HOY SÍ Y MAÑANA TAMPOCO: BIPOLAR

Por Juan Luis Landaeta

 

i loveDícese de las garrapatas del nuevo milenio, de la fiebre de avanzada, del nuevo yo, del nuevo ego. Decían, porque se hablaba, que sería el Y2K, el fin de la informática, el nuevo amor a distancia, las hemorragias del virus LOVE, la situación enorme de la descarga de información desde Megaupload. Yo pensaba, arrimado a mi inocencia, que se trataría de las familias y su ausencia, de la muerte de las pilas del GameBoy, la traba de las cintas en los Walkman, el recalentamiento de la cinturita de la Spear, una caída masiva en la señal de MTV. Para estar padeciendo la recién desempacada arritmia,  para protagonizar el papel de idiotas subpagados que se hablan y no se miran, para mal de males del nuevo milenio, yo suponía otra especie, otro mal venido de los cielos: PIN, Blacknudo, Blackmiedo, Blacksfemia y olvido, mala recepción, malos mensajes, adiós contigo.

 

Como pastillas, como entusiastas inmediatos del budismo zen, como compradores compulsivos de lo que crezca en la manzana, ahora los desplantes y desmanes en la balanza, ahora todos los niños con déficit de atención, ahora todos los adultos al ortodoncista, al facialista, a la chocolaterapia, al psicólogo de los perros, al blanqueador que lustra la sonrisa, al androginista, ahora mientras más bella parezca el hombre, ahora los derechos de la mujer a prescindir del mundo, ahora las mascotas siderales, ahora el sol y la insolación, ahora la dieta a mil pero también mil tipos nuevos de peinados asexuados y asexuales, ahora la rima y la coma, ahora la humillación.

 

Para inventar nos han nacido, para comprar cuanta receta resulte urgente. Ya no hay carácter (excúseme mientras vomito) desaprensión, personalidad, derecho a golpear la lámpara, a romper baraja, a patear la mesa, ahora Cristo y su ayuda por la condena, ahora no vale pasar por incivilizado, ahora la malcriadez es un estándar, ahora el puño un error, ahora el insulto (amén de los insultados) es un arrebato, un desacato a la verdadera intención. Ahora las órdenes y amenazas de divorcio, ahora la mano en las nalgas de la fiesta, ahora aunque cueste aceptarlo, todos juzgan como si fueran cuerdos, buenos y sanos, como la Madre Teresa.

 

vintage-women-at-cafeYo pensaba en todos esos ataques de hipo de la tecnología, las luces, las piedras o la droga, yo pensaba en las fiestas rave, en la virginidad de las niñas del Club de los Tigritos, yo pensaba en la extinción de las especies, jamás en las carcajadas transformadas en el cóctel de los rictus. La fórmula que excusa los desacuerdos, el desatino, los gritos, diagnóstico del sudor: trastorno de bipolaridad. Tómese la receta y disípese en el televisor, en el café, en los maridos, en los amantes, en los niños que le voltean las caras a sus padres, en los novios que por estar durmiendo no se contestan los mensajes. ¡Qué facilidad para el calor! ¡qué facultad auspiciada por lo nimio! pajaritos, pollitos, profesionales del perdón, sin pedir perdón ni pedir permiso. Discúlpame, soy bipolar, ella es demasiado, es que él desde hace un tiempo, no quiso decir, no quise decir, lo siento, es que anoche, de noche la bipolaridad, el mar la bipolaridad, la revista, la cadena, la crisis, la condena. Bipolar.

 

 

Trastorno cívico militar, golpe de estado, mira láser que suele estar cuando no estás, síndrome de extrañarte siempre que estás a mi lado. Nuevo sofá detenido en pleno masaje de relajación ¿Quién inventó el surrealismo, el daltonismo, el superávit, la inflación? Mueca de boca que esboza el malestar, en Facebook, en Twitter, en cuanto silencio detestan los Haters, los primos hermanos de los Hipsters, los títeres de mi vecino el de la cuadra de enfrente, los mejores clientes de la tienda de lentes sin aumento, cuidado con lo que dices, con lo que te provoca, con los que te puedan malinterpretar: bipolar, ten razón, pasividad, fundamento, no digo que no te equivoques, digo yo (por decirte algo) que no seas bipolar.

 

Que aprendas a sumar dos más dos, que no te metas los dedos en la nariz, que no estornudes donde está prohibido estornudar, ni te limpies con las mangas, ni salgas a votar y mucho menos votes por mí.

 

No se corre el riesgo, no se tiene derecho a disentir, a trasgredir, a volver a pensar, a contradecir, cuando refutarnos siempre ha sido una obligación. Y si te digo que no, pero mañana que sí, si sacamos el paraguas cuando ya ha escampado, si nos pasamos de listos cuando estamos reprobados, si guardamos silencio en medio del concierto, si pensamos muy mal, pues estamos en lo correcto, si tenemos un celular que no nos controla, si pasamos más tiempo en el ciberespacio que en la computadora, si nos servimos agua al comienzo de la playa, si no le tenemos miedo el tiempo ni a la arena ni a los frascos, ni a los choques, ni a los daños, ni a los almanaques, ni a los calendarios, si usamos tacones para tocar el sol, si nos quemamos los talones porque es nuestro punto de inflexión, si nos deprimimos si nos hacen cosquillas, si nos sentimos vivos cuando tenemos pesadillas, si dormimos de pie como los vampiros, si queremos preservar la especie pero nunca tener hijos, si nos provocan asco los Heavy-Broders pero tenemos una lupa sin aumento en el centro de los ojos, si te juro que te quiero cuando no te quiero, cuando te mojo la pinta con un balde desde el balcón, cuando el ojo izquierdo se me hincha de tanto decirte a la cara que no.

 

vintage-womenSi la secretaria se pinta día a día las uñas, si la unidad seguida de ceros se pierde de camino a la tumba, si trabajas a tiempo completo pero extrañas a los niños, si Don Ramón no paga la factura y le pega a Kico, si el televisor te deja bizco al muchacho, si los canales te afectan la concentración, te invitan a golpear, a matar, a pasarte de tragos, si vas a las plazas para sentirte tranquilo, si te da pelín de fastidio soñar, si militas en un partido con un claro tinte opositor, si eres de los que sienten que todo se oficializa, las ventanas, las paredes, el smog, si temes salir a la calle por los horrores, si eres claustrofóbico de los que quiere vivir marea roja en Marte, si tuviste contacto anoche con una pareja de marcianos, si de verdad crees que la muerte no alcanzó los mocasines del joven Michael Jackson entonces eres como yo.

 

Derecho el mío, tuyo y nuestro de voltear a compás de bofetones cuanta idea o suspiro nos provoque bofetear. Y en el campo de los ritos, de la dama y el caballero, manual del viejo Carreño por lo oscuro del pasillo, me voy a colar. A romper, a gritar, a reventar, a tirar, a insultar, a ejercer mi deber de contradecirme, la ley del bocaza o del eunuco, la ley que me dé la gana de decir si son tal para cual, si el ahogado es su nudo, si el más listo o el más estúpido, no soplen con miedo en el vendaval, digo siempre lo que siento como lo siento, lo siento: bipolar. Prohibidor de oficio, defensor de la libertad de expresión, conservacionista de las costumbres al desapego, acumulador de riquezas, la nueva jaula de Ricón en pleno milenio. Resulta que es humano el paso del cangrejo sin su inmortalidad, saca la ropa del remojo (te espera el tendedero) la boca donde digas te la descuelgo, no es un homenaje, ni maldad, tómense lejos ese brebaje, esa receta, eso que castra: bipolar.

 

 

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