Venezuela reprueba en materia de corrupción
Por Fanny Mora
@Maye_MoraS
El índice de percepción de la corrupción 2014 que fue publicado por la ONG Transparencia Internacional, muestra a Venezuela como el país latinoamericano más corrupto junto con Paraguay. Manteniéndose en el puesto 161 del ranking con 19 puntos, Venezuela no ha demostrado un gran avance desde los índices del 2013 y 2012, donde obtuvo 20 y 19 puntos, respectivamente.
La contralora General Adelina González, expresó su desacuerdo ante el informe, considerando que “ofende el gentilicio del pueblo venezolano, caracterizado por ser honesto y trabajador, y forma parte de la guerra mediática y económica de la que es objeto Venezuela”. De ser como lo expresa González, deberíamos realizar un repaso para asegurarnos de que tenga razón y que la puntuación recibida es incorrecta.
En los últimos años han destacado los siguientes casos de corrupción:
– Ferrominera, quedó en bancarrota tras fraudes por el equivalente a 1.200 millones de dólares a intermediarios por debajo del precio a cambio de pagos ilícitos.
– Cadivi (en sus versiones I y II), fue una máquina de corrupción en la que funcionarios públicos entregaron divisas preferenciales a empresas que además no cumplieron el objetivo por el que solicitaron los dólares. Además de contribuir al negocio de los “raspa cupos” y el monopolio del mercado negro de dólares.
– Fondo Chino, el gobierno es estafado por dos empresas fantasmas por 84,9 millones de dólares para la compra de máquinas agrícolas, pero luego de meses de averiguaciones se desconocía el destino de esa transacción.
– Desfalco al Ministerio de Deporte, Alejandra Benítez, antigua ministra de deportes, reconoció que su firma fue falsificada reiteradamente para la obtención de divisas a través de Cadivi, por deportistas a los que no se les reveló la identidad.
– Rafael Isea, ex gobernador del Estado Aragua, es acusado del desvío de 58 millones de dólares y de 9 millones de euros, además de la paralización de cinco obras. Está en la lista de personas solicitadas por la Interpol y aun se espera que responda ante las autoridades venezolanas.
Estos casos, solo por mencionar algunos, solo reflejan el estado de corrupción que reina en el país y que la ONG Transparencia Internacional dio a conocer a través de su informe. ¿Cómo considerar que el informe es parte de la guerra mediática y económica, si el Presidente Nicolás Maduro antes de la publicación de éste, juramentó el Cuerpo Nacional contra la corrupción? Un órgano que luchará contra la corrupción y estará compuesto por la Intendencia Nacional Anticorrupción y por la Policía Nacional Anticorrupción. Reconociendo abiertamente el problema de la malversación de fondos públicos al declarar: «No puede ser que los corruptos andan por allí acumulando poderes económicos».
Entonces el discurso de la Contralora General pierde validez, especialmente si hablamos de la sociedad venezolana, que se jacta de la “viveza del venezolano” que no es más que la aprobación a la falta de moral, respeto y conciencia al buscar conseguir un beneficio propio de la manera más fácil, sin importar las consecuencias, si infringe la ley o si daña a otro individuo.
La corrupción en Venezuela va más allá de un puesto en un ranking y de una guerra mediática, es un problema social, un virus que ha infectado las mentes de los venezolanos. En el primer momento en que un ciudadano decide beneficiarse a costa de infringir la ley, pagar a un funcionario para acelerar un trámite, solicitar divisas para venderlas en el mercado negro, comprar alimentos a precios justos para revenderlos a precios exorbitantes o incluso pagar para aprobar una asignatura en la universidad; el individuo se ha infectado y comenzará a contribuir con la corrupción que ha estado deformando la política, la economía, la sociedad y la cultura durante más de veinte años.
Es difícil saber si Cuerpo Nacional contra la corrupción logrará cambiar la puntuación del informe para el año 2015 o si siendo un poco más crédulos, logrará combatir la epidemia de la corrupción en el pensamiento de los venezolanos, pero será un reto interesante para el Presidente y los miembros del órgano contra la corrupción cambiar el color rojo, rojito que pinta Venezuela en el resultado del mapa del índice de percepción de corrupción.