Optimista racional

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Aunque digan que hay varios tipos de optimistas, yo prefiero dividirlos en dos: Están los que creen derribar las barreras que impone el CNE y asumir el reto invaluable de recoger el 20%, aún con las condiciones que éste impone, aún cuando por más que lo logremos, ya abiertamente han resaltado que el Referendo Revocatorio es para el año 2017; y están los que se niegan a aceptar tales condiciones, por no ser más que trampas de la Dictadura, y porque evidentemente la salida de Nicolás Maduro debe ser en el año 2016, por ende, sugieren buscar otra alternativa.

Los primeros, prefieren aceptarlo, quizás por creer poseer la fuerza suficiente para ganarle al CNE, y por creer que es la única vía pacífica y constitucional que en estos momentos les queda.

Los segundos, se niegan aceptarlo, por considerar que no se trata de demostrarle fuerzas a un CNE parcializado, sino de usarla para derrocar la Dictadura, y que suponen la existencia de otras vías, que también son constitucionales y pacíficas; ejemplo: Desobediencia Civil.

Vía que sigue siendo tergiversada y criminalizada por el régimen, pero que además algunos sectores de la misma oposición dicen desconocer su aplicación. Como dijeron por allí “que Chávez no daba puntada sin dedal, y que el 350 era un artículo inaplicable” ¿Será que podríamos decir lo mismo del resto de los artículos de la Constitución?

Parece difícil hablar de desobediencia cuando somos un país que ha vivido gran parte de su historia dependiendo de caudillos. Sin embargo, en este momento histórico, es indiscutible pensar y actuar como individuos, y dejar de comportarse como masas.

Quizás, una manera de aplicar la Desobediencia Civil, es empezar por no aceptar las condiciones injustas que impone el régimen a través del CNE.

Quizás, una manera de aplicar la Desobediencia Civil, sea reconocer que estamos en Dictadura, y que con Dictadores no se dialoga ni se negocia, menos con Comunistas que sólo buscan ganar a toda costa, sin importar los demás.

Quizás, una manera de aplicar la Desobediencia Civil, sea despegarse de los lineamientos del “G4” y apegarse a las necesidades del “G30”, sí, el Grupo de los 30 millones de venezolanos que hoy viven en carne propia las consecuencias de un sistema criminal, miserable y empobrecedor.

Quizás, una manera de aplicar la Desobediencia Civil, es dejar de pensar por un momento en los “Costos Políticos”, y empezar a pensar en el futuro del país que hoy, por desgracia, son recibidos en cajas de cartón.

Quizás, se trata de reconocer que somos mayoría y que debemos actuar como tal, con firmeza, coraje y la valentía que nos caracteriza como la Fuerza Ciudadana que desde el 2014 quedó demostrado en las calles, y el 6D en las urnas electorales.

Desobediencia civil, no es más que, reconocer que somos mucho más que una fuerza electoral; y que esta lucha se trata de conquistar la Libertad, conquista que no se mide en votos, encuestas o consultas, se mide en principios.

Es necesario ampliar la unidad, y en función de la mayoría que somos ir en busca de resultados eficaces, siendo optimistas pero más racionales.

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