela en distintos estudios de organismos internacionales que se dedican a evaluar y clasificar a los países que presentan los mejores y peores climas para hacer negocios en base a la existencia de seguridad jurídica y libertad económica. En diversos estudios Venezuela ocupa los últimos lugares, convirtiéndonos así en uno de los peores países en el mundo para hacer negocios, así de simple.

 

Tomando en cuenta estos elementos, e intentando dar respuesta a estas preguntas al aire tenemos necesariamente que preguntarnos como venezolanos si realmente tomamos la decisión adecuada con un ingreso controversial a un Mercosur decadente, en el marco de un déficit comercial y con tan poco que exportar.

 

En todo caso, el ingreso parece ser un hecho consumado y ya el país se encuentra en los trámites pertinentes para el cambio, los cuales sin duda serán costosos. Todo dependerá de cómo aproveche Venezuela este ingreso, así como de los cambios en su política doméstica y situación económica. No queremos una entrada meramente simbólica, queremos una entrada que responda a nuestros intereses nacionales y los potencie. Los años nos dirán si realmente esta fue una buena idea. 

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