¿Cuánto tienes, cuánto vales?
Por Carla Acebey de Sánchez
@carladesanchez
¡Un mensaje de Esperanza!
Estamos en una sociedad donde en general nos han enseñado que nuestra valía está asociada a lo que tenemos, bien sea esto títulos, cargos o cosas materiales, pero eso no es cierto.
¿Cuánto nos ha afectado esto?
Pues la mayoría de nosotros, nos sentimos los reyes del mundo cuando la cosa va bien: cuando nos ascienden, cuando estamos enamorados y nos corresponden o cuando podemos comprar ese carro, traje, o bien que tanto queríamos. Pero ¿qué pasa cuando estamos atravesando una mala situación? ¿Cómo nos sentimos con esa vivencia? Todos tenemos un revés en algún momento y seguro tú has vivido una experiencia de despido, te han dicho “ya no te quiero” o has estado sin dinero en el bolsillo. Tal vez incluso la estés viviendo ahora mismo.
¿Qué hacer en esos casos?
Tuve un momento de mi vida donde un grupo de gente que trabajaba conmigo me manifestó lo terrible jefe que era. Eso fue hace casi 25 años (¡por favor no saquen cuentas!) y me hubiese encantado en ese entonces saber lo que hoy sé, porque en aquella época la noticia fue devastadora.
Si hay algo valioso que he aprendido en todo este camino del crecimiento personal ha sido el sentir en mi corazón y saber en mi cabeza que esencialmente soy la misma persona con mucho dinero en la cuenta o con nada, viviendo el mayor de los éxitos o en medio de un fracaso. Creo que cuando Dios nos hizo, no regaló nuestro valor, simplemente por existir, por ser seres humanos, por ser sus hijos. No tenemos nada que hacer para sentirnos más valiosos, ni para demostrarle a nadie lo bueno que somos. Sólo que olvidamos eso en el camino y tenemos que recordarlo.
Entonces, para no dejar la pregunta sin respuesta, te cuento que hubiese hecho en ese caso con la experiencia de hoy. Hubiese oído los comentarios (eso lo hice, pero me defendí), hubiese respirado profundo varias veces, hubiese buscado un espacio para estar conmigo, hubiese llorado (eso también lo hice) y me hubiese dicho: tranquila Carla, todo está bien, este es sólo un mal momento que lamento estés pasando, pero va a pasar y es posible aprender de esto. Creo en ti, se que puedes y vamos a corregir lo que hay que mejorar. Además, me hubiese abrazado más y hubiese sido más compasiva conmigo y mis errores, en lugar de ser tan crítica. ¡Incluso me hubiese reído un poco de mi tragedia! Y hubiese empezado a buscar soluciones dentro de mi (gracias a Dios que eso también lo hice, si no, no estaría aquí escribiendo este artículo).
Si hoy tu vida no es la que quieres, ojalá encuentres ese espacio dentro de ti donde puedes amarte a pesar de tus resultados, donde puedes reconocer tu valía y ver tus dones y cualidades. Deseo que puedas amarte en lugar de juzgarte. La grandeza está dentro de ti y si abordas desde este punto de vista lo malo que te esté ocurriendo, seguro podrás salir de allí más fácil, con menos heridas, más rápido y con sabiduría. Vamos que si puedes, ¡tú vales!
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