LA VIDA DE PI

En ocasiones pasa que cuando veo una película mi cabeza comienza a dar vueltas en torno a su significado, sus interpretaciones y sus símbolos; es esta una señal de que es un buen trabajo cinematográfico. Hay películas que nos hacen pasar un buen rato, otras que puede que no nos gusten, pero hay algunas que recordamos siempre.

 

Es este el caso de la última obra de Ang Lee, La vida de Pi. 

 

Un film basado en una novela fantástica de aventura escrita por Jan Martel. Cuenta la historia de Piscine Molitor Patel, «Pi», quien cuenta su historia a un escritor y promete que después de escucharla creerá en Dios. Desde temprano, el joven protagonista se mostró con una enorme sensibilidad espiritual que lo llevará a adorar a Dios en todas sus formas y a enamorarse de las religiones, cualquiera de ellas, a pesar de tener un padre radicalmente racional. Varios detalles logran describir a la perfección este personaje que, además, es increíblemente humano y adorable. 

 

El padre de Pi era dueño de un zoológico y por la difícil situación en la India, se ven obligados a viajar a Canadá. Él y su familia emprenden un viaje en barco junto con todos los animales del zoológico. El barco naufraga en medio del Pacífico y es ahí cuando comienza la extraordinaria historia. El joven Pi viaja en un bote, pero no se encuentra solo, lo acompañará durante 227 días, Richard Parker, un tigre de bengala poco amistoso con el cual deberá aprender a convivir para evitar ser devorado.

 

Encerrarnos en una única interpretacion para La vida de Pi es un absurdo, y así pasa con muchas otras películas, es eso lo mas apasionante del cine, sus infinitas posibilidades, su capacidad para conectar con cada persona que lo ve, logrando arrojar diversos significados para cada quien.

 

Es imposible no pensar en una simbología religiosa, aunque a partir de ahí pueden derivarse infinitas posibilidades. Sin duda es una historia que habla de la fe, independientemente del objeto de ella. Pi nos ofrece la opción de vivir con las difíciles situaciones que la vida nos arroja, sin esperanzas y hasta dejarnos vencer por ellas, pero también nos da la opción de vivir con fe, con esperanzas, con confianza. ¿Podría ser el tigre la fe misma? Perfectamente; mantener lejos al tigre, así como alimentarlo, es una distracción y una motivación para sobrevivir en medio del océano. En este sentido es la fe lo que lo mantiene en pie y con esperanzas. Escoger la vida de la fe o la religión es sin duda ver el mundo con otros ojos, escoger entre una versión de la historia u otra. 

 

Cabría también una interpretación psicológica. Y me disculpo por mis vagos conocimientos al respecto, pero existe un juego simbólico que describe nuestra naturaleza humana. Me atrevería a decir que el tigre representa nuestra dimensión irracional, nuestros instintos básicos y más salvajes, enfrentados a Pi, lo racional, pero también lo sentimental y espiritual. La lucha entre ambos se lleva a cabo hasta lograr un equilibrio. 

 

En términos técnicos son pocas las críticas que podría hacer. Creo que apresurar un final inesperado, luego de un ritmo en la historia tan pausado, puede hacer que el espectador quede un tanto desorientado y se pierda en el camino. 

 

La fotografía es fantástica, el trabajo digital se lleva a cabo casi a la perfección, los colores son estupendos y sin duda Ang Lee logra involucrarnos en la fantasía y la aventura.

 

Finalmente tengo q admitir que aún existen elementos de la película que no logro traducir, por lo tanto los invito a ver La vida de Pi y a compartir sus interpretaciones de este maravilloso trabajo.