Entre el compromiso y la obligación
Por Gerardo José Méndez Repillosa
@GerardoMendezR
La capacidad de comprometernos es parte de nuestra naturaleza e influye en nuestras relaciones sociales y en el logro de los objetivos personales de cada sujeto. El compromiso te lleva a diferenciar entre las cosas más importantes que consideras que ocurren en tu vida, con aquello a lo que menos le das importancia. Si te fijas en qué pones mayor atención y prioridad, te darás cuenta en qué estás más comprometido. Por ejemplo, si pasas más de doce horas diarias en tu trabajo, estarás por simple lógica más comprometido con tu trabajo que con tu familia; si a diario dedicas un tiempo a practicar alguna actividad deportiva y a cuidar tu alimentación, estarás comprometido contigo mismo, y si pides un exceso de tiempo luego del nacimiento de uno de tus hijos, estarás más comprometido con la crianza de tu bebe que con tu labor profesional.
Si bien el compromiso supone elegir entre una cosa y la otra, es importante preguntarte a ti mismo con qué estás comprometido en cada situación, fijar un objetivo y poner en funcionamiento acciones para conseguirlo.
Otro punto a considerar es el sentimiento que se genera cuando te comprometes con tu objetivo, que será diferente si te relacionas desde la obligación o desde el compromiso. Por ejemplo, cuando dices “tengo que
aprender oratoria para promocionarme en mi trabajo”, y continuas explicando: “Es lo único que puedo hacer si quiero promocionarme…”, “Las cosas son así, no tengo elección”, “Si no lo hago seguro perderé mi trabajo…”, posiblemente tu lenguaje físico irá acorde, y la emoción que se generará será de desgana, desilusión y falta de compromiso. En definitiva, te estarás relacionando desde la obligación y no estarás comprometido de forma sincera.
Si bien ya observamos esa delgada línea entre el compromiso y la obligación, debemos estar atentos a cómo distribuimos nuestro tiempo, y equilibrarnos a brindar tiempo de calidad no solo a una sola parte de nuestra vida, sino a dar lo mejor de nosotros en el área familiar, a nuestra profesión y a nosotros mismos, para así ser personas completas y comprometidas, recuerden que en nuestra sociedad actual, sobre todo en Venezuela, se necesitan muchas más personas con sentido de compromiso para extender ese valor a todas la generaciones y acariciar de esa manera los beneficios de una sociedad comprometida y cohesionada.
