HOMOFOBIA EN VENEZUELA: ¿POR QUÉ ES POSIBLE AFIRMAR QUE SOMOS UN PAÍS HOMOFÓBICO?

Por Elienny Dib Caiazzo

@Elienny

 

 

 

Es muy fácil aseverar que Venezuela aborrece la diversidad sexual por la omisión de culpas y de sanciones que deberían implementar altos representantes del gobierno por tratarse de un tema anticonstitucional, principalmente. Hasta nosotros, los ciudadanos de esta nación viciada, nos convertimos en intolerantes cuando nos quedamos de brazos cruzados ante este tipo de faltas.

 

He tenido la oportunidad de hablar con inmigrantes de distintos países y culturas. Vengo de dos familias que vinieron, a lo que suelen llamar todos esos emprendedores de vida como “El Paraíso” y creo que en la actualidad llamarle así sería una total ironía.

 

En muchas ocasiones escuché cómo sus voces resquebrajadas y siempre traumatizadas por los efectos de la guerra, persecución nazi o políticas distorsionadas del Medio Oriente, contaban con sorpresa y conmoción la dicha que les produjo llegar a un lugar en el cual el adjetivo “negro” connotara cariño, y así, otros adjetivos como “gorda”, “marica”…

 

Hace un par de años se propuso la creación de lo más racista que escucharía yo para el entonces, como lo fue el Ministerio del Poder Popular para la Afrodescendencia y hoy por hoy, mi “sorpresómetro” se dispara cuando diputados de la Asamblea Nacional tienen la libertad y potestad de juzgar a alguien por su inclinación sexual o un candidato a Alcalde habla de tolerancia hacia la diferencia más no acepta la aprobación de ningún derecho civil que los incluya en la sociedad plenamente.

 

No les pretendo hablar como abogada, pues no lo soy, ni como periodista sino como ciudadana, como paisana y contemporánea con millones de gays en este país. El uso peyorativo de la palabra “homosexual” o de cualquier palabra que lo signifique, es totalmente inconstitucional, antiético y discriminatorio. De hecho, no contemplar la realidad de que todos merecemos derechos igualitarios es, en cierto modo, un tipo de homofobia.

 

El mundo se encuentra en desarrollo permanente, la gente evoluciona y todos merecemos respeto. No se trata de un sistema político que descalifica únicamente, se trata de lo que hacemos todos los que nos regimos por ese sistema para que consideren a todos nuestros amigos, vecinos, hermanos y demás personas que conozcamos y su posición sea distinta a la de ellos.

 

Soy venezolana y no deja de darme vergüenza imaginar el grado de decepción que les transmitimos a todos los que vinieron de infiernos lejanos a apostar su vida y contaron con la certeza de que esto jamás se parecería a su punto de partida. No creo pecar por exagerada al asegurar que cada día somos peores defendiendo y reclamando lo que nos agravia y nos atropella.

 

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