SUSURROS DEL CORAZÓN

 Por Mariana Betancourt Castro.

@__Marianita_

 

 

 

En muchas ocasiones las películas nos hacen creer que hay que vivir aventuras extremadamente épicas, en lugares extraños o mundos paralelos para hacer que nuestra vida se vuelva más interesante. Pues es en el preciso momento en el que empezamos a pensar eso cuando esta maravillosa película se debería asomar en nuestros pensamientos.

 

Dirigida por Yoshifumi Kondō, con un guión hecho por el gran maestro Hayao Miyazaki, “Susurros del corazón” nos ofrece la conmovedora historia de Shizuku Tsukishima, una adolescente de bachillerato amante de la lectura, cuyo plan para las vacaciones de verano es leer una gran cantidad de libros de la biblioteca donde su padre trabaja y traducir canciones extranjeras al japonés. Con el pasar de los días se percata de que hay un nombre en común en todos los libros que toma, justo antes que el de ella, el de un tal Seiji Amasawa, que resulta ser un muchacho que a primera vista le resultó ser molesto y presumido. A medida de que las vacaciones transcurren, Shizuku visita la biblioteca con frecuencia para tomar libros nuevos, y en una oportunidad en la que iba en camino a entregarle el almuerzo a su padre, se encuentra con que un curioso gato gordo y marrón se ha montado en el mismo tren que ella aborda, la intriga de hacia dónde se dirige la lleva a seguirlo hasta su destino, que es una hermosa tienda de antigüedades en la cual conoce a un amable señor que le muestra los objetos más interesantes de su interior, ese precioso lugar hace que la imaginación de la chica empiece a volar, pero toda su alegría se desbarata al descubrir que Seiji  frecuenta aquella tienda con frecuencia con el objetivo de fabricar violines. Lo que al principio fueron encuentros embarazosos y algo torpes, se transformaron en una sólida amistad que impulsó a Shizuku a probar sus habilidades y empezar a escribir un libro de historias.

 

Puede que la trama parezca muy simplona y hasta un poco tediosa, sin embargo, es una película que muestra que a falta de dragones con los cuales luchar y magia para aprender, la mayor encrucijada a la cual nos podemos enfrentar las personas es a descubrirnos, quiénes somos, qué es lo que queremos en verdad, cuáles son nuestras virtudes y defectos y cómo podemos hacer que nuestras fortalezas nos hagan quiénes somos y no dejarnos dominar por las debilidades. Desde el principio hasta el fin del film se puede evidenciar el cambio entre los dos personajes principales y lo mucho que han aprendido el uno del otro. Es una película ideal para examinarse, para encontrarse a uno mismo entre tantas imperfecciones y sacar a relucir nuestra joya interior con trabajo arduo y muchísimas ganas de lograr el objetivo. Las cosas no se presentarán en bandeja de plata, ni para nosotros ni para los personajes de esta maravillosa película, pero las recompensas de haber puesto nuestro corazón en algo y estar orgullosos de nuestro trabajo, pese a que siempre se deba seguir puliendo, es invaluable, ya que aunque a veces las cosas se tornen oscuras, si escuchas atentamente lo que te dicta el corazón, el trabajo realizado nunca será en vano.

 

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