Geología inversa: la pira de los libros universitarios

Profundamente conmovidos por el reciente incendio de la Biblioteca Central de la Universidad de Oriente (UDO), en Cumaná, participamos de la inmensa marea de indignación que no llegó a tiempo para evitarlo.  Aquejados por toda suerte de vicisitudes de la pandemia política ya demasiado prolongada que antecedió al Covid19,  no versamos en torno a un hecho noticioso más, sustituido inmediatamente por otros, acaecido en la casa de estudios ya vandalizada hasta el hastío.

La pesadilla se suma a  otras, desapareciendo lento, pero seguro, el libro en Venezuela. No precisamente por el desarrollo de las telecomunicaciones que, por cierto, en otros países tiende a reivindicar el formato convencional a través de distintas aplicaciones, sino por el deliberado propósito de conducirnos hacia una sociedad de ágrafos, además de supervivientes y delatores.

Fotografía: Rubi Guerra.

Inevitable recordar el bibliocidio de Umberto Eco en “El nombre de la rosa”, novela después apostillada que redondeó sus sonados éxitos con el extraordinario filme de Jean-Jacques Annaud. Al menos, Guillermo de Baskerville y su inseparable Adso de Melk, más allá de los asesinatos, pesquisaban la suerte de un libro único de Aristóteles, pero en el oriente venezolano la usurpación, por supuesto, no indaga, pues, tiene las manos manchadas de ácaros incinerados: en última instancia, la indagación sería sobre sí misma.

Otra obviedad, el suceso no aparecerá en otra edición de la “Historia universal de la destrucción de libros”, cuyo autor – Fernando Báez – desempeñó la dirección de la Biblioteca Nacional, si mal no recordamos, en los tiempos de la fracasada reforma constitucional de Chávez Frías, incorporando a los llamados colectivos armados a las faenas del Foro Libertador. Empero, sindicado moralmente, no valdría cualquier acrobacia para evadir sus responsabilidades.

Una espesa nube de cenizas cubre al país, capaz de consolidarse para una suerte de geología inversa que integra las cenizas de otros acontecimientos lamentables.  Cual muralla sólida,  aérea e indecible,  que siempre recordará la naturaleza de un régimen que festeja la hazaña de una pira inmensa: la de los libros universitarios del oriente.

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