ENTREVISTA EXCLUSIVA A MARÍA TERESA BELANDRIA: “Hay una diplomacia pública y una diplomacia reservada en la cual se emiten las opiniones”
Por Gabriela Amorín
María Teresa Belandria es Abogada, Especialista en Derecho Internacional Económico y de la Integración. Actualmente forma parte de la Comisión Internacional Parlamentaria de la Mesa de La Unidad a cargo de la Diputada María Corina Machado y ha tenido la oportunidad de acompañar en algunas de las misiones.
En esta oportunidad, nos explicará en que han consistido las giras parlamentarias de la Unidad y otros asuntos relacionados:
Guayoyo En Letras: ¿En que han consistido las giras internacionales de los representantes de la MUD? ¿Qué se persigue con estas visitas y qué se ha hecho?
María Teresa Belandria: El objetivo inicial de las giras que emprendieron los parlamentarios y otros líderes políticos coordinados por María Corina Machado, tuvo como propósito inicial, dar a conocer a la comunicad internacional cuales eran los vicios, que de no subsanarse, iban a afectar el proceso electoral del 14 de abril.
Las misiones comenzaron a tomar contacto con parlamentarios de toda la región para explicarles que era necesario solicitar condiciones de cambio en el registro electoral, en la eliminación del capta huella, asegurar la premisa un elector un voto, la no utilización de las milicias y el no empleo de los recursos públicos para la elección, y que de no cumplirse con estas condiciones, esto afectaría el resultado de la elección; además de explicar por qué Maduro no podía ser el candidato: porque violaba la Constitución, tanto en la forma como fue proclamado candidato, como el hecho de seguir ejerciendo el cargo de candidato siendo vicepresidente.
Entonces hubo como una primera fase que consistió en esto. Allí se produjo una reacción internacional de cuatrocientos parlamentarios que firmaron una comunicación que se entregó al CNE el 8 de abril, en la cual se adherían a la solicitud de condiciones electorales.
Ocurrido el evento del 14 de abril, las misiones tomaron un segundo objetivo: deslegitimar al gobierno en el exterior, es decir, explicar por qué el gobierno no es legítimo, que no ganó la elección, explicar cuáles fueron los vicios que se produjeron durante el proceso electoral y por qué se había consumado un fraude, cómo fueron violados los derechos humanos en las protestas generadas por el fraude electoral, cómo se ha criminalizado la protesta, cómo se impidió durante prácticamente un mes el derecho de palabra a los parlamentarios; a eso se suma que en la primera sesión de la Asamblea Nacional del 16 de abril, agredieron al Diputado William Dávila y el 30 de abril, lo que denominaron los diputados de la oposición como Golpe Al Parlamento, que fue la imposibilidad de ejercer su derecho de palabra ante una pregunta inquisitoria que le hacía el presidente de la Asamblea y la agresión de varios diputados.
Inicialmente era reclamar las condiciones electorales y, una vez que se produjo la elección, explicar el fraude y deslegitimar al gobierno en el exterior. Todo ese conjunto de eventos posteriores a la elección como la agresión de William Dávila y luego las agresiones que vimos en la Asamblea el 30 de abril a Américo de Gracia, María Corina Machado, Nora Bracho, Julio Borges y otros parlamentarios, configuró todo un escenario de ilegitimidad y de pérdida de los valores democráticos.
G.L: ¿Cuáles son las solicitudes concretas que ha realizado la oposición a la comunidad internacional?
M.T.B: En primer lugar, recabar 400 firmas solicitando condiciones electorales. Estos mismos parlamentarios que habían solicitado al órgano electoral de Venezuela condiciones para unas elecciones libres, limpias y justas, no tuvieron ninguna respuesta por parte del ente electoral. Entonces, emitieron una segunda comunicación, ya consumado el fraude electoral, para pedir nuevas elecciones en Venezuela. Por supuesto, eso tampoco ha tenido ninguna respuesta.
