BARRIO NUEVO, VIEJAS ESPERANZAS

Por Luis Guillermo Valera

@guilloescritor

 

 

 

Hoy quiero ser bueno con el Gobierno. Por hoy me exorcizaré de lo majunche/apátrida/pitiyanqui. Este cambio de orientación política se debe a la promoción a Gran Misión y del re-reimpulso de la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor.

 

La posibilidad de que una familia pueda reemplazar su triste ranchito por una casa con agua corriente y electricidad propia debería ganarse la simpatía de cualquiera. Pero entonces, ¿por qué el anunció del señor presidente Maduro causa tal escepticismo que casi nadie se lo toma enserio?

 

Venezuela es un país ranchificado: el 52% de los habitantes de las ciudades viven en barrios. Una cicatriz rojo ladrillo que se extiende hasta donde abarca la vista. Otra de las bondades de la bonanza petrolera.

 

Muchas veces se han ideado planes para acondicionar los barrios, convertirlos en urbanizaciones populares a los 23 de Enero o repoblar el campo. Pocos se pusieron en marcha, casi ninguno funcionó.

 

Entonces llegó nuestro Comandante Eterno y puso las cosas en orden: la reorganización urbana de Misión Villanueva no pasó de delirios bienintencionados, la obra del superministro Diosdado fue más bulla que cabuya, nadie sabe cuántas casas se han hecho con Misión Vivienda ni a cuántas no se le caen las paredes.

 

Ya en el 2009 el presidente Hugo Chávez creó la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor. Un inversión mil millonaria para emular los logros conseguidos en Medellín o en las favelas. El resultado: 141 ranchos demolidos, 52 viviendas construidas.

 

Luego de tales logros, la Misión había cumplido su objetivo y cayó en el  olvido. O al menos hasta que hoy, pleno 2013, el presidente Maduro la relanzó, ahora en su nueva categoría de Gran Misión.

 

¿Será capaz el hijo hacer lo que papá Chávez no pudo? Quién sabe. La vida está llena de sorpresas.

 

Hoy quiero ser bueno con el Gobierno. Le daré el beneficio de la duda. Ojalá con este nuevo Barrio Nuevo llegué a su fin la vieja esperanza de los venezolanos: una casa digna, una vida digna.

 

La vida está llena de sorpresas, veamos que nos deparará.

 

Una cosa es ser bueno con el Gobierno y otra muy diferente es ser pendejo. Si este nuevo Barrio Nuevo es solo otra desilusión… Después de todo, hasta Shakespeare lo decía: “¿De qué sirven el llanto y las quejas cuando no hay esperanzas?”

 

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