La conjura contra Venezuela

Ellos viven en un sueño y

nosotros en una pesadilla”

Roth (*)

Viejas y controversiales posturas políticas de Philip Roth no impiden el  amplio reconocimiento a su obra literaria. Capaz de domiciliarse en la vida cotidiana estadounidense, sobre todo en la de la comunidad judía, despeja muchas de las interrogantes que suscita una sociedad que ahora vive una particular transformación.

Así, llamamos la atención respecto a un título que pertenece al género de la política-ficción o de la historia confractual. “La conjura contra América” (2004), versa sobre la presidencia de Charles Lindbergh, tras derrotar a Franklin D. Roosevelt, a principios de los ‘40 del ‘XX.

De una muy perspicaz trama, el célebre aviador es objeto de una insólita y paciente extorsión, convertido en un predicador intransigente a favor del aislacionismo. Inevitable, el ejercicio del poder permite descubrir la dramática verdad de una conspiración urdida por la Alemania nazi.

Algo semejante, pero muy real,   fue la conjura de la dictadura cubana contra la democracia venezolana que auspició la convivencia internacional con la vieja promotora de la insurrección continental. Los Castro esperaron muchos años para ello, sembrando y una cultivando una peculiar relación con Chávez Frías; y, además, en lo que corre del presente siglo,  han  infiltrado los más significativos ámbitos sociales de nuestro país, a objeto de garantizar la continuidad de tan singular protectorado.

Los regímenes de aspiración y de experiencia totalitarias, privilegian y perfeccionan la labores de (contra) inteligencia, empleando grandes recursos y mucha paciencia en el desarrollo de las habilidades de infiltración y chantaje; aunque no lo lograron los nazis consumar, como lo imaginó Roth, gracias a una sociedad en constante alerta, como la estadounidense de entonces), la realidad venezolana supera con creces al autor.  Nada casual que las pretendidas elecciones parlamentarias en Venezuela, cuenten con el aval de un líder  opositor que finalmente sinceró sus posiciones, mientras que hay ciegos partidarios del aislamiento estadounidense, paradójicamente, con el respaldo de algunos venezolanos de la diáspora: sin dudas, algo novelable.

(*) “La conjura contra América”, Mondadori, Barcelona, 2005: 92.