Reflexiones sobre la política de salud reproductiva

En el municipio Libertador, recientemente, la alcaldía emitió un anuncio en sus redes sociales donde invita a la población a las jornadas de “Planificación Familiar” en las que las mujeres, a partir de los 12 años de edad, podrán recibir gratuitamente un anticonceptivo subdérmico. No tenemos a la mano las estadísticas públicas, estas siguen manteniéndose en inexplicable secreto, sin embargo, podemos intuir que las autoridades sanitarias han debido detectar que la iniciación sexual está ocurriendo a muy temprana edad porque solo eso explicaría implantes de anticonceptivos subdérmicos a los 12 años.

Si fuese esa la razón, entonces debemos admitir que la política de salud reproductiva es incompleta en muchos sentidos. Si las niñas ya están teniendo relaciones sexuales a los 12 años no solo se les debe proteger de un embarazo no deseado, también debe protegérseles contra las enfermedades de trasmisión sexual, entre ellas, el Virus del Papiloma Humano que está íntimamente relacionado con el desarrollo del Cáncer de Cuello Uterino, primera causa de muerte entre las venezolanas.

Hay otros aspectos a considerar y a evaluar con respecto a las niñas que a partir de los 12 años se les oferta el anticonceptivo subdérmico, ¿Cuál es el perfil de sus parejas sexuales? ¿También son niños de 12 años? ¿Acaso son adultos?… Si se establece un abordaje integral podríamos detectar cuadros de abuso y proteger a las mujeres de la violencia o la esclavitud sexual. La amiga Lina Fernández, enfermera de profesión, me indica que el procedimiento correcto antes de dar un anticonceptivo subdérmico es llenar un cuestionario para conocer la historia del paciente. ¿Se está efectuando ese cuestionario?

En todo caso, la sola repartición de anticonceptivos subdérmicos son una política de salud reproductiva insuficiente y limitada, que se efectúa más por fines propagandísticos que por un intentar responder seriamente a la dinámica de desigualdad y precariedad que afecta a las mujeres. Conversando con del Dr. Tito de Freitas, médico especialista en salud pública, logro comprender que también debe ser motivo de preocupación que la alta carga hormonal del anticonceptivo subdérmico puede tener un impacto negativo en las niñas. A juicio de mi amigo galeno, la salud reproductiva no puede ser improvisada, se debe pensar antes de actuar.

Otro asunto que merece discusión es que a las mujeres que acuden a los servicios de maternidad pública y solicitan ser esterilizadas, aprovechando la oportunidad de encontrarse en trabajo de parto, se les niega a razón de que ese procedimiento solo se práctica para mujeres que tengan más de tres hijos. Esa debería ser una decisión exclusiva de la mujer, ella debe decidir cuando ser madre y cuantos hijos tener. Esto revela que se requieren políticas públicas con enfoque de género, que las necesidades de las mujeres deben ser abordadas integralmente.

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Guayoyo en Letras