Todo esto configura un cuadro que da lugar a la solicitud que hicieron los parlamentarios venezolanos ante la Organización de Estados Americanos: de la aplicación de la Carta Interamericana Democrática, porque se violaron los fundamentos establecidos en el artículo 3 y en el artículo 4 que señalan cuáles son los valores esenciales de la democracia. Si a eso sumamos que se le ha pedido a los gobiernos de MERCOSUR que se aplique el protocolo de Ushuaia 2, que es el que establece que cuando haya una grave ruptura del orden democrático o se halla una violación de los derechos humanos, podría aplicarse también, cosa que tampoco ocurrido.
También se le ha informado a los presidentes que estuvieron acompañando a Maduro en la cita de Lima del 18 de abril y que avalaron el proceso electoral, pero que también pidieron, en uno de los puntos del acuerdo, que se realizara una auditoría total y completa del sistema electoral, que esto no ha sido acatado.
Lo que estamos exponiendo de manifiesto es que se ha violado toda la normativa nacional e internacional, por lo cual el gobierno, cada día que pasa, incurre no solamente en una ilegitimidad en el origen, sino también en una ilegitimidad en el desempeño.
G.L: ¿Han tenido alguna estrategia específica para seleccionar los países que se han visitado? ¿Por qué se han seleccionado estos países?
M.T.B: Tradicionalmente, la aproximación de la diplomacia venezolana cuando había momentos de crisis se iba básicamente a Europa y a los Estados Unidos, quizá tratando de encontrar en otras latitudes el apoyo de estos países que los venezolanos miraban como países que podían generar cambios.
El cambio de estrategia fue simplemente pensar que nuestros principales aliados son nuestros vecinos, que las personas con las que podemos contar, porque han pasado por situaciones similares, son precisamente los países de la región; y porque dentro de nuestra región hay mecanismos internacionales que podrían permitir una salida pacífica, electoral y constitucional a la crisis de Venezuela. Entonces, primero hablamos con los vecinos, con los aliados, con los miembros de MERCOSUR, con los miembros de UNASUR, incluso con los países centroamericanos que tuvieron graves problemas de gobernabilidad durante los años de la guerra, porque son nuestros aliados naturales, porque los parlamentarios de la región comprenden claramente lo que implican las amenazas a la democracia y porque hemos encontrado ahí el eco necesario para que ellos presionen a sus gobiernos para que actúen democráticamente.
G.L: ¿Han descartado algún país de la gira?
M.T.B: Creo que no se ha descartado ningún país, simplemente ha habido una estrategia de aproximación a algunos países. Obviamente que por su afinidad ideológica con Venezuela los miembros del ALBA o algunos miembros de PETROCARIBE, necesitan una estrategia diferente a la que se puede encontrar por ejemplo con parlamentarios en Colombia, en Perú o en Chile, en Paraguay o en Uruguay.
Ninguno ha sido descartado, de hecho, va a habar una misión a Ecuador, Bolivia, ya estuvo una misión en Honduras, pero con una estrategia completamente distinta.
G.L: ¿Cuáles han sido los personajes u organizaciones más influyentes o de mayor peso con los que han logrado reunirse?
M.T.B: Primero con los Parlamentos. Creo que el hecho de que nuestros parlamentarios hayan podido ser recibidos por parlamentarios de otros países es muy importante, bien sea en el pleno de las Comisiones de Relaciones Exteriores o en el pleno de las Comisiones de Relaciones Interiores, incluso con derechos de palabra dentro del Congreso de Perú, de Honduras, de Colombia, específicamente de María Corina Machado que tuvo la oportunidad de dirigirse a estos Congresos de manera personal; los parlamentarios de esos países son los representantes de los pueblos, por lo tanto estarían hablando con quienes representan a los pueblos de esos países.
Han manifestado solidaridad las agrupaciones de partidos políticos de toda la región; ahí tenemos a la Unión de Partidos Latinoamericanos UPLA, el Partido Popular Español, la Internacional Liberal, la Internacional Socialista, es decir, aquellas agrupaciones internacionales de partidos políticos que entienden muy bien cuál es el juego de la democracia y que, para que haya democracia, tiene que existir una dinámica en la cual los partidos tengan libertad. Ha habido unas manifestaciones muy importantes de estas agrupaciones partidarias y luego tienes manifestaciones de personalidades como Mario Vargas Llosa, el Grupo de Amigos de Venezuela en Perú en donde están académicos, políticos, etc. Ha habido manifestaciones de solidaridad muy grandes de organismos de la sociedad civil que entienden lo que está pasando en Venezuela.
