Cuentos para entender la muerte y cantarle a la vida desde la literatura infantil
Desde tiempos remotos la última fase del ciclo vital ha suscitado curiosidad en los seres humanos, y despertado las musas de los más creativos. Además de la obra literaria de Edgar Allan Poe, Emily Dickinson o los hermanos Grimm, otras historias pueden acercar a los niños al tema de la muerte más allá de decirles que un ser querido se fue al cielo.
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El pato y la muerte de Wolf Erlbrunch
Hace tiempo el pato notaba algo extraño. -¿quién eres?¿Por qué me sigues tan de cerca y sin hacer ruido?, la muerte le contesto: – me alegro de que por fin me hayas visto, soy la muerte. La voz de Armando Quintero narra la historia. Él es un anciano simpático y bonachón, en el mundo de los cuentos se le conoce como la vaca azul y tiene casi 29 años reuniendo a grandes y chicos en torno al relato oral.
Texto e imágenes evocan el encuentro entre un pato y la parca: “una figura en forma de calavera, similar a la imagen de la muerte durante la edad media y que aquí recuerda a una abuelita tierna y delicada” analizó el cuentista.
Equilibrar con la vida
Quintero se refirió al hecho de morir como una experiencia que desde la infancia ha tenido al alcance de la mano: “el mismo día llegue a la escuela y la tortuga que teníamos de mascota se había muerto, un compañero de clases faltó porque también había fallecido, como la viejita que siempre me regalaba caramelos. Ese fue mi primer encuentro duro con la muerte, porque 3 veces seguidas no es fácil de asimilar para un niño de 9 años”, recordó.
El narrador expresó que el proceso de duelo es similar a cultivar el suelo: “mi abuelo del corazón (el biológico había partido), me hizo sembrar unos granos de maíz y cuando vi crecer las ramitas entendí que nada se destruye, todo se transforma…
Armando Quintero es originario de Uruguay donde se formó como maestro y profesor de literatura, durante su trayectoria como cuentacuentos ha dictado numerosos talleres en la escuela de letras de la UCAB. Con su artículo:La muerte en la literatura infantil y juvenil traslada la inquietud de su infancia al terreno de la investigación, unido a su rol de padre y abuelo.
En un contexto donde la muerte trasciende las amenazas de tortura o desaparición, vividas durante algunos regímenes dictatoriales latinoamericanos y se evidencia con mayor fuerza en la violencia cotidiana,el bardo enfatizó el compromiso que supone hablar del tema con los más jóvenes, necesidad que subrayó con unas palabras de Carlos Delgado Flores al conversar sobre ello: “una cosa es que la muerte sea algo que nos pasa y otra convertirla en algo con lo que vivimos”.
El fundador de los cuentos de la Vaca Azul, sugirió una serie de textos donde la esquelética señora aparece entre los personajes; como en el teatro de sombras de Ofelia de Michael Ende, o se vislumbra entre problemas similares: tal es el caso de ¿abuelita te acuerdas? Un cuento ilustrado de Laura Langston y Lindsey Gardiner que gira en torno al Alzheimer.
Armando Quintero es por naturaleza un abuelo del corazón: -¿ustedes saben que es esto? Preguntó mientras esgrimía un bastón de madera con un loro tallado. Predomina el silencio, roto solamente por las respuestas erróneas. “Si aquí hubiera alguien de Lara… no tardaría en exclamar ¡Pero si eso es un garrote!”, su voz se eleva con dramatismo, acto seguido procede a contar la historia del garrote, instaurado por los árabes en las islas Canarias.
El señor Quintero, comparó la dinámica de los palos de madera con la del Samurái y su espada. “Se dan duro, pero es un juego, no es para matar” aclaró. De esta anécdota, se desprende un principio que el narrador describe como un canto a la vida: “porque una persona que sabe jugar garrote no mata” apuntó, y al llevarlo a los relatos que hablan de luto añade: «me muevo entre ambas etapas para buscar el equilibrio”.
Una señora con muchas caras
Por lo general atribuimos a la muerte la imagen de una severa señora, que llegado el momento viene a buscarnos con su guadaña y nos conduce inexorablemente a ese lugar al que se va cuando expira la vida. No obstante, tras esa máscara inicial se esconde una pizca de condescendencia matizada por una atmosfera de oscuridad. ¿Se la imaginan ahora convertida en madrina? Dispuesta a hacer de ti un gran medico según sus condiciones, o tal vez, ofreciéndote una recompensa. Ese es un argumento recurrente en relatos como:El ahijado de la muerte ( también conocido como la Muerte Madrina), o la fábula de los tres hermanos, escrito por J.K Rowling y llevado al cine dentro del universo de Harry Potter.
Además de este carácter diligente pero frió y calculador, veremos manifestaciones de la parca que como el Fantasma de Cantterville de Oscar Wilde, su sola mención evoca temor y misterio pero en la práctica son fácilmente engañadas por las triquiñuelas de los humanos. Tenemos entonces, una muerte que se deja convencer por una pequeña para esperar a que acabe su tarea de matemáticas antes de llevársela en La niña y la muerte y otra atrapada en lo alto de un árbol,en el peral de la tía Miseria. Muchas de estas historias también realzan que la muerte aunque dolorosa es necesaria.
Para Armando Quintero, la pérdida de valores, el divorcio, el exilio, e incluso no seguir la vocación deseada equivalen a formas de muerte. El cuentista señaló a la literatura como una herramienta para contrarrestar la información traumática a la que están expuestos los más jóvenes a través de las redes sociales. “Mi padre quería que yo fuera contador público, y yo cumplí de algún modo, soy cuentacuentos” añadió jocoso.
El 02 de noviembre se celebra el día de los muertos,especialmente en México donde las personas acuden a los cementerios para honrar a los parientes fallecidos con ofrendas, flores y maquillaje de Catrina. Bajo esa línea, Calaveritas es una obra dirigida por Jennifer Gásperi, con textos de Castor índigo y Renata Daza que la agrupación Teatro Nueva Era presenta actualmente en el Trasnocho Cultural. En clave de musical, el espectador acompañara a una niña llamada Lupe en un viaje para volver a ver a su abuela, donde se encontrará con la misteriosa señora M.
En la víspera del día de los muertos, la literatura nos enseña dos lecciones, pocas son las temáticas que no pueden explicarse a los niños de manera clara y didáctica. Finalmente pero igual de importante: no hay razón para que un adulto no pueda disfrutar y aprender con una historia destinada al público infantil.