El chavismo y sus desafortunadas frases

Por Daniel González

@GonzalezGDaniel

 

 

 

Si por frases infelices dieran premios así como dan Oscars a las mejores películas, el chavismo no tendría competencia y arrasaría con todas las estatuillas. Cuando Rafael Ramírez dijo, hace algunos, días eso de que las aerolíneas no se estaban yendo del país, sino desviando aviones a Brasil a propósito del Mundial de fútbol, pensé lo mismo que muchos –y por grotesco me reservo el pensamiento-. Pero si se hace una especie de inventario, la “trascendente” oración del ministro de Energía y Petróleo del país no es nueva y tampoco está sola en el universo de frases desafortunadas del gobierno. El chavismo, como un todo, acumula una lista de frases que pasarán a la historia de este país y no precisamente por inteligentes, correctas o acertadas.

 

Si hacemos memoria, las frases desafortunadas las inauguró el fallecido presidente Chávez, y no me refiero a esa de freír la cabeza de los adecos. Y si hago esto a modo de concurso de televisión, debería escribir algo como: y las nominadas son:

 

“Si yo fuera pobre, también robaría”. Esta frase fue transmitida en cadena nacional de radio y televisión por quien se inauguraba en 1999 como Presidente constitucional de la República. Semejante oración en voz del “máximo” líder del país parece que nos ha llevado a una vorágine incontenible de violencia criminal. Hoy parece haber más malandros en las calles que leche en el supermercado.

 

La siguiente frase es: “todo está excesivamente normal”. Esta fue pronunciada por José Vicente Rangel durante los aciagos días de 2002, cuando se paralizó la industria petrolera nacional y los venezolanos tenían que hacer largas colas, entre otras cosas, para abastecer sus autos de gasolina. El clima político era de una tensión que no se recordaba en mucho tiempo, pero para quien era vicepresidente, en ese entonces, todo estaba así: excesivamente normal.

 

La próxima nominada sería: «no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos» y su autoría corresponde al ministro para la Educación, Héctor Rodríguez. Lo insólito de esta frase no fue la frase en sí, sino el silencio de a quienes les dijeron que no tenían la menor intención de sacarlos de su situación de carencias. Su silencio fue absoluto, sepulcral. Una frase que desnudó al chavismo en toda su miseria, pero que a los “pobres” no los llamó a reflexión.

 

La cuarta frase desafortunada corresponde al ministro Félix Osorio, quien ante las molestias generadas por las infinitas colas para comprar alimentos en el país, no se le ocurrió otra cosa que decir: “aquí se hace cola para todo. Para ir a conciertos, al cine, al banco, pero critican las colas para comprar alimentos”. Este señor olvida que las colas para comprar alimentos no eran tradición en este país. Este ministro no recuerda que antes de esto que llaman revolución, para comprar alimentos en Venezuela no se hacían colas y que no es lo mismo hacer una cola de escasos minutos para entrar a ver una película, que hacer una cola de horas bajo el sol para comprar un kilo de algo.

 

Otra que no tiene desperdicio es “yo duermo tranquilo… duermo como un niño”. Esto lo dijo el presidente Nicolás Maduro en respuesta a la periodista Christiane Amanpour de CNN, cuando esta lo entrevistó en Miraflores en medio de las protestas de inicios de este año que ya dejaba un saldo lamentable de muertos, heridos y violaciones de derechos humanos. Imagino que sigue durmiendo tranquilo por estos días.

 

Pero tal vez la más desafortunada, pero por lo risible, fue proferida recientemente por Rafael Ramírez, como lo mencioné al principio. En medio de la crisis generada por la mora del gobierno de Nicolás Maduro con aerolíneas internacionales, y ante los anuncios de muchas de estas de suspender próximamente sus operaciones desde y hacia el país, al presidente de PDVSA no se le ocurrió otra cosa que decir en una rueda de prensa en Maracaibo que las líneas aéreas estaban “desviando aviones para el Mundial de fútbol, pero no es que se están yendo del país». Los comentarios y las burlas en Twitter y otras redes no se hicieron esperar.

 

Estas son apenas unas frases de muchas que han sido lanzadas al aire y en muchas oportunidades han caído en el olvido. Lo único que podemos tener seguro es que vienen más mientras este gobierno continúe, y que cada día serán más jocosas y desafortunadas. En esta materia siempre se superan. La competencia por la estatuilla parece ser a muerte.

 

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