LA INVASIÓN DE LOS MEMES
Por María José Castro
Redes Sociales y entretenimiento infinito es el gran regalo que nos ha dado el Internet, y su más reciente ampliación son los memes, esos dibujos con caras poco elaboradas, expresiones y comportamientos propios.
El término meme es un neologismo acuñado por Richard Dawkins, aparece por primera vez en el libro «The Selfish Gene» (El gen egoísta; 1976), y lo define como «unidad de transmisión cultural, o unidad de imitación», es decir, cualquier idea que pueda evolucionar y que sea tremendamente viral y propagable.
Dawkins interpreta la evolución de las especies desde el punto de vista genético y no individual o racial. Según esto, el gen es la unidad evolutiva fundamental, y mediante esta idea se pretendía poner fin a algunas confusiones creadas para explicar determinadas características físicas o conductuales de los seres vivos. Examinando la evolución desde un punto de vista genético, se pueden explicar los fenómenos de selectivos grupales.
La tesis más importante de Dawkins es que los rasgos culturales, o memes, también se replican. Por analogía con la agrupación genética en los cromosomas, se considera que los memes también se agrupan en dimensiones culturales, incrementables con nuevas adquisiciones culturales. La gran diferencia es que, mientras los cromosomas son unidades naturales independientes de nuestras acciones, las dimensiones culturales son nuestras construcciones. Así, la cultura no es tanto un conjunto de formas conductuales, sino más bien información que las especifica.
Otros autores han señalado una idea similar y han propuesto otros términos para designar estas unidades mínimas de información cultural. Por ejemplo, Edward O. Wilson y C.J. Lumsden han propuesto el término culturgen, y aunque en las obras de dichos autores hay un amplio tratamiento cuantitativo de la transmisión de los culturgenes, se ha acabado imponiendo la terminología de Dawkins.
Para el conjunto de los memes se dan las características propias de todo proceso evolutivo: fecundidad, longevidad y fidelidad en la replicación. Poseen un amplio campo de variación, se replican a sí mismos por mecanismos de imitación y transmisión de cerebro a cerebro y engendran un amplio abanico de copias que subsisten en diversos medios. Los memes alternativos, que pueden servir para efectuar la misma función, son llamados alelomemes o memes homólogos. A su vez, los memes pueden agruparse formando macromemes, que constituyen un sistema de muchos memes estructurados e interrelacionados que forman un objeto cultural complejo, tal como una lengua, una teoría, una mitología, etc.
Los memes llegan a la red gracias a la genialidad colectiva e instantánea de los usuarios. Todas estas imágenes rudimentarias aparecen con un texto gracioso, son una forma de historieta y se multiplican a través de Facebook y Twitter. Un personaje “meme” se consolida cuando la imagen se propaga por sí misma para transmitir diferentes mensajes. Uno de ellos es el que se inspiró en Yao Ming, y que nació de una rueda de prensa en la que el basquetbolista chino sonrió.
Sin embargo, la efecto viral de estos dibujos no está en un sólo autor, sino que es producto de algunas comunidades como la 4chan, un foro de habla inglesa donde suelen aparecer muchos «fenómenos de Internet», creándose «modas» de estilo similar y extendiéndose a otros entornos, como por ejemplo, las fotografías de gatos con mensajes graciosos (lolcats) o el gato del techo (ceiling cat). Mi favorita es 9gag.
Cualquier usuario de Internet puede crear un mensaje a partir de un meme. No es necesario descargar un programa de diseño o ser un experto en imágenes o texto. Sitios como Memegeneration.net, memecrunch.com, quickmeme.com, te permiten hacerlo de una forma muy cómoda.
Sin embargo, algunos artistas de cómics no están contentos con los memes. El dibujante, Jim Pluk, manifestó su rechazo en una viñeta en su blog. Champe Ramírez, director de Elcomicenlinea.com, prefiere tomar el tema como una reflexión para el papel de los historietistas: «Los artistas tratarán a los ‘memes’ de ‘cómics basura’ por el orgullo y el ego que tienen, por el pensamiento de ‘Yo dibujo, soy quien debería darse a conocer y quiero ser el único que publica’, pero la verdad es que los que hacen este tipo de historietas no van tras el reconocimiento, sino simplemente porque tienen algo gracioso que contar».
«La verdad es que para algunos géneros, lo más importante es la historia, especialmente en cómics humorísticos», explica Carlos Granda, quien es artista, editor y director de la publicación Comicfan. «Si están dibujados y existe una narrativa gráfica, serían claramente un cómic. Ahora, por eso no estaríamos diciendo que son buenos cómics. El ejemplo es sencillo, y en estos casos siempre vale la pena llevarlo a otros escenarios: ¿todo tuit que se escribe, por estar escrito, debe ser considerado literatura?», concluye el director de la revista Larva, Daniel Jiménez.
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