Los vecinos incómodos de Venezuela

En 1777 se funda la Capitanía General de Venezuela, este territorio del reino de España dependía del Virreinato de Nueva Granada. Con la Real Cédula de 1777, emitida por el Rey Carlos III, se crea esta entidad política conformada por las provincias de Venezuela (Caracas), Trinidad, Cumaná, Margarita, Guayana, Maracaibo y Barinas.

Venezuela se declara independiente de la Corona Española el 05 de Julio de 1811, al firmar el acta de Independencia y toma como territorio la formación establecida por la Capitanía General de Venezuela. Sin embargo, las provincias conservadoras o leales a la corona, iniciaron una lucha interna para no anexarse a la recién creada república de Venezuela. El territorio de la nueva república estaba fragmentado y las fronteras no estaban definidas.

La conformación de la Gran Colombia, el proyecto de Bolívar, buscaba unificar los territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela. Sin embargo, este proyecto político no se concretó por la extensión territorial y organización política de la Gran Colombia. Bolívar ejerció una dictadura para organizar los territorios, pero en 1830 Venezuela decide ser independiente y formar su propia Constitución.

Las fronteras de Venezuela fueron delimitadas, y esto generó conflictos territoriales que hasta el momento siguen vigentes. El vecino que siempre le ha incomodado a Venezuela es Colombia, históricamente comparten cultura y costumbres. Los gobernantes venezolanos han tenido relaciones de amor-odio con los presidentes que dirigen la Casa de Nariño. Esta frontera es viva, es decir, siempre existe flujo migratorio entre ambos países y las relaciones comerciales son el centro de ambas economías.

Brasil, el gigante del Sur es el vecino a quien Venezuela busca tener de su lado, por su poder económico y capacidad militar. La frontera con Brasil es el Amazonas, un territorio extenso y difícil de proteger. Durante la historia de Venezuela, por cuestiones de geopolítica se evitan tener conflictos armados con Brasil.

Por otro lado, se encuentra Guyana, el vecino silencioso pero que más daño le ha hecho al territorio venezolano. La zona en reclamación o el Esequibo, es un conflicto que nace con el Laudo de París de 1899, donde se le concede el territorio a Guyana, pero Venezuela lo considera ilegítimo argumentando que ese territorio pertenecía a la Capitanía General de Venezuela y por derecho histórico ejerce poder sobre Guyana.

La Revolución Bolivariana bajo el liderazgo de Hugo Chávez, buscó liderar un movimiento de países de izquierda y crear alianzas con sus vecinos. Utilizando el petróleo como instrumento de política exterior, buscó mejorar las relaciones con las fronteras. Durante sus gobiernos hubo altibajos, uno de ellos fue la crisis diplomática con Colombia durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, donde la tensión armada estuvo latente entre ambos países.  Por otra parte, el gran aliado de Chávez fue Lula Da Silva, el presidente de Brasil y líder de izquierda que buscó afianzar las alianzas comerciales entre ambos países y servir de aval económico a la revolución.

El momento dorado de los gobiernos de izquierda latinoamericana estuvo entre el periodo del 2005 al 2012, pero luego todos fueron saliendo del poder. La corrupción y las erradas políticas económicas marcaron la salida de estos políticos. Tal es el caso de Lula Da Silva, un presidente que lo tenía todo, pero lo perdió todo al estar involucrado con el caso de Odebrecht.

Con la llegada de Nicolás Maduro al poder, la relación con los vecinos ha empeorado, porque la crisis económica ha llevado a los venezolanos a salir de su tierra en búsqueda de una mejor calidad de vida. Esto ha generado una alarma migratoria en las fronteras con Colombia y Brasil, porque los venezolanos han llegado a estos países para salir del colapso.

El discurso de Maduro ha sido de confrontación, primero con su enemigo natural, el ex presidente Santos. Luego, buscó mejorar la situación, pero no resultó porque Colombia acusó al gobierno como principal responsable del flujo migratorio. Con la llegada del presidente Duque, Maduro busca acusar a su vecino de todo lo que sucede en la frontera, pero sin tomar la responsabilidad de la crisis que atraviesa el país.

Con Guyana, el gobierno de Maduro ha mantenido silencio, la explotación de petróleo en el Esequibo y las petroleras trasnacionales han fortalecido el dominio guyanés en el territorio. Más allá de una nota de protesta, Venezuela dejó el reclamo territorial sin efecto y con una política débil.

El rechazo de la comunidad internacional al gobierno de Maduro y la presión de los Estados Unidos, pone a Venezuela en una posición no deseada. La Asamblea Nacional Constituyente es declarada ilegítima, la crisis económica se agudiza, la democracia se desvanece y los venezolanos siguen padeciendo la crisis estructural del país.

Actualmente, los vecinos son incómodos para Maduro y hay un candidato que genera terror al madurismo. Bolsonaro, el candidato presidencial brasilero con su discurso de derecha y nacionalista, es la piedra de tranca para el gobierno venezolano.

Todos los Estados conviven con sus vecinos, hay momentos de tranquilidad y diálogo, pero el conflicto también forma parte de las relaciones internacionales. Venezuela es el vecino incómodo, porque la Revolución Bolivariana se ha convertido en un problema para la región.

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