De la tragedia a la comedia

Por Isabel Ramírez

@IsaRamirez16

 

 

 

El 28 de diciembre se celebra en Latinoamérica el día de los inocentes, un día en el que nadie está a salvo de ser víctima de bromas y juegos y convertirse en un «inocente». Pero lo que pocos saben es que esta divertida celebración comenzó con una tragedia.

 

La historia que relata San Mateo en el Nuevo Testamento relata lo que ocurrió ese día. Tras enterarse de que nacería «El rey de los judíos», Herodes, un 28 de diciembre, dio la orden de asesinar a todos los niños menores de 2 años que vivieran en Belén, luego de indagar con los escritos y los sacerdotes del Templo de Jerusalén que esa ciudad sería el lugar de nacimiento del mesías. De acuerdo a la historia, Jesús, María y José huyeron a Egipto, en donde vivieron hasta que Herodes murío.

 

Para los cristianos, el 28 de diciembre se convirtió en un día de duelo hasta que en la Edad Media se comenzó a celebrar la «Fiesta de los locos», la cual ocurría después del día de Navidad y antes del de reyes.

 

En esta celebración, los sacerdotes de algunos pueblos de Francia, elegían a un obispo y lo nombraban el «Papa de los locos». Con el se dirigían a otras iglesias mintras se ofrecía la misa e irrumpían en los templos disfrazados de mujeres y bufones, bailaban alredeor de la iglesia, comían carne directo del altar, jugaban juegos de azar y cometían actos considerados sacrilegios para los cristianos.

 

La Iglesia no sabía como controlar esta situación ya se había convertido en una celebración demasiado escandalosa y en su afán de tranquilizar las locuras de sus asistentes, se decretó que el 28 de diciembre se celebraría el día de los inocentes.

 

El día de los inocentes en Venezuela

 

En nuestro país no solo se celebra este día con bromas. En distintos lugares del territorio nacional se realizan grandes fiestas que tienen muchísimos años, lo cual se ha convertido en tradición.

 

Los Zaragozas: esta fiesta se realiza en Sanare, Estado Lara. Comienza a las 12 de la madrugada del 28 de diciembre, donde en una misa, los Zaragozas, vestidos con máscaras y cascábeles, salen por el pueblo al son del Tamunangue para realizar un ritual en donde solo participan hombres disfrazados de mujeres para que nadie los reconozca. Además existe la tradición de que los asistentes deben conseguir 5 cascábeles: uno robado, uno ganado, uno comprado, uno encontrado y uno regalado.

 

La fiesta de los locos y las locaínas: tradición celebrada en Portuguesa, Mérida y Trujillo en la cual participan hombres, mujeres y niños disfrazados con trapos viejos y sucios de sus opuestos y hacen bromas al ritmo de la música.

La fiesta del mono: esta fiesta nace de un rito de celebración y agradecimiento por la cosecha que se realizaba en Caicara de Maturín en el Estado Monagas. Ahora, en el «Monódromo», un hombre disfrazado de mono, va haciendo bailar en fila a los asistentes y aquel que se resista recibirá un correazo. La gente se pinta las caras y la ropa con pintura de colores.

 

El gobierno de las mujeres: en Osma y Naiguatá, las mujeres se visten de hombres y se «enfrentan» en dos bandos, las autoridades y la revolución en medio de una parranda mientras que los hombres y los niños se ocupan de las labores de la casa.

 

Los giros de San Benito: En Mérida, se realiza una misa que es precedida por una danza, donde los bailarines pagan promesas atando cintas de colores a un palo por cada favor recibido, mientras se le canta al «Santo Negro».

 

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