UN CAFÉ MELANCÓLICO
Por Ariana Arjona
@ArianaArjona
“Somos una excelente banda con dos discos pésimos”
Se forman en el año 2011 para hacer “rock arrecho para un pueblo manso”[1]. Ellos definen su estilo como rock barrial, tropifolk y chaborreo melódico. Daniel Esparza y Pachi Jímenez en las voces, Sebasplay en la guitarra, Vicente Vitulli en el bajo, Salvador Gozzo en la batería y Luis Esparza en la guitarra y batería también; son los que le dan vida a Los Meláncolicos Anónimos, banda que se encuentra en su última producción discográfica.
Daniel y Salvador conversaron con Guayoyo en Letras y nos contaron un poco sobre el cierre de este proyecto musical.
—¿Cómo se formó Los Melancólicos Anónimos?
—En principio éramos Vicente Vitulli en el bajo, Luis Esparza en la batería y yo, Daniel Esparza en la guitarra y voz. Fuimos a grabar con mi amigo Sebastián Núñez, que es dueño de un estudio (Chocolate Music) y de inmediato dijo que se quería sumar al proyecto. La primera canción que grabamos fue El Payaso de El Rodeo. Pachi Jiménez me acompañó, escribe el coro de la canción, y dice que también quiere estar en la banda. Después Luis no puede tocar más la batería y se une Salvador Gozzo. En ese momento Pachi se va a Holanda a trabajar y Luis Enrique pasa a sustituirlo tocando guitarra.
—¿Por qué “Los Melancólicos Anónimos”?
—Fue un invento de Pachi, él es llorón. Yo le quería poner Los Teloneros porque sabía que no íbamos a llegar a ningún lado (risas).
La vuelta que hemos tratado de darle al asunto es que así como los alcohólicos anónimos se agrupan para no caerse a palos -solo por hoy-, Los Melancólicos Anónimos nos agrupamos para no estar tristes, solo por hoy. Entonces, solo por hoy grabemos un disco, solo por hoy hagamos canciones, solo por hoy toquemos un instrumento; y ese solo por hoy se convierte en el “hoy no fuimos, mañana sí.”
—¿Cuál era el status de la banda hace dos años cuando comenzaron y cuál es ahora?
—Prácticamente el mismo. Yo tenía más cabello (risas). La banda en primer momento era un grupo de treintones profesionales reunidos para entretenernos haciendo música. Dijimos que íbamos a hacer un EP para escucharlo cuando estuviéramos en nuestras casas tomándonos algún trago, compartiendo y reírnos un rato. Sin embargo, estos proyectos terminan siendo más serios de lo que uno aspira, no porque uno haga esto jugando o porque uno no esté comprometido con hacer música, sino porque ya nosotros habíamos tenido una experiencia previa en el ecosistema musical criollo.
Por supuesto el ecosistema musical venezolano de los 90 es muy distinto al actual, y no nos creíamos el cuento -como todavía no nos lo creemos- de ingresar al -si es que existe tal cosa- star system criollo. Nunca hemos aspirado a eso. Nos gusta hablar de eso, señalarlo y hacer parodia de eso. Creemos que en un país donde se está peleando por solucionar problemas fundamentales de abastecimiento, de energía, de educación, de vialidad; cualquier cosa que suponga ser industria de consumo cultural está condenada a ser absorbida por un grupo minúsculo.
No estamos haciendo música para quinceañeros ni para que las chamitas de 14 años salten en la Plaza Alfredo Sadel; estamos haciendo la música que quisiéramos escuchar.
—¿Cuál es la historia detrás de El Payaso de El Rodeo y Banos Aser el Amor?
—El Payaso de El Rodeo tiene una historia sencilla. Hay un miembro más de Los Melancólicos que se llama Hernán Quilarque. Un día él me pasa un mensaje y me dice: “deberías componerle una canción al motín de la cárcel de El Rodeo, ahí te dejo esa cajita de legos pa’ que juegues”. El tema es una versión de My Baby Shoot Me Down de Nancy Sinatra y nosotros sustituimos “bang bang” por el fonema criollo “lang lang” de caerse a tiros. Estaba maqueteada y la colamos en redes sociales porque no queríamos perder el timing de lo que estaba pasando en ese momento con los motines. También grabamos el video, que de hecho fue el primero que hicimos.
