AL GRANO
Por Efrén Rodríguez
¿Pueden las cadenas transmitidas por redes sociales tener mayor credibilidad que un estudio académico elaborado por la Universidad Católica Andrés Bello? Eugenio G. Martínez, periodista del diario El Universal y especialista en temas electorales, cree que sí. A partir de hechos pintorescos de nuestro registro electoral, expone sus ideas en un artículo que da cuenta de diversos protagonistas del Salón de la Justicia que viven en nuestro país, pero que no trabajan precisamente en el TSJ.
La UCAB vs Batman
Eugenio G. Martínez
La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) acaba de concluir su análisis sobre la consistencia demográfica del Registro Electoral (RE). ¿Su principal conclusión? «La evaluación demográfica realizada apunta a la presencia de ciertas inconsistencias que no resultan determinantes para afirmar que el actual RE no cumple con los requisitos mínimos para poder llevar adelante las próximas elecciones presidenciales del 7 de octubre».
Contundente la UCAB. No obstante en las redes sociales continúa la campaña -de un sector reducido, pero que gana adeptos- sobre la exigencia de depuración del RE, so pena de no respetar los resultados del 7 de octubre.
En esta campaña se confunden desde quienes esgrimen argumentos técnicos interesantes para analizar, hasta quienes se dedican solo a difundir mitos sobre la composición del padrón de votantes.
Mientras en su informe la UCAB asegura que se descarta que existan más electores que habitantes en el país, en las redes sociales se continúa argumentando que en el RE se encuentran 5 millones de votantes virtuales, lo que se explica al comparar el crecimiento poblacional contra el crecimiento del padrón.
El argumento básico -en 140 caracteres- es simple: «es imposible que 96% de los mayores de 18 años estén inscritos en el RE».
La respuesta a esta premisa también se encuentra en el informe de la UCAB: «Históricamente el RE ha tenido una alta cobertura de la población potencialmente electoral y al llegar al 96 o 97% en el 2012, no se coloca en una situación muy distinta a la que ofrece Costa Rica (95%), Perú (95%), México (94%) y vale mencionar a Chile en 1988 cuando el 92% de su población de 18 años y más llegó a estar inscrita en el padrón electoral; una fracción muy importante de los nuevos inscritos en el RE es aportada por las cohortes numerosas de jóvenes de 18 a 24 años, justamente en las edades donde había mayores déficit en la cobertura».
Sin embargo, de poco vale el análisis de la UCAB. De lo que se habla -como en cada elección- es que en el RE está inscrita una persona de apellido Batman, otra que se llama Superman y un virtual llamado «Mojón Mojón».
La UCAB no aborda este tema en su análisis (entre los objetivos de sus estudio no se incluye la valoración sobre este tema), sin embargo parece innecesario porque desde 2006 todo lo relacionado con los nombres «extraños, absurdos, inconcebibles» tiene explicación (aún no se debate la responsabilidad de los funcionarios que admitieron registros de niños con nombres absurdos, pero ese es otro tema).
A riesgo de dar argumentos a quienes difunden rumores en las redes sociales, voy a reiterar que en el RE no está inscrito una persona llamada Superman, en realidad hay dos venezolanos que exhiben este nombre. La lista no se limita al principal exponente del Salón de la Justicia, en el padrón de votación que se utilizará este año figuran: seis venezolanos que se llaman Tarzán, cuatro que están registrados como Pelé, 105 que exhiben el nombre de Hitler y un largo etcétera entre el que figura el caso de los Batman (los oriundos del estado Aragua podrán certificar lo común que es éste apellido). Todos estos casos fueron auditados en los últimos años, determinándose que no constituyen anomalías; no obstante continúan apareciendo como denuncias frescas, de última hora que contaminan el necesario debate sobre las garantías electorales.
Poco vale exponer en las redes sociales los argumentos de la UCAB, la cadena enviada por email y por BlackBerry dispone de mayor veracidad que el estudio avalado por una de las principales universidades de la región.
Hemos llegado al absurdo que tiene más credibilidad la cadena que explica que no se podrá votar el 7 de octubre sino se actualiza la huella antes del 22 de julio que la explicación de los técnicos del Comando Venezuela desmintiendo esta información. ¿Cómo es posible?
Desafortunadamente la academia sigue en desventaja ante la cultura Sábado Sensacional (a mi juicio uno de nuestros principales problemas como sociedad).
Desafortunadamente la UCAB sigue perdiendo el debate ante quienes tienen como argumento a «Batman» y el debate -este texto es un buen ejemplo- se desvía a temas inocuos, olvidándose lo verdaderamente importante para la opinión pública: Si se garantizan testigos en todas las mesas los votantes imaginarios no aparecerán y los riesgos de que se intente desconocer la voluntad popular se reducirán considerablemente.