EXCLUSIVA: Tamara Adrián: “Somos “los niñitos terribles” de la política venezolana”
Por O. Rendón Azuaje
@TalesOfOrian
Tamara Adrián, de indómito cabello rojizo, nació en la Caracas de 1954; es abogada especialista en Derecho Comercial, defensora de las minorías sociales, militante del partido Voluntad Popular; y, a partir del 6 de Diciembre del 2015, Tamara se convirtió en la primera mujer transexual de América Latina en obtener el curul de diputada suplente dentro de una Asamblea Nacional.
En un despacho saturado de libros, archivadores y adornos de mesa; Guayoyo En Letras tuvo la oportunidad de entrevistar a la diputada Tamara Adrián sobre los contenidos más relevantes que conciernen a la Asamblea Nacional, y sus convicciones políticas.
Guayoyo en Letras: ¿Cómo se llegó a la conclusión de que debía postularse para diputada?
Tamara Adrián: Bueno, ocurre no solo porque estoy desde su fundación con Voluntad Popular, organizando dentro del partido el movimiento pro-inclusión (para darle visibilidad a la agenda LGBT y en general a toda la agenda de personas excluidas), sino porque he venido muchos años trabajando con el tema de las mujeres, las personas con discapacidad…es decir, las personas que por alguna razón no pueden gozar de todos sus derechos; también porque Voluntad Popular es un partido irreverente, ¡muy irreverente!; y en consecuencia nos caracterizamos por hacer cosas que otros partidos no hacen; cumplimos con nuestras promesas, básicamente lo que tú ves es lo que somos. Somos “los niñitos terribles” de la política venezolana, que se atreven a decir cosas que están más allá de la zona de confort: hablamos de La Salida, de los presos políticos y hablamos de la situación político-económica de Venezuela mucho antes de que alguien más lo hiciera.
G.L: ¿Cuáles son los temas que se van a tratar durante el primer trimestre de este año?
T.A: El país se deconstruyó, se desmoronó, y hay temas demasiado urgentes que tienen que pasar por el intento de reconstrucción del tejido institucional; y eso empieza por devolverle la autonomía al Tribunal Supremo de Justicia. Reconstruir ese tejido institucional desde el punto de vista judicial (el Judicial es el órgano de equilibrio entre el Legislativo y el Ejecutivo);… un país, desinstitucionalizado, donde no existe equilibrio de poderes, se pervierte, en el sentido de que al no haber contrapesos, la tentación del ejercicio del poder hegemónico lleva a todas las corrupciones y a todas las discapacidades. Establecer eso es una prioridad.
Sin justicia no hay predictibilidad de la aplicación de las normas jurídicas, por ende no hay seguridad jurídica, por ende no puede haber inversiones y no hay crecimiento económico. Entonces, si nosotros quisiéramos reconstruir a Venezuela, tendríamos que reconstruir el tejido del ordenamiento jurídico y para ello necesitamos un Poder Judicial que funcione y que controle.
G.L: Entonces, ¿qué se puede hacer desde la Asamblea Nacional?
T.A: Se pueden reformar todas esas leyes para devolver al Estado venezolano el principio de la legalidad; es decir: sustituir el “medalaganismo” imperante por el nuevo principio de la legalidad; que es lo único que permite que un Estado funcione. Ningún Estado puede funcionar sin el principio de la legalidad; claro, que ahí se mete otro tema: que esta gente pretendió sustituir al funcionariado público por órganos que no existen constitucionalmente para el carácter constitucional: las comunas; para darle a esas organizaciones sociales funciones que no pueden tener, cosa que hasta parece estúpido.
G.L: ¿Por qué no se permitió el paso de los periodistas a la Memoria y Cuenta del Presidente?
T.A: Tengo entendido que fue una exigencia. El presidente Maduro y compañía son reticentes con tener a los periodistas porque, básicamente el periodista independiente es tan “niñito terrible”, o debe ser, como los políticos; es decir: te saca de tu zona de confort. Yo supongo (porque no tengo esa respuesta), que eso fue parte del acuerdo al cual se llegó para que el Presidente fuese a rendir cuentas a la Asamblea Nacional; y dentro del cauce de la institucionalidad cada quien cedió como el junco para no romperse (como dijo Ramos Allup), entre otras cosas, a que no estuvieran los periodistas; cosa que me parece muy grave, pero bueno…
G.L: ¿Qué puede decir acerca del tema de estatización y la privatización?
