MÁS ALLÁ DE LOS ALCALDES ¡ESTÁS TÚ!
Por Jorge Flores Riofrio
@FloresRiofrio
El partidismo en Venezuela está en crisis sin duda, esto se hace evidente al ver algunos personajes en la lista de los abanderados del PSUV, para las elecciones municipales de diciembre, quienes tienen poca o nula trayectoria política. Winston Vallenilla, El potro Álvarez y Magglio Ordoñez, son los candidatos “paracaidistas”, que pintan de vergüenza la política venezolana y muestran la agenda oculta de los charlatanes democráticos “No importa el país, lo que importa es gobernar”.
Desde las entrañas del chavismo radical, se escuchan las quejas de quienes son celosos con “el proceso”. En la página de Aporrea (claramente chavista) más de un articulo, señala la decisión despótica de la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela, puesto que algunos de esos candidatos, no pertenecen a los luchadores sociales, que día a día trabajan por el beneficio en sus comunidades.
El oficialismo se está desmoronando desde adentro, tiene el mismo cáncer de los partidos de los 40 años de democracia, que solo se dieron cuenta de su debilidad, cuando tenían la boina roja montada en sus hombros. Ese cáncer, ese mal que le costó a muchos venezolanos, años de exclusión, de marginalidad y miseria, es la indiferencia social, es la falta de empatía con el pueblo y sus verdaderas necesidades.
Tanto Acción Democrática como Copei, perdieron la conexión con las comunidades cuando empezaron a poner como dirigentes a grises políticos que no tenían trayectoria en el trabajo por la gente. Creyeron que solo bastaba con el aparataje mediático para hacer que las personas los siguieran. ¡Pues no! Las personas no se creen las mentiras y las pantallas eternamente.
La oposición actual no se salva de esta crítica, puesto que muchos de sus dirigentes hablan de pueblo, pero sus zapatos no están sucios por el polvo del barrio, ni sus camisas están impregnadas del calor del sol de los campos venezolanos ¿Cómo hablar de pueblo sin sentirlo? Mientras se siga pensando que ser político es dar buenos discursos, ponerse un saco y una corbata, tener escolta y desprestigiar a otros, no avanzaremos como país. Mientras las iniciativas y el poder de acción estén centralizadas en cúpulas caraqueñas, en la imagen de algunos hombres y mujeres vendidos como salvadores, nuestra democracia seguirá siendo débil y los líderes políticos serán más parecidos a caudillos que a demócratas.
Las elecciones de diciembre serán importantes sin duda. Plantearán un escenario político que determinará las estrategias del oficialismo y de la oposición, pero en sustancia, será más de lo mismo. En muchos casos ganarán los puestos, algunos que el único merito que tienen, es estar en el partido ganador, esa clase de dirigente, no traerá cambios profundos y significativos en la realidad de la gente, así que Venezuela no podrá salir del camino nefasto, al cual el partidismo podrido nos ha conducido.
Es hora de enfocar las políticas en el liderazgo local y en la verdadera democracia participativa, no solo desde un punto de vista electoral, sino también por medio de la acción. Los partidos políticos han demostrado no tener una mirada que incluya en las decisiones a todo un conglomerado de ciudadanos, sino que se han puesto como en un papel de representantes un pueblo políticamente infantil. ¿Hasta cuándo verán a Venezuela como un niño que se chupa los dedos? Es hora de asumir como pueblo, nuestra responsabilidad como constructores de la nación.
No podemos confiar en que con nuestro voto basta, creo es necesario que hagamos más que eso. Es indispensable la participación de todos, en la decisión y en el accionar de mejoras para nuestras comunidades. Imagínense si seguimos esperando que se muevan a algunos alcaldes para que hagan trabajar al aseo urbano, para que tapen los huecos de las calles o gestionen un buen alumbrado. Si seguimos esperando veremos cómo Venezuela se va a pique.
Creo y estoy convencido, que la Venezuela que luchó contra dictaduras, mucho más fieras que este gobierno de farándula, millonas y bates quebrados en la política, sigue estando presente en la actualidad, solo que necesita de una visión a la cual unirse, una visión de país, que no esté basada en la imagen hegemónica de un hombre. La pregunta entonces que es necesaria hacernos, quienes hemos decidido asumir el compromiso de construir nación es la siguiente: ¿Cuál es esa visión?
La visión de país que algunos han propuesto y que considero debe ser la que marque nuestro pensar nacional, es la de la participación verdadera de cada uno en el accionar político extra electoral, es hora de asumir que somos parte de un cuerpo, que tiene diferentes partes para existir, esas partes somos nosotros y ese cuerpo es nuestro país. Existe en Venezuela la legislación, que le da poder a las personas “comunes” para participar de manera activa en las transformaciones de la comunidad en donde vive.
Los partidos políticos no son suficientes, llegó el momento en que la participación comunitaria, debe ser la prioridad en el mejoramiento del país. Mi invitación es que cada uno de los que leen este articulo, participen en el Consejo Comunal de su comunidad, que tengan estima por los demás y no sean indiferentes a las necesidades ajenas, que accione a favor de todos. Quiero que empecemos a pensar, no de manera egocéntrica, creyendo que nuestra vida se basa en complacernos a nosotros mismos, sino que estamos para trabajar juntos por una mejor realidad.
Si alguno cree estar en este mundo para dejarlo mejor que como lo encontró, asuma su papel como líder de este país, no para figurar en los periódicos y ponerse una franela con la cara de un muerto, sino para trabajar con pequeñas o grandes acciones, por sus semejantes. El mal de la política en Venezuela es la falta de verdadero amor, por las personas y los valores que nos hacen ser nación. Ni Wiston, ni Maglio, ni el Potro, ni Capriles, ni Maduro, son la esperanza para nosotros, tú y yo, junto a cada venezolano, tenemos la capacidad de convertirnos en un ejemplo de país para Latinoamérica.
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