15 DE ABRIL DE 2013
Por Carlos Becerra
El día arrancó mal, pesado, el control remoto echa humo entre Globovision, CNN y Venevisión, entonces solo entre Globovisión y CNN, y me acuerdo que existe el Twitter pero no es suficiente.
Las ganas de salir son tremendas pero me retumba en la cabeza la voz de mi mamá diciéndome: “Hijo no tienes nada que buscar en la calle, hazlo por mi”; mi mamá ganó, y eso que me emancipé hace más de 15 años.
El día continuó, el control remoto derritiéndose, ya se “tuitean” protestas en todos lados y la cámara agarrando polvo. A las 4 de la tarde la cámara pudo más que mi mamá. Salgo en la moto, a los 300 metros, gente en la calle, banderas, pitos, ollas y enojo, 200 metros más allá más gente. Me paro y son señoras con cacerolas, chamitos con cacerolas, jóvenes con cacerolas, un hombre con una bandera, indignados todos, como si se les hubiesen robado algo. Paso por la autopista, el mismo cuadro, no la cerraron pero estaban en la calle, tráfico lento pero en moto no importa.
Llegué a Altamira, alcabala: “Pa´donde va usted ciudadano, no hay paso pa’ Altamira”. – Es que yo vivo aquí mismito, en ese edificio. –“Tiene que buscar otra vía”.
Avanzo un poco más, saco la cámara y me encuentro con un policía de Chacao en el módulo del Vivex en el distribuidor. Pongo cara de “sobrao”: Pana yo soy fotógrafo y quiero subir, puedo dejar la moto aquí?, – “No me puedo hacer responsable pero sube por aquí, mosca”.
Tercera alcabala, estos ya parecían Robocop pero de verde, desde unos 50 mts veo una mano en señal de alto, la misma historia: “Pa´donde va usted…”, la misma respuesta: es que soy fotógrafo…, – “Ah!, eres fotógrafo… pero no te quiero ver corriendo cuando tiren el gas…” el compañero se ríe, “dale pues, para la moto por ahí”.
Llego a la Luis Roche, un piquete de unos 200 efectivos de la guardia y un par de ballenas, humo, los ojos comenzaron a picar, unos chamos un poco más allá sentados en el piso con mirada fija en los guardias y manos alzadas.
Pasaron las horas, piedras pa’ un lado, gas pal’ otro, los chamos que estaban manos al aire al frente gritaban por paz, justicia y libertad, encapuchados más atrás piedra y piedra, caucho quemado.
A golpe de 9 de la noche subo a la plaza, gente con cacerolas protestando tranquilamente, otros quemaban basura, motorizados agitando la cosa, ¿eran infiltrados?, no lo sé, tenían camisas de Capriles y creo que al final, lo único que hacía falta era que una abuelita gritara “pal’ CNE!” para que se prendiera el peo.