“EL MUNDO CAMBIÓ, VENEZUELA NO CAMBIÓ”. ENTREVISTA A DIEGO ARRIA. POR ANDRÉS ABREU

Por Andrés Abreu.

 

 “A mí me hicieron un montón de fotos para el libro y resulta que esta (la portada) fue la única no posada, esa foto fue en Nueva York”. Así respondió nuestro invitado a la pregunta acerca de la foto de la portada de su libro “Venezuela. La hora de la verdad”

Gobernador de Caracas, Director del Banco Interamericano de Desarrollo, Diputado al Congreso de la República, Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Secretario General Asistente y Consejero del Secretario General de la ONU, Kofi Annan, candidato presidencial en el año 1978 y precandidato a las elecciones de la Mesa de la Unidad Democrática en 2012. Estos son solo algunos de los cargos que ha ocupado el economista, político, escritor y diplomático Diego Arria. Quien nos recibió en su casa para hablar en exclusiva para Guayoyo en Letras sobre su nuevo libro y sobre el acontecer político del país.

 

Guayoyo en Letras: Empecemos por el título del libro, “Venezuela. La hora de la verdad” ¿Considera usted que estamos en estos momentos en la hora de la verdad?

Diego Arria: Esta es una hora que ha sido muy larga, es como si se hubiese parado el reloj. El título tiene una doble implicación; una es el peligro, porque si yo te digo que estás frente a la hora de la verdad es porque tienes un peligro al frente pero yo detrás del peligro veo una extraordinaria oportunidad como nunca hemos tenido de refundar el país para poder rescatar a Venezuela. Aquí los políticos siempre están pensando en ganar unas elecciones, yo cuando participé quería empujar la bola hacía adelante para que los jóvenes puedan salir adelante y a ellos dedico mi libro. Entonces es así, es el llamado a refundar y a hacer otro país.

 

G.L.: ¿Qué  puede encontrar el público en este libro, de qué trata?

D.A.: Este libro no es una memoria, ni un relato biográfico, aunque obligatoriamente toca algunos de ambos aspectos. Tampoco es un «Yo te lo dije». Solo pretende contribuir a un mejor conocimiento de las realidades políticas, del poder y de la autoridad, en las que me ha correspondido actuar, exponer argumentos en favor del rescate de la libertad y condenar toda acción humana que pretenda imponerse sin límites, y exaltar los valores ético-políticos que hoy en día colapsan.

Todo lo que está en el libro está basado en experiencias que he tenido en distintas partes del mundo. ¿Por qué te digo a ti que puedes salvar el país? Porque lo he vivido en otras sociedades y en otras latitudes.

 

G.L.: ¿Qué elementos diferencian su libro anterior y este?

D.A.: Mi anterior libro se llama “Primero la gente” en donde yo le decía a los venezolanos mi filosofía de vida, criterios, valores, etc. En esa ocasión yo decía que Venezuela estaba viviendo circunstancias muy especiales, hay muchos países que tienen recursos pero no tienen libertad; otros tienen libertad pero no tienen recursos. Venezuela tiene los dos, si sabemos aprovecharlo llegaremos al siglo XXII como una sociedad estable, progresista, con estabilidad social. Pero si convertimos la política en una casa de vecindario perdemos la oportunidad, los recursos y hasta la libertad.

Por eso es que yo digo en el libro “No es un yo te lo dije” pero yo les dije hace años que aquí podíamos perder hasta la libertad si  se convertía la política en una casa de vecindario. En la introducción de “Primero la gente” dice “Hay preguntas que me han hecho infinidad de veces, hay otras que deberían haberme hecho y nunca me hicieron (…)” y yo lo que hice fue hacerme un auto reportaje para responder todas esas preguntas. Y tú verás que las cosas que decía en esa época son las mismas que sigo diciendo ahora porque el mundo cambió, Venezuela no cambió. Las ideas que yo exponía eran muy avanzadas, no eran populares. Incluso hoy en día a mi me dijeron que era radical por proponer que en lugar de tener un simple proceso electoral, refundáramos a Venezuela.

Los políticos han dejado de ser líderes para convertirse en seguidores de sus seguidores y lo que hemos hecho es que hemos bajado el nivel de aspiraciones colectivas al mínimo común denominador y eso impide que podamos ser un gran país. Muchos dicen que este es un gran país, Cuéntame por qué es un gran país: 60% de pobreza, 4 o 5 millones de personas viviendo en la calle… Eso no es un gran país, si podríamos ser un gran país es otro asunto. Yo siempre he sido muy coherente y he hablado muy francamente pero ese es un lenguaje muy duro y el país prefiere vivir en negación.

 

G.L.: ¿Cuáles considera usted que deben ser las cualidades o características que debe tener el próximo presidente de Venezuela?

