Cómo reaccionar ante la ola del chavismo llegando a EEUU
Una vez mi tía me dijo que los venezolanos en el exterior somos como las palomas mensajeras. Estamos regados por todo el mundo, lejos de nuestra tierra, nuestros familiares y nuestros amigos. Pero en nuestros corazones sabemos que hay un lugar donde realmente pertenecemos, y tarde o temprano terminaremos ahí de nuevo. Así me gusta imaginarme a los millones de venezolanos que nos hemos ido del país- como palomitas volando por todo el mundo, esperando que sea el momento de volver a casa.
No es fácil ser inmigrante y comenzar de nuevo en un país extranjero, pero peor es ver la crisis que se devora a Venezuela y no poder estar ahí para marchar y protestar la injustica del gobierno contra el país. Como venezolana viviendo en los Estados Unidos, siento que llevo una culpa por dentro de mi que se pone más profunda con cada tuit y noticia que veo. Intento cumplir con mi trabajo como mensajera e informar al mundo sobre lo que pasa en nuestro país, pero igual se que no estoy haciendo lo suficiente. ¿Cómo se compara compartir un artículo en Facebook con dar la cara en las calles de Caracas?
Por eso siempre estamos buscando la manera de ayudar más. Aparte de enviar dinero y remedios, una de las mejores cosas que podemos hacer para apoyar a nuestros compatriotas es asistir a los que vienen recién llegados para establecerse en su nuevo país. Esto incluye recibirlos en nuestras casas, encontrarles trabajo y sumergirlos en la comunidad local de venezolanos. Antes esto se hacía con los ojos cerrados, pero desafortunadamente ya no es el caso.
Ahora hasta las personas que maldecían al “imperio” se quieren venir a los Estados Unidos, y estamos encontrando que tenemos un papel nuevo como venezolanos en el exterior: ahora también nos toca denunciar a los chavistas descarados que llegan buscando nuestra solidaridad.
Recientemente me enteré de un caso así aquí mismo en donde vivo, en Atlanta, Georgia. Un muchacho llamado Facberm Useche se acababa de venir de Venezuela y se unió a una iglesia local. Como parecía ser humilde y buena persona, se ganó la simpatía de los miembros de la iglesia y ellos le ofrecieron toda la ayuda posible para que pudiera comenzar una vida nueva aquí en Atlanta.
Fue después de unos meses que una búsqueda en Internet les informó que Facberm no solo trabajaba como abogado en Venezuela, si no que era un Fiscal trigésimo primero del Ministerio Público del régimen. El fue uno de los fiscales involucrados en los casos para incriminar a los estudiantes protestando en campamentos en Caracas en el 2014 y a los ejecutivos de Farmatodo en el 2015. Todavía hay muchachos presos en Venezuela por su gestión, y el está aquí pidiendo asilo político y mezclándose con las verdaderas víctimas de la revolución.
Los periodistas venezolanos tienen a los chavistas fichados en Miami, pero somos muchas palomas mensajeras regadas por todo el mundo. No tienen donde esconderse y no los vamos a perdonar. Quizás no podemos marchar en Venezuela, pero los que estamos en el exterior tenemos el gran trabajo de no permitir que los chavistas asuman la inocencia.
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