Un llamado que no debemos ignorar

un-llamado

Los textos bíblicos constantemente nos hacen un llamado para que seamos defensores de la justicia y protejamos a los indefensos. En el libro de los Proverbios de Salomón, por ejemplo, en su capítulo 31, versículos 8  y 9, se expresa lo siguiente: «levanta la voz por los que no tienen voz, defiende los derechos de los desposeídos. Levanta la voz y hazles justicia, defiende a los pobres y a los necesitados» (Biblia, NVI, p. 693). Asimismo, la praxis del amor al prójimo, de la justicia, de la misericordia y de la solidaridad es una de las persistentes enseñanzas que Jesús de Nazaret transmitía, por medio de su predicación. Más allá de que usted sea, o no, creyente en el cristianismo, es imperativo comprender que tal llamado debe ser parte fundamental de nuestro acaecer, pues al velar por el cumplimiento de la justicia, en favor de todos los hombres, y al practicar el amor, la misericordia y la solidaridad, estamos resguardando la vida, sosteniendo nuestro propio existir.

Esto lo entendió muy bien Martin Niemöller, un pastor luterano que se opuso a la opresión del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, y quien —luego de ser liberado, tras haber estado preso en una cárcel y en un par de campos de concentración nazis— pronunció, en uno de sus sermones, titulado ¿Qué hubiera dicho Jesucristo?, las siguientes palabras:

Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar (Niemöller, 1946, s. p.).

Ahora, medite sobre lo que significa este discurso y observe, de nuevo, lo que he dicho sobre la necesidad de obrar «en favor de todos los hombres», de cada una de las personas que lo requieran, sin tener una intención distinta a la de ayudar, con equidad, a los demás. Aunque en esto, por supuesto, esté ayudándose también a sí mismo, porque ¿acaso no definimos parte de lo que somos mediante nuestros vínculos sociales?, ¿no nos mantenemos en la existencia gracias a las relaciones de carácter interpersonal?, ¿no somos en esencia, como lo expresaría Ricoeur (1996), «un yo que habla a un tú» (sí mismo como otro, p. 19)?

De igual manera, recuerde la muy conocida Regla de oro: «trate a los demás como desea que lo traten a usted», y verá que, naturalmente, la mayoría de las personas comenzarán a tratarlo de la misma manera, ya que siempre hemos de recibir igual o mayor medida de lo que damos, sea bueno o malo. Si ofrecemos violencia, indiferencia o engaño, eso obtendremos a cambio; más si ofrecemos respeto, atención y aprecio, lo mismo se nos obsequiará cuando, tal vez, seamos nosotros los desposeídos.

Repito, la defensa de la vida, llevada a cabo mediante la praxis de la justicia y la solidaridad, la misericordia y el amor, debe ser un trabajo de todos, para el bien de todos. Esta es una acción continua que nos exige evitar las parcialidades, desprendernos de los fanatismos ideológicos que tanto daño les han causado a la humanidad a través de la historia —cualesquiera que sean estos—, y prescindir del silencio, cuando se trata de sostener la verdad y/o declarar consuelo y esperanza ante el sufrimiento y la necesidad de los otros. De este modo, nos levantaremos de la ignominia, en contra de la iniquidad, provenga de donde provenga, aunque debamos ir en contra de nuestras propias aficiones, aunque la víctima sea algún desconocido (e incluso, el enemigo) y el victimario nuestro mejor amigo.

Hacer esto parece algo difícil, casi imposible, ¿no? Pero podemos efectuarlo, si lo decidimos, si aprendemos a persistir. Este es el llamado que aceptan quienes hacen la diferencia, aquellos que realmente transforman, positivamente, al mundo y socavan las bases donde se asienta la crueldad.

Últimas entradas de David J Torres (ver todo)
(Visited 247 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras