La renuncia de Evo va a tener un impacto importante en la región
Editorial #483 – Morir antes que esclavos vivir

 

La región vive días convulsionados que no son más que la continuación de una lucha que tiene años, esa en la que nuestros pueblos buscan alcanzar, o preservar, los derechos más básicos a los que cualquier ser humano aspira: vivir en libertad y democracia.

Sin embargo, el hecho de que sean básicos no quiere decir que sean fáciles de obtener. Nuestras naciones se han visto amenazadas varias veces a lo largo de su historia; el presente no es una excepción.

El Foro de Sao Paulo se ha puesto como objetivo alcanzar y aferrarse al poder en Latinoamércia a cualquier costo. En algunos países le resultó difícil perpetuarse en él, como en Brasil, Argentina y Ecuador. Lo logró por el momento en otros, como Venezuela y Nicaragua. Bolivia estuvo a punto de ser parte de este último grupo.

Sin embargo, después del gigantesco intento de fraude que el gobierno de Evo Morales intentó perpetrar en las recientes elecciones presidenciales del 20 de octubre, las cosas se le complicaron hasta llegar a su salida del poder.

En realidad la caída de Morales comienza el 21 de febrero de 2016, cuando pierde el referendo en el que intentaba habilitarse como candidato una vez más, contrario a lo que la Constitución manda. Avalado posteriormente por un Tribunal Supremo de Justicia subordinado a él, la gente no estaba dispuesta a aceptar un segundo fraude.

La renuncia de Evo va a tener un impacto importante en la región. Sobre todo porque cobra fuerza la tesis de que este tipo de regímenes, como el de Venezuela, Nicaragua y Cuba, no salen por elecciones ni negociaciones, sino sólo con un pueblo organizado que siga una ruta de coraje y determinación, y con un objetivo claro.

Justo ahora, cuando las fuerzas de izquierda ganaban fuerza en la región, la salida de Evo Morales del poder y la muy probable derrota del Frente Amplió en Uruguay, puede lograr un nuevo equilibrio que nos permita pensar que no todo está perdido en la región.

Bolivia todavía deberá enfrentar tiempos difíciles, primero para hacer la transición irreversible, y luego conformar un gobierno de transición que tenga como principales objetivos pacificar un país que todavía está convulsionado y la realización de elecciones transparentes y confiables.

Sin embargo, vale la pena destacar que lo que desencadenó la caída e Evo no fueron motivos económicos, sociales ni políticos, sino la profunda convicción democrática de un pueblo.

Después de no haber aceptado que se roben su voto, de 18 días de protesta continua e incansable, de no haber caído en el engañó de un falso diálogo y de estar dispuestos a darlo todo por la libertad y la democracia, los bolivianos dejaron claro que, como bien dice la principal frase del Himno Nacional del país, prefieren morir antes que esclavos vivir.

Miguel Velarde
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