RÓTIVAL, UN ROCK PARA CARACAS

Por Norma Pérez

@normaperez9

 

 

 

En esta oportunidad, Guayoyo en letras tuvo el placer de entrevistar a Rótival Band. Andrés Paz y Alberto Flores llegan con su jovialidad, diversión y entusiasmo a Guayoyo para hablar de su primer sencillo, experiencias y metas. Rótival es una banda que le canta a la asfixiante y desmoronada Caracas, al desamor y a la mujer.

 

—¿Cómo se crea Rótival Banda?

 

Alberto: Rótival comienza siendo un cuarteto en el  año 2011. En ese momento concretamos las ideas para grabar algo nuevo y comenzamos a  trabajar con Erick Aldrett. Con él producimos dos temas: Rojo Escarlata y No Volveré a Caer. Sin embargo, por razones personales, los otros dos chamos se fueron de la banda. Entonces, Andrés y yo, tuvimos que decidir si seguíamos en la banda nosotros nada más o incluíamos a alguien. Decidimos estar solo nosotros. En el año 2012, teníamos ya una serie de temas que estructuramos de nuevo, hicimos nuevos temas y terminamos de pre-producir nuestro disco. A finales del 2012 y principios del 2013 empezamos a grabar. Rótival no es una banda que tiene mucho tiempo.

 

—¿Por qué deciden llamarse «Rótival»?

 

Alberto: Rótival es el apellido de un arquitecto francés que en los años 40 se le encomendó hacer el Plan Monumental para Caracas. Este proyecto tenía el objetivo de modernizar el urbanismo de la ciudad, pero no se logra culminar. El plan deja una consecuencia directa que es la fragmentación de Caracas en dos mitades. A partir de ahí, es que se comienza a tener la conciencia de que un lado es el Este y el otro  lado el Oeste. Quisimos incluir este apellido como nombre de la banda para resaltar no solo la dualidad de Caracas, sino también para traer algo de nuestra ciudad. Además, nos caracteriza a nosotros, porque, Andrés es de los Dos Caminos, es decir del este y yo soy de Caricuao, el oeste.

 

—¿Qué define el estilo musical de Rótival?

 

Alberto: Es rock en español que puede ser comprendido y disfrutado por la mayor cantidad de personas posibles. No quisimos hacer ni un rock demasiado agresivo, ni demasiado suave. Los temas de este disco, La Palabra, representan  ese tipo de rock en español que es rock pop con esa maldad que está inmersa en el género rock. De ahí viene esa definición sonora que le dimos al disco. En los diez temas quisimos reflejar los dos lados de Caracas.

 

Andrés: Los primeros cinco temas representan al este de Caracas con un rock pop y los cinco siguientes representan el oeste con  un rock denso.

 

—¿Cómo ha sido esta experiencia?

 

Alberto: Ha sido bastante peculiar, porque fue algo nuevo que era un sueño para nosotros. Desde que yo comencé a tocar pensé en un disco pero siempre decía: “eso es algo muy grande, es casi imposible”. Hace seis años era complicado porque había que considerar los gastos financieros, los recursos. Con dos personas era mucho más difícil, sin embargo, se pudo concretar. Tuvimos la ayuda de vario amigos. Nos parece fascinante el hecho de que tuvimos siempre el control de nuestra creación. Todas las decisiones que están relacionadas con este disco fueron de Andrés y mía. Nos sentimos orgullosos de que esto es totalmente nuestro.

 

Andrés: Para mí la experiencia ha sido gratificante en el sentido de que la gente ha podido descargar en un principio la música y comentar si le gusta. Cuando teníamos nada más dos temas y éramos una banda muy nueva no había más que un feedback por parte de nuestros amigos. Con el disco La Palabra hemos tenido un feedback muy grande. Para mí, esa la experiencia más gratificante.

 

—¿Por qué su disco se llama «La Palabra»?

 

Alberto: Porque nos sentimos como predicadores de nuestra propia palabra. Es para resaltar que hay muchas personas que pasan su vida entregadas a la creación de otros, a predicar la palabra de otro. Este disco tiene encerrada toda nuestra obra, desde que nos conocimos, todo nuestra experiencia aquí en la ciudad.