G.L: ¿Son espontaneas esas expresiones de rechazo o influenciadas por el gobierno venezolano?
M.T.B: Primero que son democráticas. El disentir, el tener una opinión diferente y en expresarla de manera libre, es justamente el juego de la democracia. No todos tenemos por qué estar de acuerdo en todo, y si son parlamentarios de un determinado país y consideran que nuestros parlamentarios no deberían estar allí, lo han hecho y se han expresado de manera libre, sin presiones y sin represión.
Te sorprende cuando vas a otros países y encuentras que otras personas se paran en la parte de afuera de una Asamblea o de un Congreso a levantar carteles y no hay represión de la policía, no son calificados por su propio gobierno como apátridas, ni son calificados como traidores a la patria. Creo que eso forma parte de un juego democrático, en el cual, hemos dejado de sentirnos parte de eso. Estamos lamentablemente tan acostumbrados a que cualquier opinión diferente, desde el punto de vista político, sea calificado como traición o como cualquier otra cosa, que cuando vemos estas expresiones en otros países decimos ¡caramba, aquí hay democracia!. Lo vi personalmente en el Congreso de Colombia, donde hubo un debate muy importante, tanto en la Cámara de Representantes, como en el Senado, en dónde se discutía si la diputada María Corina Machado podía o no dirigirse al Pleno, y te sorprendía que a pesar de que las expresiones eran ideológicamente contrarias, el respeto absoluto que había por la opinión del otro, te demostraba que allí hay democracia y que nosotros no tenemos democracia en nuestro país.
G.L: ¿Las respuestas y reacciones que hemos visto públicamente son las mismas que a puertas cerradas? ¿Qué se oye en los “pasillos”?
M.T.B: Hay dos tipos de eventos que ocurren durante las giras parlamentarias. Una agenda muy pública, con medios de comunicación, con expresiones en los parlamentos, reuniones en las cuales están presentes los medios, con ciclos de preguntas y respuestas; y luego hay unos ciclos de reuniones más privadas, en las cuales se discuten los asuntos esenciales; se les ha mostrados los videos de lo que ocurrió en la Asamblea, de lo que ocurrió en el estado Lara y en otros estados con relación a la violación de los derechos humanos de los jóvenes que protestaban, el fraude electoral, la ilegitimidad del gobierno, etc., y sorprende la solidaridad que te manifiestan, incluso, personas que públicamente no se atreven a hacerlo porque tiene intereses, porque pertenecen al partido de gobierno, pero que luego, cuando ven y pueden constatar lo que efectivamente ha ocurrido, manifiestan su solidaridad. Además, hay gobiernos que para no comprometer su imagen pública, declaran públicamente que no quieren tener reuniones con la oposición de Venezuela, que no van a ser recibidos por los ejecutivos, pero que sabemos, que mandan a algunos emisarios para tener el mismo mensaje de primera mano.
Es decir, hay una diplomacia pública y una diplomacia reservada en la cual se emiten las opiniones.
G.L: En términos concretos, prácticos y comprensibles para el ciudadano común ¿cuáles han sido los logros alcanzados?
M.T.B: Yo creo que un logro muy importante es el cambio en la percepción internacional de Venezuela. Era prácticamente imposible, durante los años del gobierno del difunto presidente Hugo Chávez, que la gente en el exterior pudiera entender lo que en Venezuela pasaba. Era muy difícil porque el Presidente Chávez copaba el espectro comunicacional y había utilizado cualquier cantidad de recursos para poner en la opinión pública internacional, a través de un lobby muy fuerte, una percepción de Venezuela específica.
Ahora no. Hemos logrado con estas giras parlamentarias que haya un cambio en la percepción de lo que en Venezuela ocurre, que efectivamente se demuestre que los poderes públicos están totalmente gobernados por el ejecutivo, que la ilusión de que Venezuela es un país rico, en el que la gente dejó de ser pobre, en el cual hay un crecimiento increíble, sin analfabetismo… eso ha cambiado. Visitar estos países, demostrar la verdadera realidad de Venezuela, yo creo que eso es un logro.