T.A: Una de las cosas que ha pretendido justificar este Gobierno ha sido que las empresas públicas no tienen fines productivos ni fines de lucro, eso es condenar a la empresa a su desaparición, consecuencia: el 60% de la producción de harina de maíz la tiene el Estado y el 40% la tiene el sector privado, principalmente Polar, que está produciendo al 100% de su capacidad y ese 60% de las empresas del Estado muchas están paralizadas y están produciendo al 15% o 20% de su capacidad. ¿Qué pasa?, que estamos entrampados en un falso dilema entre el Socialismo y el Capitalismo, pero las empresas son empresas independientemente de quién sea el propietario.
No son criterios distintos, son criterios de qué es una empresa y de cómo se maneja una empresa. La economía funciona en tanto exista libertad empresarial, y el equilibrio de esa libertad tiene que ser el control del Estado de ciertas actividades.
G.L: Ahora, entrando en materia LGBTI, ¿Qué propuesta de ley se planea discutir primero y por qué?
T.A: Mira, no te puedo responder a esa pregunta sino con mis deseos, no con lo que pueda suceder, porque yo me voy a incorporar como suplente en la comisión de política interior ya que ahí se van a manejar varias leyes en las que yo creo que se puede solucionar el tema… entonces, ¿Qué pasa?, hay necesidad de una ley en contra de la discriminación, y yo creo que esa puede pasar fácilmente porque forma parte del proceso político de reconciliación.
Creo que es posible enfrentar el tema de las diferencias que existen entre las parejas casadas y las parejas no casadas en la Ley Orgánica del Registro Civil, y al mismo tiempo poder incluir a las parejas del mismo sexo en esa reforma. Eso se soluciona dándole el carácter de Estado Civil a las uniones registradas de personas pero al mismo tiempo que tu discutas eso, tienes que discutir la igualdad de las personas del mismo sexo en esa misma Ley; y debe incluir el tema de la identidad de las personas trans; también el tema de las identidades de las personas intersex se pueden manejar en la Ley Orgánica del Registro Civil.
G.L: ¿Cómo se va a abrir este diálogo en la AN?
T.A: Eso se abre a través del hecho de que en esa comisión de política interior veo las posibilidades ciertas, porque hay personas que conozco que son aliados del tema LGBT; y yo creo que es un proyecto que puede ser llevado a la comisión, negociado, llevado a plenaria y aprobado.
El tema del matrimonio igualitario puede llegar a tomar más tiempo, porque está ese mito de que hay cosas más importantes; yo creo que sí, el tema de economía, y de la postración que hay en Venezuela; pero siempre digo: para esa persona o pareja que quedó desprotegida, ese es su tema más importante. Hablar de igualdad en un país en reconstrucción, hablar de verdadera inclusión, es una oportunidad de reconciliación.
GL: En relación al tema de la identidad de género, ¿Cuáles son las principales barreras con las que se encontraría esta Propuesta de Ley?
T.A: La única barrera que existe es la voluntad política (hasta ahora), no existe ninguna otra barrera. El PSUV nunca ha querido discutir el tema de la igualdad, ni para las personas trans, ni personas intersex, ni para la población de lesbianas, gays y bisexuales. Nunca. Habiendo tenido la oportunidad en muchas ocasiones, nunca llevaron a plenaria una discusión.
Yo creo que esa mora legislativa podría ser superada con esta nueva Asamblea Nacional en algún momento; pero, una de las cosas que yo observo es que perdimos el norte en la capacidad de hablar de los temas de la modernidad; nos hemos enfrascado en discusiones estériles sobre el socialismo y el capitalismo, que si vamos a cambiar el mundo o a crear el hombre nuevo; cuando en definitiva, los temas de la modernidad son distintos.
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