 

Andrés: El nombre de la palabra se refiere  a que nosotros estamos predicando nuestra propia palabra, hecha con nuestras ideas. Con este CD no estamos predicando las ideas de otros.

 

—¿Cómo definen las canciones de Rótival?

 

Andrés: Las canciones de la palabra tocan varios temas; la mujer, el desamor, el fanatismo religioso. El tema número ocho que es A Sangre Fría, habla sobre las personas no humanas y el tema La Palabra, que habla de aquellas personas que durante su vida solo han seguido normas y paradigmas que al final no sirven de nada. Caracas está reflejada en dos canciones específicas, Asfixiado y Castillo de Arena, en una de estas canciones hablamos de esa Caracas que vemos a diario, que nos encanta, pero que lamentablemente se nos está desmoronando  como un castillo de arena.

 

Alberto: Este disco conceptualmente gira en torno a cómo nosotros definimos nuestra propia verdad. Tiene mucho que ver con el encuentro contigo mismo, con como asumes tu visión del mundo. Tiene la visión de cómo nosotros vivimos aquí en Caracas. Este disco es muy caraqueño.

 

—¿A dónde quieren llegar con Rótival?

 

Alberto: Con este disco estamos cumpliendo las primeras expectativas que teníamos que era tocar, la obra y recibir el feedback inicial de las personas. Queremos seguir profundizando presentaciones, expandiéndolas para que nuestro mensaje salga de Caracas y podamos tocar en el interior. La meta ahora es seguir sonando en Venezuela y seguir haciendo más discos, música y nuevas ideas.

 

¿Cómo llega Johana Castellanos a Rótival?

 

Andrés: Johana llega porque en un comienzo tocábamos solos y nos dimos cuenta haciendo los temas que queríamos meter otros instrumentos. Entonces decidimos que Rótival tuviera músicos invitados. Johana no es la única chica que nos compaña en tarima, hay otra chica que es Aintzane Iglesias. Ellas dos llegan porque preferimos darle la oportunidad a dos mujeres que a dos hombres (risas).

 

¿Qué sienten cuando están en un escenario?

 

Alberto: Siento que estoy poseído (risas). Como humano desapareces y te vuelves música.

 

Andrés: La conciencia en ese momento se desvanece. En ese momento se te olvida todo y eres tú, tu bajo y lo que estás tocando. Cuando hay público no te das cuentas que está ahí. En ese momento estás solo con tu música.

 

—¿Qué es lo más loco que les ha pasado en un concierto?

 

Andrés: Una vez cuando teníamos un repertorio de ocho canciones, estábamos en un toque en Puerto La Cruz y cuando llegamos a la séptima canción yo pensé que era la última y me fui (risas). Alberto seguía dándole a la batería y la otra chica a la guitarra, y me miraban. Además, las últimas dos canciones estaban pegadas y al terminar una inmediatamente comenzaba la otra. Estuve 15 minutos fuera del escenario y nadie sabía cómo detener el show.

 

Alberto: Al final tiré las baquetas (risas). Fue muy loco y la gente no se dio cuenta porque nuestros toques son muy espontáneos.

 

—¿Tienen alguna presentación pronto?

 

Andrés: Sí, ell 21 de septiembre en el Puto Bar, 28 de septiembre en Calle Club de Maracaibo. Estamos pendientes por confirmar Puerto la Cruz y Margarita. Estamos negociando Barquisimeto, Mérida y Valencia.

 

Un café con…

 

¿Una canción para tomar un café?

 

Alberto: La 25 sinfonía de Morzart.

 

Andrés: Hacer el amor con otro de Alejandra Guzmán (risas).

 

—¿Un libro para acompañar un café?

 

Andrés: El perfume de Patrick Süskind.

 

Alberto: Piedra de Mar de Alberto Massiani.

 

—¿Un lugar para tomar un café?

 

Alberto: El Calvario.

 

Andrés: El Ávila.

 

—¿Una película para acompañar un café?

 

Andrés: El Código Da Vinci.

 

Alberto: El Gran Pez de Tim Burton.

 

—¿Una persona con quien tomar un café?

 

Andrés: Johana y Aintzane.

 

Alberto: Arturo Uslar Pietri. 

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