Lo segundo: la demostración del fraude electoral. Yo creo que a nadie le queda duda de que Maduro no ganó las elecciones, de que las elecciones las ganó Henrique Capriles Radonski y se produjo un enorme fraude que le arrebató el triunfo a la oposición.
Un tercer logro, creo que es la percepción internacional de una oposición sólida, unida, viable, con vocación de poder y democrática; porque hemos pasado durante muchos años arrastrando el costal de que era una oposición golpista. Yo creo que el haber ganado las elecciones con un número importante de votos también legitima a la oposición desde el punto de vista político y electoral.
Y el cuarto lugar: que haya algunos gobiernos que, si bien públicamente no están dispuestos a dar grandes declaraciones con fanfarrias y cohetes, están trabajando por otras vías para obligar al gobierno a tomar alguna rectificación en el rumbo de la democracia en Venezuela.
G.L: ¿Existen precedentes históricos en los que la oposición de otros países haya logrado generar presión internacional o resultados importantes utilizando esta estrategia de intercambio parlamentario?
M.T.B: Probablemente en nuestro hemisferio es difícil, porque el principio de no intervención y no injerencia en los asuntos internos es como una impronta que está marcada dentro del ADN de las democracias en la región. Siempre se decía: hay una crisis en Chile, bueno, eso es un asunto de carácter interno; hubo un alzamiento militar en Centro América, bueno, eso es un conflicto de carácter interno. Pero eso ha venido cambiando, porque el concepto de no injerencia está absolutamente divorciado cuando hay violaciones a los derechos humanos o hay graves amenazas a los valores de la democracia. Ese cambio en la comunidad internacional que dice: bueno está bien, yo no me meto en los asuntos internos, pero puedo presionar a través de los organismos internacionales de los cuales los estados somos parte para que se cumplan los acuerdos.
Cuando un estado suscribe el Protocolo de Ushuaia 2 que dice cuáles son los elementos esenciales de la democracia o la Carta Democrática Interamericana, asume de suyo que si él incurre en esa violación puede ser objeto de sanción.
Yo creo que ese cambio hace que los parlamentarios puedan presionar a sus gobiernos, para que esos gobiernos, a la vez, utilicen los mecanismos del Sistema Interamericano para influir en la toma de las decisiones de políticas dentro de un determinado país.
G.L: ¿Pueden confiar los ciudadanos en esas organizaciones internacionales?
M.T.B: Las organizaciones internacionales en sí mismas no son ni buenas ni malas, porque las organizaciones son los que los estados que la integran quieren que sean. Y como las organizaciones internacionales están conformadas por estados, evidentemente que si los estados no le dan un impulso a los cambios o a las sanciones, eso no ocurre. Por eso es que se dice con mucha frecuencia que MERCOSUR, UNASUR, CELAC, etc., son “Clubs de Presidentes”, porque los ciudadanos no pueden accionar frente al estado.
El único sistema que garantiza el acceso de los ciudadanos para poder demandar a sus respectivos estados, es el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que tiene base en el Pacto de San José, del cual, por cierto, Venezuela se retiró y 10 de septiembre de este año se hace efectivo el retiro.
Yo no diría que no se debe tener confianza o no, sino que depende mucho de la voluntad política, entonces si tú logras que haya un cambio en la voluntad política de los estados, entonces evidentemente los organismos se hacen más efectivos.
G.L: ¿Considera que ha logrado sopesar la oposición el impacto de la enorme maquinaria estatal, que aunque económicamente se encuentra debilitada, sigue generando una gran influencia dentro de la comunidad internacional?
M.T.B: Sin duda. Una cosa era tener la percepción de cuán profundo había llegado el gobierno en la compra de voluntades, en las donaciones y regalos al exterior y otra cosa es cuando lo ves. Es decir, todo lo que construyeron con el dinero venezolano afuera y eso significa lobby político, lobby económico, eso supone un lobby a nivel de medios de comunicación gigantesco. El gobierno invirtió grandes cantidades en toda la región para tener una opinión pública favorable a su acción.
G.L: Muchos piensan que las giras de la Comisión Internacional de la Unidad Democrática han sido en vano, pues mientras se esfuerzan por lograr presión a los gobiernos internacionales, el gobierno nacional inicia, por ejemplo, un proceso de reactivación de relaciones con Estados Unidos. Luego de que Nicolás Maduro expresa su rechazo al encuentro entre Santos y Capriles, el presidente colombiano se muestra sumiso ante las reacciones de Venezuela. ¿Qué piensa sobre esto?