D.A.: Bueno yo por ejemplo veo en Capriles algo que es fundamental que es su sentido de la inclusión. El habla permanentemente de que aquí cabemos todos, que no habrá distinción, etc. Y con eso ha marcado no una brecha, un abismo entre él y Chávez. Yo creo que la aceptación de otros valores y un sentimiento de unidad nacional son fundamentales porque vivimos una situación de desunión y de discriminación hasta racial. Chávez es el primer racista del país.

 

G.L.: ¿A qué se enfrenta Venezuela este 7 de octubre, qué se juega en estas elecciones?

D.A.: Todo, esta es la gran oportunidad o de perder o de emprender la ruta, que es una ruta larga para recuperar a Venezuela. El 7 de octubre no vamos a rescatar a Venezuela, ese día daremos un paso importantísimo para comenzar un proceso de rescate que tiene que estar fundado en la refundación de la república. ¿Qué quiero decir con eso? Hay que descentralizar el país, acabar con la reelección; particularmente me parece que seis años son más que suficientes. Aquí tiene que haber un período de “limpiemos y rescatemos esto”.

Pero es muy difícil, a los políticos y a la gente les gusta vivir en negación. Esto es un trapo rojo, esto no va a pasar aquí, esto es un peine… Y entre el trapo rojo y el peine acá estamos catorce años después. Aceptamos todos los insultos del régimen.

 

G.L.: Yendo un poco más atrás, usted fue candidato a la presidencia en 1978. Elecciones que gana Luis Herrera Campins, ¿Cuál considera que es la diferencia entre la Venezuela de 1978 y la Venezuela de 2012?

D.A.: Bueno el libro de “Primero la gente” justamente fue mi libro de campaña. Yo fui el único que hice un libro con mi posición. Yo hacía énfasis en lo social y en lo educativo y eso no ha cambiado para nada. ¿Qué pasó en esa campaña? Con un slogan de Luis Herrera a los venezolanos les fue suficiente, yo entiendo que en las campañas políticas a la gente no le gusta hablar de cosas importantes pero es que aquí nunca se ha hablado de cosas importantes.

Pero el hecho de que tú quieras negar las realidades no va a hacer que desaparezcan, van a terminar imponiéndose. El país quedó desfasado en el tiempo; nuestros centros de educación por ejemplo, se han convertido en centros de conflicto y de violencia.  A los políticos en esa época le gustaba hablar de los pobres pero no sabían las necesidades de la pobreza, yo las entendía y no porque era pobre sino porque tenía la sensibilidad para entender esas cosas. Los políticos te dicen que te van a dar comida y techo, como si no quisieras nada más. Yo sueño con un país muy distinto y es lo que he venido y continuaré haciendo, pero me doy cuenta de que eso no es popular.  Hay una falta de hablar descarnadamente.

 

G.L.: Otro de sus proyectos es “Un cafecito con Diego”. ¿Cómo nace esto, bajo que necesidades o inspiración?

D.A.: Cuando yo empecé a hacer las charlas por el país hacía un cafecito real (risas). Primero lo hicimos acá en El Bosque, un jueves a las 3 de la tarde, cobramos 5 Bolívares el café y la gente lo pagó. Luego lo repetimos en Barquisimeto y en muchos lugares. Luego de la campaña se nos ocurrió hacer un cafecito virtual y ya estamos cerca de los 30 episodios.

 

G.L.: Hoy, cuando no falta prácticamente nada para las elecciones. ¿Cómo ve la campaña de Hugo Chávez y la campaña de Henrique Capriles Radonski?

D.A.: Capriles tiene campaña, Hugo Chávez está tratando de imponer su propio mundo en la realidad. El no tiene campaña, el no expone ideas; el habla constantemente del año 3000, de salvar el planeta, etc. Además de que se apodera de todos los medios, no es una campaña. Chávez está diciendo que si Capriles gana aquí va a haber una guerra civil, para una guerra se necesitan dos partes armadas y aquí hay una sola parte armada; esto es una amenaza a una masacre.

 

G.L.: ¿Cómo espera ver Diego Arria a Venezuela dentro de 6 años?

D.A.: ¿Tú tienes que hacerme esa pregunta a mí? (Risas) Yo quiero ver primero como va a ser Venezuela el 7, porque los horizontes tan largos en las circunstancias en las que vivimos son muy difíciles, no quiero mirar tan allá. Me gustaría que hayamos recuperado los poderes públicos, me gustaría ver una sociedad reunificada, un país con menos violencia entre nosotros mismos y un país que haya eliminado los odios que nos han separado. Ese es el país que me gustaría.

 

Para quienes deseen adquirirlo, el libro “Venezuela. La hora de la verdad” se encuentra a la venta en las principales librerías del país y muy pronto podrán encontrarlo en tiendas digitales. Pueden seguir a Diego Arria y contactarlo en su cuenta de Twitter @Diego_Arria

 

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