Una pregunta

Absolutamente, toda la región latinoamericana es el escenario natural de los distintos liderazgos políticos que surgen al compás de una inestabilidad extendida.  Atónita,  la opinión pública democrática luce resignada ante el avance de las fuerzas anti-occidentales que proliferan bajo cualquier pretexto.

Aparente y sólo aparentemente abstraída la caribeña, creyéndola una zona inmune a la izquierda gansteril, por sus vínculos de ultramar, el peligro se expande con una habilidad asombrosa. Por motivos de género, étnicos, medioambientales o de cualquier cuño que permita ahondar en las diferencias, surge un discurso reivindicativo, estratégicamente inflado, capaz de llevarse por delante cualesquiera experiencias democráticas, por definición, perfectibles, empleando la fórmula constituyente como un buen caballo de Troya, con olvido de las muy visibles lecciones de la Venezuela que cursó y cursa.

Paradójicamente, identificado con los propósitos del Foro de Sao Paulo y sus derivados, Pedro Castillo, consciente de la causa del masivo desplazamiento y refugio de los venezolanos en Perú, revalida la xenofobia de muchos de sus paisanos, prometiendo una inmediata expulsión. La emboscada perfecta para el ingenuo elector que no otea la amenaza real de un proyecto totalitario de alcance continental, en verdad.

Todos los argentinos saben del papel que le toca jugar a Alberto Fernández en el kirchnerismo que agradece tanto sus servicios. Por cierto, tan diferente a Héctor Cámpora, conocido en nuestro país desde principios de los ’50 del ‘XX, cuya ciega lealtad no desmintió una experiencia política acumulada, antes de la definitiva degeneración del peronismo.

 Luego, la diáspora venezolana, forzada y desesperada, le es útil a quienes la celebran para apuñalarla y ofrecerla en un ritual de sacrificio, o los payasos encumbrados ayudan a una más radical banalización de un problema que traspasa las fronteras. Pregunta obligada, ¿hay una oposición genuinamente democrática, preparada para afrontar el reto en países que les son estratégicos al tinglado de la izquierda gansteril en América Latina?