Cada vez que tocamos el tema le preguntamos al público que con cuál cárcel quieren que la cantemos, porque cuando no hay motín en el Rodeo, hay en Sabaneta, cuando no hay en Sabaneta hay en Tocorón.
En cuanto a Banos Aser el Amor, es un tema que compuso Joaquín Ortega. Él tenía un proyecto en los 90 de un género que él llamó salsa bazuko, una salsa que era más arrabalera que la salsa erótica. Hizo tres temas, uno que se llama Muerde Muslo, Galán de Burdel y Banos Aser el Amor. Nosotros lo versionamos y convertimos en bolero pero en vivo tocamos la versión rockanrollera.
—¿Cómo han reflejado su evolución en sus álbumes?
—Yo no hablaría de evolución, probablemente hemos involucionado un poco en algunos temas. Nosotros somos una excelente banda con dos discos malísimos. Nuestro primer disco es quizá mucho más acústico, es bastante crudo y el segundo disco no sé por qué pero salió llorón y romántico, a pesar de que allí están los temas más peleones. Uno de ellos es Tuami nome asusta, que es una canción dedicada a la burocracia estatal en cualquiera de sus circunstancias. Y el tercer disco va a ser muy punk, es la impresión que tengo.
—¿De qué va el tercer disco?
—En total van a ser 10 temas, se va a llamar Las 10 Peores Canciones de la Capitanía General de Venezuela. El título tiene la intención de denunciar el riesgo de la pérdida de la fundación de la república y pasar a ser la capitanía general.
—¿Por qué se separan?
—Porque todos estamos idos: Pachi está en Holanda, Luis está en Maracaibo y se va a mudar a Colombia, o sea, se va a mudar cuatro cuadras más allá (risas). Sebastián tiene su estudio, Salvador espera terminar su carrera afuera y yo me voy a hacer un doctorado. Sin embargo, si nos quedásemos después de la grabación del tercer disco igual pararíamos con la banda. Probablemente Los Melancólicos haya cumplido un primer ciclo que se cierra con este último álbum.
—¿Cómo les gustaría ser recordados?
—Nos gustaría que dijeran que en medio del berenjenal que ha sido la Venezuela de estos últimos 15 años, nosotros fuimos probablemente los únicos que se tomaron la molestia de hacer por lo menos un tema con contenido explícitamente político en cada uno de sus discos. ¿Por qué? Porque hay necesidad de que la gente hable de eso explícitamente. Cuando Viniloversus sacó Ares No Dispares ¿a quién le estaba hablando? ¿Al estado o a los malandros? ¿Por qué no pueden ser un poco más explícitos?
Cuando La Vida Boheme se viste de liqui liqui y sacó un disco en el que habla de El Cementerio del Sur y de El Cementerio del Este ¿por qué no hablaron explícitamente señalando a los responsables? ¿Es tan difícil? Más aún cuando se supone que conocen la historia del rock y del punk ¿qué es lo que pretenden? ¿Sonar en la radio? ¿Para qué? ¿Para meter a 100 personas en un bar? Eso es lo máximo que va a pasar aquí, ¡ah! y tener 10.000 followers en Twitter. ¿Van a seguir cantándole al victimismo de la puerta del apartamento para adentro?
Nos gustaría que dijeran: “oye, habían unos tipos que decían vengan a votar, que acusaban a los ministros de asesinar gente en las cárceles, que le decían “coño de tu madre” en la cara a la burocracia de un Estado que prometió reducir su peso a 12 ministerios y ahora tiene 36, que denunciaron abiertamente que el eslogan “yo soy Chávez” era la cumbre de autocracia.”
Un café con…
—¿Qué endulza su café?
—La amabilidad de la gente.
—¿Qué amarga tu café?
—La estupidez y cuando la gente deja de hacer cosas por miedo.
—¿Con qué personaje se tomarían un café?
Respuesta de Daniel:
Con Tom Waits. Si él quiere, le puede escupir al café.
Respuesta de Salvador:
Con Zucchero Forniaciari.
—¿Qué canción de ustedes es como para tomarse un café?
—Dale unfollow al diablo.
—¿Qué tipo de café es Los Melancólicos Anónimos?
—Es un café negro, fuerte, caliente… Pero dulce.
http://losmelancolicosanonimos.bandcamp.com/
https://soundcloud.com/losmelancolicos
[1] Bio en su cuenta de Soundcloud
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