Recordar: más que vivir es aprender

Por Jilmir Valera Hurtado

@Jilmir_Valera

 

 

 

 “La libertad de la conciencia es la ruina del totalitarismo. El triunfo del totalitarismo es la abolición de la conciencia”

Paola Bautista de Alemán

En ocasiones, como venezolanos, deberíamos preguntarnos si para tanto aguante y sumisión no existe un Guinness o algo que se le parezca.

 

Es Venezuela el país de lo posible. Tuvimos un país de grandes oportunidades para sus nativos y extranjeros, de la democracia y la libertad, de la política sobrellevada y de la buena voluntad. Ahora solo nos queda el país. Muchas de las otras cosas se han ido y no hemos hecho nada por hacerlas volver.

 

Durante el gobierno de Hugo Chávez, presidente de Venezuela de 1998 a 2013 -de quien se desconoce aún el motivo de su muerte- fue donde se vivió un estallido social muy parecido al de 1958. Las universidades y sus estudiantes fueron los grandes protagonistas de todas las salidas generadas. Protestas, golpes, abusos, uso excesivo de la Fuerza Armada Nacional (para ese entonces, con gracia de Dios, no era bolivariana) los que se desataron por uno de los zarpazos más bajo del régimen: la libertad de expresión. Fue en 2007 cuando el presidente Hugo Chávez, por calificar de «golpista» a la señal de Radio Caracas Televisión (RCTV), no le cedió la concesión y fue esto lo que generó un desborde universitario en las calles venezolanas. 

 

Ya se veía venir los pasos del régimen. Ya se instauraba lo que ellos califican de revolución bolivariana. Demostraban cuan peligroso podía ser aquello que la antipolítica y el mal manejo de las situaciones llevaron al poder en 1998.

 

Es en 2008, un año más tarde, cuando ante las elecciones a alcaldías y gobernaciones se encontraba  desbordada por toda la gran Caracas una popularidad debido a su gestión como Alcalde durante dos períodos consecutivos en el Municipio Chacao. Se trata de Leopoldo López, quien se trazaba como siguiente meta política la Alcaldía Metropolitana de Caracas. Una Caracas soñada, limpia, segura y más planificada prometía López. Organización de las comunidades para hacer propuestas, demandas, mejoras y demás era parte de su esquema de trabajo. Caracas sería, el Chacao de aquel entonces a gran escala. Ante esto, el régimen ataca de nuevo. La Contraloría General de la República, quien estaba bajo las riendas de uno de los amigos del presidente Chávez hoy difunto, Clodosbaldo Russián, dicta una Inhabilitaciones políticas a Leopoldo López que lo alejaban, claramente, de la Alcaldía Metropolitana.

 

Ambos casos son muy conocidos en la historia reciente venezolana. Ambos demuestran la vileza del régimen. Ambos buscaron ayuda Internacional ante la injusticia y llegaron a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

 

El primer fallo de dicha Corte se dio en 2012, levantando la Inhabilitación de Leopoldo López por considerarla injusta y fuera de lugar. El segundo fallo, recién está saliendo, y le ordena al régimen venezolano que renueve la concesión de señal abierta a Radio Caracas Televisión (RCTV). Al primer fallo, se le dio una burda interpretación por parte del Tribunal Supremo de Justicia, puesto que se decía que efectivamente Leopoldo López no estaba inhabilitado políticamente pero que seguía inhabilitado administrativamente.  Se da esta interpretación porque López era uno de los candidatos inscrito en las Primarias de la oposición para la candidatura presidencial de 2012. Al segundo fallo no se le ha dado respuesta oficial.

 

Aunado a esto debemos recordar que Venezuela se separó en 2013 de este organismo por considerarlo “elemento de persecución de los gobiernos progresistas de América Latina”. Con todo esto queremos llegar es al sentido estricto de las actuaciones en política. En ocasiones, como conductores de nuestro propio futuro hemos fallado y mucho. No es posible que tanto en prosa como en discurso se haya olvidado el caso de Radio Caracas Televisión. No es posible que seamos tan ingenuos que ante el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos -fallo merecido porque la no renovación de concesión a RCTV fue una burda decisión política del padre de esta desgracia- nos alegremos y afirmemos que todo está resuelto cuando lo mismo pasó con Leopoldo López en 2012 y ahora hasta preso lo tienen.

 

Somos los venezolanos aquellos fieles a Sócrates dispuestos a “vivir la injusticia en vez de cometerla”. Somos los fieles creyentes de que hay que poner la otra mejilla. Somos los mismos que ante cualquier oportunidad hacemos muy poco, o nada y profesamos: “Ahora sí va a caer”. Pues es momento de poner las barbas en remojo porque las del vecino llevan días ardiendo. El escenario de incertidumbre, bloqueo y desidia venezolano es lo que tenemos que combatir a diario. Luchemos por conseguir saciar la candela de nosotros mismos y consigamos en UNIDAD y sin confianzas absurdas la nueva Asamblea Nacional que solo juntos podemos lograr. Leopoldo será libre, Radio Caracas volverá y el régimen solo será un mal recuerdo del cual siempre querremos cuidarnos.

 

(Visited 65 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras