GRATEROL: «EN VENEZUELA HAY QUE CONSTRUIR UN ESTADO DE DERECHO»

Por Norma Pérez

@normaperez9

 

 

 

Vivimos en una sociedad  ¿colectivista o individualista? ¿Formamos parte de una masa o somos individuos? ¿En mi país existe un estado de derecho? Todas estas preguntas son respondidas en el libro «Individuos o masa, ¿En qué sociedad quieres vivir?», una publicación de varios autores que aproxima al lector a entender las sociedades y su papel en ellas. En esta oportunidad, Guayoyo en letras ha tenido el honor de entrevistar a uno de sus autores, Giuseppe Graterol, quien nos explica un poco los temas abordados en el libro

 

—¿Qué lo inspiro a escribir este libro?

 

—Este libro fue escrito por tres autores que son el Doctor Antonio Canova González, Luis Alfonso Herrera Orellana y mi persona, Giuseppe Graterol. Nosotros desde el año 2010 fundamos una Asociación Civil que lleva por nombre, Estado de Derecho. Esta asociación se origina por la preocupación que teníamos como ciudadanos respecto a muchas cosas que han estado ocurriendo en Venezuela y sobre las cuales no podíamos actuar desde las aulas de clase y oficinas de trabajo. Por esta razón es que buscamos una forma de divulgar ciertas ideas y de problematizar ciertos asuntos que nos permitieran llegar a la ciudadanía, para así lograr que reflexionaran sobre estos contenidos. El libro, Individuos o masas, ¿En qué sociedad quieres vivir? Nace de un taller de ciudadanía, este consta de 4 módulos, el primer módulo es sobre humanidad y economía, el segundo módulo trata de ética y moral, el tercero es de derecho y política, y el ultimo modulo es histórico. En el libro se podrán leer los contenidos de los talleres de ciudadanía.

 

—¿Por qué deciden confrontar estos dos modelos de organización social?        

 

—Porque básicamente desde que el mundo es mundo -valga la redundancia- el ser humano se ha organizado en base a estos dos modelos. Hay un modelo que es más primitivo que el otro, este es el modelo colectivista. Siguiendo la tesis de Darwin, en las hordas, las masas y los grupos, no existen individuos sino entes pertenecientes a algo superior. El segundo modelo es mucho más moderno y es en este donde se comienza a realizar esa idea del individuo. Evidentemente dentro de cada modelo de organización social hay matices y corrientes que siempre se van a poder ubicar en uno u otro modelo. Para poder ubicarlas lo que se necesita saber es donde está el acento, es decir hay que ver si el acento está en el individuo, en cada uno de los integrantes de la sociedad o si está ubicado en algo que va más allá de cada persona, como lo son los grupos colectivos, las religiones, las creencias. Básicamente eso fue lo que nos llevó a confrontar estos modelos.

 

—¿Cuál de los dos sistemas funciona mejor?

 

—Los lectores podrán responder a esta pregunta por sí solos, ya que los datos son irrefutables. Un sistema te garantiza salir de la pobreza y termina es hundiéndote en una miseria terrible. El otro sistema respeta la individualidad, la dignidad humana y además permite a las personas salir de la pobreza en libertad, cooperación y respeto. Imagínate que destruimos un país completo y lo dividimos en dos, de norte a sur y de oeste a este. Ya destruimos el país y lo dividimos, ahora vamos a establecer un sistema individualista de un lado y del otro un sistema colectivista. Básicamente esto fue lo que ocurrió en Corea. Corea del norte está sometida a un comunismo criminal y miserable, mientras que Corea del sur sigue políticas capitalistas, liberales e individuales. ¿Cuáles han sido los resultados? Si nos ponemos a pensar en los resultados podemos concluir que un sistema arrojó libertad y prosperidad para las personas y el otro miseria y muerte. Quien hoy en día pretenda defender a Corea del norte no entiendo con qué argumentos lo haría,  la miseria humana a la que está sometida esa sociedad en comparación con sus hermanos del sur es tan nefasta que no hay defensa posible de su sistema.

 

—¿Una sociedad es capaz de cambiar de sistema?

 

—Sí. Cuando comenzamos la entrevista yo te hablaba de Darwin y de su explicación del porqué nos agrupamos en hordas bajo el mando de un macho primitivo. Pues eso ha cambiado, ya que las sociedades han reflexionado. Sin embargo, hay unas sociedades que han retrocedido como es el caso de Venezuela. Nuestro ejemplo es bastante lamentable, ya que con todas las oportunidades que tenemos como país no hemos podido dar ese paso. Para cambiar de sistema se tiene que dar una reflexión ciudadana muy profunda. Venezuela está viviendo uno de los momentos que la pueden llevar a dar ese cambio, ya que los tiempos que está atravesando aunque nos parezcan rudos, son capaces de hacer entender que para poder ser un país rico y libre, se necesita tener individuos libres. Hay evidencia empírica, índices, muestreos que evidencian que cuando un país se organiza en torno a los individuos y no en base a ideas colectivas, superiores y abstractas; pueden funcionar mejor.

 

—¿Cuáles son las desventajas que trae el sistema colectivista?

 

—La desventaja de estar en un sistema de organización social colectiva es que no existes como persona, eres sencillamente parte de la masa, te mueves conforme a esa masa y sobrevives en la manera que te vuelves cónsone con ella. En el momento que quieras ser individuo, pensar distinto o disentir, vas a ser execrado. Los ciudadanos en organizaciones sociales colectivas dejan de ser personas, al menos desde el punto de vista moral que defendemos. Las personas deben ser individuos libres, soberanos, capaces de disentir, opinar y argumentar. La peor desventaja de este sistema es la anulación del individuo.

 

—¿Cuáles son las desventajas que trae el sistema individualista?

 

—Esta pregunta es buena, porque quienes no están de acuerdo con nuestros planteamientos siempre dicen que nosotros nunca decimos las cosas malas de nuestra postura. Evidentemente hay algo malo en nuestra postura y es que somos seres humanos que cometemos errores. El individualismo no es un sistema perfecto, puesto que no está formado por máquinas y además no es una utopía. Es simplemente un sistema formado por individuos que cometen errores y que deben hacerse responsables de esos errores. Este sistema básicamente lo que te garantiza es la libertad.

 

—¿Cree usted que en Venezuela exista respeto por el individualismo?

 

—No, no existe ni ha existido y eso es un poco lo que llevó a escribir el libro. Cuando tú hablas de individualismo eres clasificado de egoísta. En Venezuela tenemos una tradición sumamente colectivista. Lo individual, lo personal, siempre se ha visto contrario a lo general y no necesariamente es así. Se ha llegado a afirmar que somos una sociedad  individualista y eso es totalmente falso, ya que aquí las ideas de la nación, de la patria, del pueblo, son siempre las ideas pautadas en boga. Si tú escuchas los discursos del liderazgo político nacional no solamente de la época actual sino de la anterior siempre se ha resaltado esa idea de país libre pero nunca se ha pensado en los individuos. Venezuela tiene un estado muy rico pero tiene un país muy pobre, porque no tiene individualismo, lo que siempre ha tenido es individuos dependientes del estado. Venezuela jamás se ha organizado en torno al individuo y al respeto de sus derechos, siempre se ha creado la propaganda de que aquel que defendiera lo individual, estaba negando lo colectivo e iba en contra los intereses de la patria.

 

—En Venezuela en teoría existe un estado de derecho, pero ¿cree usted que de verdad exista?

 

—Siempre he mantenido de que en Venezuela nunca se ha sostenido un estado de derecho. No ha existido estado de derecho por una simple razón: porque nunca ha habido respeto al individuo. En Venezuela nunca ha existido una separación de los poderes, lo que aquí tenemos es una colaboración de poderes. En el libro abordamos estos temas y los contrastamos entre los dos órdenes. En un país hay estado de derecho cuando existen tribunales independientes e imparciales, cuando el estado está sometido al derecho, cuando el estado no hace lo que le da gana. En los países donde hay estado de derecho se prospera, hay creación de riquezas, hay movilidad social y las personas en situación de pobreza son capaces de superarla libremente, en el otro sistema no es posible. En Venezuela no ha existido estado de derecho, necesitamos construirlo.

 

—¿Cuál de los ejemplos que aparecen en el libro te gustaría contrastar?

 

—El libro es un contraste en sí. Sin embargo, cada módulo está dividido por puntos, discusiones, ideas y principios de cada uno de los órdenes sociales. Hay un contraste que me gusta mucho y que en el discurso político siempre se deja colar y es el tema de la desigualdad-pobreza. En el discurso político actual hay una lucha contra la desigualdad, terrible. Sin embargo, la desigualdad no es el problema, todo lo contrario, el problema es la pobreza y no son lo mismo. Es muy distinto vivir en un estado de carencia generalizada, es decir no tener acceso a servicios públicos, a una buena salud, a educación, a alimentos, a que se tengan condiciones económicas distintas. Si tú me preguntas a mí qué debemos hacer para salir de la pobreza, yo nunca te diría que ataquemos la desigualdad, ¿por qué? porque todos somos distintos y por eso siempre vamos a ser desiguales. La lucha contra la desigualdad no va a sacar de la pobreza a las demás personas, la única manera que esas personas salgan de la pobreza es a través de la creación de riquezas y para eso necesitamos la cooperación de todos.

 

—¿Qué les dirías a los lectores que están interesados en adquirir el libro?

 

—Lo primero que le diría al lector es que evite caer en categorías y etiquetas al leer el libro. Segundo, que aborden el libro sin prejuicios, de manera reflexiva y crítica, colocándose en los ejemplos.

 

—¿Dónde pueden encontrar nuestros lectores su libro?

 

—En Cedice Librería, librería estudio, Kalathos, Álvaro Nora y Funeda, TecniCiencias, en el pasillo de ingeniería de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

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Guayoyo en Letras