LO IMPOSIBLE: ENTRE OLAS Y LÁGRIMA FÁCIL
Por Roberto Franchi
España está en crisis y quizá los españoles necesitan un empujón para darles esperanza y demostrarles que los obstáculos y las situaciones irregulares pueden superarse. Tal como una familia afronta la separación y la muerte tras ser víctimas de un tsunami. No podría dudar que llegó en el momento oportuno.
Este es el segundo largometraje de J.A. Bayona. Algo mejor que la fallida El Orfanato que presentó en 2007. Si bien la cinta ha hecho desastres con los récords de taquilla españoles, es una película manipuladora por donde se le vea. Es engañosa y el espectador cae fácil en la mentira.
Constantemente las imágenes están en búsqueda de la lágrima fácil, formadas por un sentimentalismo barato y mal trabajado. Parece que la intención fuera subrayar el dolor en todo momento, subvalorando al espectador con altas dosis explicativas de lo mal que la familia protagonista la está pasando tras el accidente. Por ahí comienza el error de Bayona, al punto de forzar y cruzar el límite en las escenas dramáticas, regodeándose innecesariamente del dolor de sus personajes. No existe ningún tipo de confianza hacia el espectador.
El guión se cae por sí solo. Por dos continuas horas seguimos la odisea de una familia separada por el tsunami que en pantalla se queda corta. Personajes ajenos entran y salen sin detenerse ni un segundo en contar sus propias vivencias. Ante un suceso así, son muchos los afectados y muchas las historias interesantes que podrían sacarse y sustentar aún más el desarrollo y peso dramático. Sin embargo, siempre nos quedamos con la familia protagonista: aunque los dos hijos menores podrían haber desaparecido y daba lo mismo, porque sólo estuvieron presentes en una de las secuencias más absurdas de la cinta cuando el padre los abandona para buscar a la esposa y al otro hijo. Acción forzada e inentendible.
Por otro lado no puedo negar que la dirección y aspectos técnicos de la cinta son impecables. El punto fuerte de Bayona no es contar una historia, está en la puesta en escena. La secuencia del tsunami está muy bien trabajada y no tiene nada que envidiarle a los académicos. Naomi Watts por su lado, luce con una actuación espectacular y de ahí sus recientes nominaciones totalmente merecidas. Ewan McGregor para el olvido, me quedo con el hijo mayor.
La música es parte de la manipulación continua. Es el recurso de apoyo para la lágrima fácil y porque sí. Parte de la tragedia que desde un principio entendemos que el director quiere mostrar. Más de lo mismo.
Al final no podría decir que es una película fallida. Su objetivo lo logra a pesar de la falta de identidad al ser un drama español con aires de reconocimiento hollywoodense. Es un telefilm bien hecho y lujoso. Le aporta cierta ayuda al cine ibérico, pero a la vez surge como enemigo de este. Lo cierto es que es Imposible que quede para el olvido a estas alturas.