Pasión, perseverancia, paciencia… Poder
Con frecuencia me preguntan, a través de mi blog o en las redes sociales, cómo podría unirse toda una región como Latinoamérica. Si cada país tiene sus propios intereses, sus propios tiempos y códigos, no es sencillo, por decir que imposible, imaginar una coalición de naciones capaz de mirar con optimismo un futuro común.
Pongo un ejemplo pequeño, como siempre procuro hacer, para desde ahí partir a lo grande…
Hace poco vi al fundador y CEO de la empresa OpenEnglish, el venezolano Andrés Moreno, en el programa de entrevistas de Ismael Cala, por CNN. Entre muchos datos interesantes, hubo uno que captó mi atención: su empresa tiene un departamento, “Gerencia de la Felicidad” se llama, que se encarga de asistir personalmente a los más de dos mil empleados que forman parte de la nómina de su compañía. Su misión es la de entablar con ellos vínculos sólidos para ayudarlos en su particularísima lucha por hacer coincidir la vida privada con la profesional.
La “Gerencia de la Felicidad” apoya a sus empleados para, además, hacerlos crecer como individuos y compaginar este crecimiento individual con la misión de OpenEnglish como un colectivo empresarial. Sostiene Moreno que si sus empleados tienen un entorno sereno en el que pueden desarrollarse como personas, pero al mismo tiempo aportan a la evolución de la firma, pueden crecer en bloque y de manera orgánica, o sea, por sus propios medios, sin necesidad de comprar otras empresas o subcontratar servicios.
Moreno explica que en OpenEnglish cada empleado tiene una función específica: una misión. En un entorno propicio, las metas no solo se cumplen, sino que se superan, gracias al valor agregado que aporta cada persona, y eso se traduce en crecimiento para todos. No solo de la compañía, sino de ellos mismos: en la escala laboral, en el cheque que reciben al final del mes y en el bono de productividad al terminar el año. Todos felices.
“Misión” es, según la Real Academia Española, el «trabajo específico que debe cumplir una persona, grupo u organización”. En otras palabras, existen misiones personales y misiones colectivas, y ambas pueden ser compatibles. En la medida que nuestras misiones personales sean cónsonas con la misión colectiva, estaremos desarrollándonos progresiva y sostenidamente. No son palabras bonitas ni un invento mío: Moreno comentaba que pertenece a una organización latinoamericana que se encarga de buscar nuevas ideas e invertir en ellas para hacerlas crecer, y que uno de los principales requisitos para enamorar a los inversores es hacerlos creer en las personas. Sin un entorno adecuado, esa semilla no podrá germinar. Pero si quienes empujan esa idea están apasionados con ella, el futuro puede ser sorprendente.
Como ven, el mundo se está moviendo. Es solo cuestión de intentar entender hacia dónde y actuar en consecuencia.
“(…) Tu éxito va a llegar. No siempre en el momento en que uno quiere,
pero hay que tener fe en que las cosas van a salir bien;
hay que seguir trabajando con pasión y perseverancia para que eso ocurra.
Muchos no las tienen, y por eso se quedan en el camino”
Andrés Moreno
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