¿AHORA CUÁL ES EL ROL DE LA ASAMBLEA NACIONAL?

Por Xavier Rodríguez Franco

 

ASAMBLEA N 3Marzo de 2013 y continua la incertidumbre sobre la sostenibilidad institucional de la revolución, más aún conocido el trágico desenlace de la lucha contra el cáncer de un Presidente “en funciones”, que hasta hace muy poco –según la versión gubernamental- estaba “remontando la cuesta” de su recuperación. Dos décadas de política caen de golpe sobre un Estado cultor de la personalidad de Hugo Chávez. Con el paso de estos días de “duelo nacional” la exaltación hagiográfica del ejercicio personalista del poder tras 14 años, podría suponer una noche muy larga para la autonomía de las instituciones democráticas en el futuro inmediato.

 

Realidad ya presagiada al apagarse las cámaras que transmitían el Aló Presidente con dominical religiosidad. Ya no está ese anestésico carisma del líder. Una fuente de legitimidad sostenida al máximo, pero que a fin de cuentas es mortal, finita e intransferible. Hoy ese espacio es llenado por tristeza, rabia, desconcierto, ansiedad y nuevamente movilización electoral. Una rapsodia de emociones, que convierten estas semanas en un reencuentro con la inexorable idea de la necesidad de instituciones burocráticas sólidas, ante la mortalidad de los seres humanos. Idea que nos revela la premodernidad de nuestra forma de entender lo público.

 

Realidad visible en una Asamblea Nacional (AN), que escenifica un proceso de transición que revela toda la religiosidad política del chavismo, y que hace gala de su cohesión pero también de su supraconstitucionalidad. Un poder legislativo (así en minúsculas) que impúdicamente deja ver la claudicación de su autonomía para decidir en atención a la agenda del ejecutivo. De hecho, la única ley aprobada en segunda discusión[1] del 2013, se hizo sin la constitucional consulta pública previa a su publicación. Así como también a la fecha solo tenemos indicios de un calendario legislativo que aún no se ha publicado oficialmente.

 

En la actual legislatura, el parlamento ha sido reducido a su mínima expresión funcional, bien por la habilitante, bien por el calendario electoral del 2012. Para lo que queda de 2013 ASAMBLEA N 2su rango de actuación se verá seriamente comprometido ante el actual escenario electoral y su implicación sociopolítica para un tiempo complejo ante la ausencia de un omnímodo liderazgo acostumbrado a decidir, sin los controles y contrapesos propios de los sistemas democráticos.

 

Aún así, la AN constituye un espacio inmejorable para la reinvención de la política para todos los sectores allí representados. Para el gobierno es un espacio necesario para mostrar su cuestionada eficiencia en la gestión pública, en ausencia del Comandante Chávez; mientras que para la oposición le permitirá demostrar el talante democrático de una contención política propositiva y hacer creíble el compromiso cívico de sus acciones.

 

En efecto, de acuerdo a testimonios de los diputados de ambos bloques recogidos por Entorno Parlamentario[2], se evidencia una alta valoración sobre el papel que jugará el parlamento ante los escenarios políticos venideros. Instancia que tras la muerte de Hugo Chávez, sin duda será el principal ámbito institucional de contención a un previsible recrudecimiento de la polarización.

 

Por parte de los diputados del bloque oficial, resulta innegable que el marco normativo de la revolución bolivariana aún está incompleto, desconectado aún con las formas de organización de base y aún en tránsito al “debate nacional por el estado comunal” (debate suspendido “hasta nuevo aviso”). En este sentido, de resultar electo Nicolás Maduro, la AN será el principal espacio político de apoyo a una gestión con más dudas que certezas, sobre su capacidad de asumir -con capital político propio- iniciativas que permitan renovar la credibilidad y vigencia del legado político de la revolución.

 

ASAMBLEA N 1Del lado de la oposición representa la única instancia de representación nacional a la que tiene acceso hasta el 2015[3] ; así como también es el único ámbito de interacción directa con el gobierno y de seguimiento a las políticas públicas. Es por ello crucial su asistencia, siendo su actuación parlamentaria clave para mantenerse como alternativa política. De resultar vencedor Capriles, la AN será el principal escollo a superar por su gestión, lo cual lo ha venido sobrellevando con el Consejo Legislativo en estos tres primeros meses de gestión en Miranda.

 

Cabe destacar que durante este tercer año de legislatura, le corresponde al legislativo el nombramiento de autoridades de otros poderes como el TSJ y el CNE, así como atender una moratoria legislativa de los últimos dos años. Diferimiento en el debate y creación de leyes que han puesto a la AN alineada a la agenda electoral de un Presidente reelecto y lamentablemente fallecido, y que hoy queda despalda a un pueblo hondamente dividido y con apremiantes necesidades no resueltas, a pesar de ser denominado pueblo legislador.

 

A las cifras legislativas –desde enero de 2011 a la fecha- nos remitimos: leyes aprobadas por Chávez 46, leyes aprobadas por la AN 28 y leyes de iniciativa popular 1. En consecuencia ¿seguirá siendo éste el rol de la AN en esta nueva etapa política del país? El actual escenario nos sugiere que no debería.

 

 



[1] Ley de Reforma Parcial de la Ley que Crea Contribución Especial por Precios Extraordinarios y Precios Exorbitantes en el Mercado Internacional de Hidrocarburos. Aprobada en segunda discusión y que espera la debida promulgación para su publicación en Gaceta Oficial. A la fecha solo se ha abierto a la opinión pública la versión del proyecto aprobado en primera discusión. Para consultarlo haga clic en el siguiente enlace: http://goo.gl/usZ4I

 

[2] Para conocer más detalles sobre este estudio cualitativo de élites parlamentarias consulte el siguiente enlace: http://goo.gl/A9y5Z

 

[3] Circunstancia promovida también por el diseño constitucional de un parlamento unicameral, donde se erosiona sensiblemente la agenda legislativa de los estados. 

 

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