CINE QUE HABLA ESPAÑOL: «EN LA CIUDAD SIN LÍMITES»

Por Luisa Ugueto

 

EN LA CIUDAD SIN LIMITES FRONTsmallLos secretos familiares, son eso, secretos. Nadie sabe en realidad que se esconde detrás de la confortable y tranquila vida de los otros. La vida es corta, pero no tanto como para que el transcurrir del tiempo no traiga consigo una serie de hechos y circunstancias que acumulamos, a veces, como lastre, pesado o leve, dependiendo del caso. Me gustan las películas con Leonardo Sbaraglia, ha tenido el tino de filmar muchas grandes producciones, buenos proyectos, no por exitosos o costosos, que también, por interesantes y bien logrados (Sin Retorno, El corredor nocturno, Amor, dolor y viceversa, El concursante, Plata quemada) tal es el caso de esta película  a la que llegue por él, dirigida por el director español Antonio Hernández.

 

Víctor (Leonardo Sbaraglia) llega  a París a  visitar a su padre, Max (Fernando Fernán Gómez), quien esta recluido en un hospital, al borde la muerte, según le han dicho, pero pronto se dará cuenta que mas que físicamente enfermo,  Max tiene “alucinaciones”,  esta convencido de que hay una conspiración contra él. Entre los devaneos del padre y sus propios rollos personales, Víctor va tejiendo una serie de circunstancias plagadas de dudas y acertijos, para sí mismo y por supuesto para el espectador.

 

Si una película es su reparto, esta ya lleva ventaja: Geraldine Chaplin, Fernando Fernán Gómez, Leticia Brédice, además de Sbaraglia, y otras caras conocidas del cine español y argentino forman  un bastión a la hora de hacer del film una excelente puesta en escena.

 

EN LA CIUDAD SIN LIMITES 2

 

 

Dejando de lado el trasfondo político de la trama, que pronto empezamos a descubrir de la mano de Víctor, la familia, ese núcleo desconocido, confuso y disfuncional en el que convivimos, es la base de todo el film. La familia, en la cinta,  es un nido de secretos, tristezas, problemas no resueltos.  Si en El Secreto de sus ojos, los personajes se preguntan durante todo el film: “¿Cómo se hace para  vivir una vida llena de nada?”.  Mirando “En la ciudad sin límites”, somos los espectadores que terminamos preguntándonos:    ¿Cómo se hace para vivir una vida falsa, sesgada, incompleta, limitada? ¿Cómo se hace para ser lo que no eres durante más de 60 años? ¿Cómo se hace para manipular la existencia ajena? No menos que sorprendente es el final de este film que quizás no responda ninguna de estas preguntas. Pero te brinda una sutil y tímida alegría: la de quien descubre que por más que cortes la hierba, la quemes o la escondas, siempre crece.   

 

Calificación: 10/10

 

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