M.T.B: Yo creo que si las giras de los parlamentarios y de otros líderes políticos venezolanos no hubiera sido exitosa, el gobierno no hubiera tenido que hacer las maletas y salir a visitar cada uno de los países que la opinión ha visitado.
La primera reacción del gobierno, fue ir a los países de MERCOSUR, luego de que habían estado nuestros parlamentarios recabando firmas en los países de esa organización, no solamente en los países que eran tradicionalmente aliados de Venezuela, como Paraguay, Uruguay y Argentina, sino en Brasil, en donde más de diez senadores pusieron su nombre en una carta exigiendo nuevas elecciones y condiciones electorales; el gobierno tuvo que salir corriendo a montarse en un avión para decirle a los gobiernos de MERCOSUR que lo que la oposición había dicho no era verdad, entonces allí te das cuenta que la gira, indudablemente, ha tenido un efecto .
Luego, el presidente Santos en Colombia recibe a Henrique Capriles Radonski después de un arduo trabajo de las fuerzas democráticas de Venezuela, con las fuerzas políticas aliadas del presidente Santos; y son esas fuerzas aliadas quienes obligan a su presidente a que tome una posición en defensa de la democracia de Venezuela, es decir que allí hay un trabajo. El gobierno de Venezuela es injusto en el reclamo que le hace al presidente Santos, porque éste le notificó al gobierno de Maduro que iban a recibir a Henrique Capriles como hace cualquier país soberano que puede recibir a quien quiera… Y luego se van a pedir una cita con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, o sea, el Secretario del “Imperio”, el causante de todos los males, el responsable de cuanta cosa ocurra en Venezuela, desde la inoculación del cáncer del Presidente, hasta el desabastecimiento del papel toilette, pero bueno, van corriendo a reunirse con el gobierno de los Estados Unidos, ese que detestan, que odian, pero necesitan la legitimación que ellos le puedan dar.
Entonces, la gira ha sido exitosa porque el gobierno ha tenido que emprender una gira para tratar de buscar legitimidad afuera, cuando no la tiene adentro. Eso de tener que retratarse con el Papa, con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, con el presidente socialista de Francia, garantizarle a los empresarios españoles que aquí están abiertas las puertas para la inversión cuando todos sabemos que eso es mentira, demuestra que lo que nosotros hemos venido haciendo, está hecho en la dirección correcta y que el gobierno sencillamente ha tenido que reaccionar.
G.L: ¿Qué tiene que ocurrir en Venezuela para que la comunidad internacional tome posición firme contra los abusos gubernamentales en Venezuela? ¿Existe algo que pueda volver inmune al chantaje del gobierno venezolano a la comunidad internacional?
M.T.B: Esa es una excelente pregunta, porque esa es la pregunta que nos hacemos todos. Cuando el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, previo a la Asamblea General en Guatemala, declaró que no había un “clima” para discutir los asuntos de Venezuela, la pregunta que surgía era esa: ¿Qué tiene que ocurrir en Venezuela para que los miembros de la Organización de Estados Americanos, de MERCOSUR, de UNASUR, de CELAC, etc., se den cuenta que aquí se están violando los principios esenciales de la democracia?
Uno no quisiera, por supuesto, como venezolano, que ocurriera ningún acto que pusiera en peligro la vida de la gente, pero a veces los estados se arrellanan, se apoltronan, se quedan tranquilos mientras no haya ruido en las calles, el gobierno sigue ganando tiempo… pero creo que es una pregunta para la cual yo no tengo ninguna respuesta.
G.L: ¿Cuáles son los próximos planes?
M.T.B: Los planes son seguir visitando los países, seguir llevando la voz de Venezuela al exterior, seguir denunciando las irregularidades, seguir advirtiendo de los abusos, seguir deslegitimando a un régimen que no tiene legitimidad ni de origen ni de desempeño y reuniéndonos con los venezolanos en el exterior que están ávidos de ayudar a su país desde aquellos países a los cuales hicieron suyo, porque esta es una lucha que apenas comienza.
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