Territorio y Poder: más coca
Finalmente, los cocaleros del Trópico lograron su objetivo político: más coca “legal” y reconocida por Ley; van a las 7.700 hectáreas para la región del Chapare que consolida su territorio (espacio vital del MASismo); en un hecho, la Coca les mantiene el Poder.
Personalmente creo que no es que les haya molestado estar como estaban, no es que a partir de la Ley se permitirá el aumento de siembra hasta llegar las 7.700 hectáreas; estas ya están ahí, se las está trabajando y, en realidad hasta pueden ser más si consideramos que todos los años el Gobierno erradica unas 10.000 hectáreas de coca en el país (El 60% de las erradicaciones se realizan en Chapare)[1], de manera que el espacio estaba seguro y entre esta “sinergia” política: erradicación-siembra, legalidad-ilegalidad, los cocaleros bien podían seguir haciendo lo mismo.
Lo cierto es que con Ley o sin ella, el Movimiento base del Presidente, era dueño de sus propias políticas y sus “controles sindicales” estaban por encima de los controles del Estado. En el Tropico cochabambino el sindicato y las Federaciones son la Ley, el Estado entra sólo si se lo llama o se le permite, de manera que la razón del “crecimiento del área de coca legal sembrada en Bolivia”, pasa por otro lado.
Lo que cambió, creo yo, fue la mirada política de mediano plazo; la constatación de la caída en los niveles de aceptación y aumento de impopularidad de Evo Morales; el retorno al límite o a los números del “voto duro” los debe haber inquietado; políticos como son, sienten la falta de credibilidad de Morales en el país y en esas condiciones se ven ante la cercanía al 2020 (fecha de la despedida), consecuentemente, han sido los factores políticos los que impulsaron a los Cocaleros del Trópico, a apurar una ley que les reconozca la consolidación del área de siembra del que ellos saben es su espacio vital.
Precisiones necesarias: el Evo Morales de hoy, no es el de antes del Referendo de febrero 2016 (21F); hay un debilitamiento de Evo Morales (Evismo) en el país y, probablemente en mayor porcentaje, del MASismo; los cocaleros son conscientes de ello y asumieron que llegó el momento de que la base cocalera de Chapare exija al “su Presidente” (Federaciones de Cocaleros) retribución al apoyo de todos estos años y, sin ninguna duda, la retribución pasa por “ordenar las cosas y dejarlo todo listo, antes de irse”.
Romper el 21F es cada vez menos factible para el MASismo y, por si no lo logran, más allá de los intentos legales y violentos a los que puedan recurrir, el cocalero sabe que debe “asegurarse” hoy con la mayor cantidad de hectáreas de coca que pueda para seguir manteniendo un “espacio vital” para la fuerza cocalera que domina el centro del país; es una estrategia y lucha de posiciones, es politica pura y, ellos saben cómo hacerla.
Está claro que la posibilidad de forzar la CPE y dejar sin efecto el 21F es poco menos que imposible para el Morales de hoy (más aún con ese asunto de su enfermedad que lo obligó a viajar de urgencia), de manera que los cocaleros se adelantan y aseguran una zona cocalera muy amplia que les permite seguir no sólo sembrando coca y haciendo buenos negocios, sino que con eso se aseguran un territorio político con la mira puesta en recuperar el Poder después de Evo o, al menos mantener representación parlamentaria importante; Loza no es tonto: asegurar el espacio hoy, es vital para los cocaleros, ellos saben que será muy difícil que un nuevo gobierno (no cocalero por supuesto) pueda disminuir el área de siembra consolidado por el Gobierno de Morales; supongo que mientras no haya un Gobierno lo suficientemente fuerte y legítimo, ninguno de los que venga querrá meterse en semejante problema, de manera tal que los cocaleros volvieron a confirmar mi tesis: la coca creó un territorio, el territorio consolida el Poder y ese Poder volvió al Territorio y el Territorio se expande legalmente, de ahí lo que se haga con la coca, si se sigue enviando el 95% a mercados “no legales” (eufemismo de ilegalidad) es otra cosa; mientras tanto y, hasta el 2020 en enero, el país seguirá mirando cómo el narcotráfico se moverá en el país a sus anchas.
No hay nada que pruebe lo contrario.
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