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No por un milagro sino por el esfuerzo y sacrificio de generaciones, México, que ha sido sucesivamente teocrático, monárquico, virreinal, caudillista, dictatorial, revolucionario, “revolucionario-institucional”, es hoy un país democrático. Muy pronto puede dejar de serlo. Es triste pero quizá natural que

Es obvio que nuestra democracia es una casa en obra negra pero no por ello es menos sustancial. Sus defectos son de quienes la ejercen, no de ella, ni como doctrina ni como sistema. Sería terrible destruirla. Para calibrar el riesgo,

Muchas veces he creído ver en el rostro de Mario Vargas Llosa una expresión de tristeza ante el macabro espectáculo del mundo. Pero enseguida responde con imaginación, ironía e inteligencia. Y con humor. El 28 cumple 81 años: ¡Felicidades! En la