VENEZUELA: ENTRE LAS SEGURIDADES Y LAS LIBERTADES

Por María Teresa Urreiztieta


securityvsprivacyDurante la pasada campaña electoral, uno de los dilemas que se le presentó al pueblo que votó por el Presidente, azuzado con inteligencia por el discurso de Capriles, fue discernir y/o escoger entre preservar predominantemente las seguridades, entendidas como los recursos y/o ventajas obtenidas o por obtener con la revolución (ventajas materiales, políticas, psicológicas-afectivas, existenciales), o inclinarse por defender las libertades democráticas, como la libertad de pensamiento, de crítica, de disentir de la línea partidista; de ponerse o no la camisa roja; de defender  la autonomía de las organizaciones populares; de denunciar la gestión de gobierno sin ser amenazado o perseguido, la responsabilidad de defender la democracia y de hacerse cargo de todos sin distingo alguno… El discurso de Capriles sobre estas libertades incluía la promesa de obtener también seguridades, pero fueron percibidas de manera más remota o con gran riesgo de perder lo “asegurado”. A la hora de votar, las primeras vencieron –las seguridades-, y las mayorías votaron por el Presidente. Más que creer en uno o en el otro, no arriesgaron.

 

Las segundas, las libertades -para un pueblo con una idea de libertad “sujetada” a la voluntad del líder-, se ceden, se suspenden o se cree que se puede hacerlas esperar un poquito (si se tiene esa conciencia), mientras se resuelve y/o asegura lo prometido (que de paso, es lo que nunca se ha tenido pero se ha anhelado toda la vida, como ansía cualquier hijo de María): La casa bien equipada, la canaimita, el vergatario, los carros populares, la beca de las embarazadas, la pensión de los abuelitos, las misiones; poder continuar o empezar estudios; sentir que el líder me ama, trabaja y se sacrifica por mí, me asegura el porvenir, la felicidad. Estas ventajas-seguridades comunican significados más concretos para la vida y esperanzas de la gente, a diferencia de las ideas de libertad, democracia, progreso; derechos humanos y constitucionales, las cuales se revelan más abstractas para las mayorías populares.

 

libertad-vs-privacidadA diferencia de lo que despectivamente se expresa por los lados de la oposición extrema, la gente no se vende, la gente apela a lo más seguro en medio de las inseguridades y la naturaleza caótica de nuestro hacer político. La gente sobrevive, intenta cubrir sus necesidades antes que nada, nos sobrevive. Cada caso es cada caso claro,  pero sin duda el pueblo, históricamente despojado de vivir una vida digna y plena, prefiere seguir esperando por lo que se le ha prometido ya, prefiere seguir anotándose en las listas de espera (más cerca de lo concreto), en las colas donde reparten algo, disfrutando y creyendo, mientras tanto, en el  amor prodigado por el líder redentor, lo cual alienta aún más la esperanza. Y si me ama, es que me reconoce, o sea, me merece. Este es el punto clave. Sin duda, para los que piensan y sienten así, eso es mucho mejor que comenzar de nuevo a creer en un flaco desconocido con unos cuantos bien conocidos detrás que sí representan el pasado de olvido y exclusión. El Presidente, visto desde estas subjetividades y seguridades, sí representó el futuro, no la nada –sin referentes concretos para el pueblo-, como de manera aviesa y desleal calificó en varias oportunidades al candidato opositor.

 

Aunque este “elegir” signifique legitimar el autoritarismo, aunque signifique pasar por encima de la Constitución Nacional para imponer un modelo de sociedad, la conciencia ingenua –al decir de Pablo Freire-, poco a poco va rindiéndose a la voluntad del líder, va obnubilándose de promesas y espejismos democráticos, yendo por ahí justificando la vida que se vive en aras del inmenso esfuerzo -que interpreta-, está haciendo la revolución por el pueblo. Cede libertades, cede responsabilidades, y con ello, cede parte de su vida. Por ello decía Freire que esta conciencia ingenua, acrítica, dominada por la emoción y sostenida por la esperanza mesiánica, puede hacer que el pueblo pase de una forma de conciencia oprimida a otra, más sujetada al poder ejercido para la dominación y no para la emancipación.

 

También dice Pablo Freire: “Hay una práctica de la libertad así como una práctica de la dominación”, distinguirlas y discernir cuáles están dominando en Venezuela es un imperativo moral urgente y un compromiso de todos los venezolanos.

 

@mturreiztieta
(Visited 56 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras