Un lugar mejor
Mientras el hampa común hace de las suyas y la inflación ridiculiza cada día el valor de nuestra moneda, una pelea de bestias se desarrolla en el ámbito político. Pelea de bestias o animales, porque el raciocinio y el principio al dialogo cesó. En Venezuela triunfó, el radicalismo y los intereses particulares que terminan sobreponiéndose sobre toda buena intención a cambiar las cosas.
Decididos, los actores políticos de ambas tendencias siguen peleando por mantenerse en Miraflores o conseguir un puesto en el palacio de gobierno. El clamor de los ciudadanos que se expresaron el 6 de Diciembre quedo ahogado entre los golpes a las instituciones y los debates en la AN. Entre discursos patrioteros y un poder legislativo que debilitan con sentencias.
En el medio de la pelea, los ciudadanos que sufren la precariedades de un modelo fracasado. No alcanza el salario, el alza en los precios, el transporte, la constante inseguridad, la falta de agua y luz, la lista es larga y muy bien conocida.
Sin embargo, más allá del enfrentamiento de poderes, los ciudadanos que constituyen este país deben estar conscientes del protagónico que tienen en esta crisis. A la par de las desgracias que sufrimos, se debería conocer la cuota de responsabilidad en la construcción del país que tiene cada quien.
El ámbito económico y político, terminan siendo irrelevantes cuando se plantean los problemas sociales y culturales, pues cualquier crisis será pasajera si se combate con buenas políticas, pero ni la más acertada ideología o corriente del pensamiento sacarán al país de los antivalores, la violencia y la banalidad.
Nunca va importar las diferencias políticas cuando no se cumplen las normas, no importa si eres de derecha o izquierda cuando se trata de trabajos ilícitos, no se trata de chavista o madurista cuando se habla de educación. Siempre será un tema de formación e instrucción. Los valores y principios deben prevalecer en cualquier momento.
El mejor país que se busca no se resume en un presidente o en una Asamblea, un país se caracteriza por su gente. Se trata de un tema de educación, se trata de modales, sencillamente es un tema de ser cada día más humanos con el venezolano que está a tu lado. Es una crisis sin precedentes sin duda alguna, pero lo más alarmante es que a raíz de ello, nuestra crisis cultura se profundizó. Imperó la indiferencia y la intolerancia sobre cualquier otro rasgo de humanidad.
Cambiaremos cuando usted ciudadano, reconozca a su prójimo como su par. Cuando se esté a la altura y estemos guiados por valores y principios que nos comprometan hacer de este país un lugar mejor y más habitable. El país que empieza a nacer con un simple “Buenos días” el país que se forma con una simple sonrisa, un nuevo país que se resguarda en la mirada inocente de niños que van a la escuela o jóvenes universitarios que apuestan todo por el futuro de su país. La mejor Venezuela nace en cada uno de nosotros, nace en buenos actos que en potencia, harán de este país un lugar mejor.
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